Opinión

El empleo privado, en mínimos

    Yolanda Díaz, ministra de Trabajo

    elEconomista.es

    Los datos de empleo registrado que mañana publica Trabajo, referentes a abril, reflejarán con mucha mayor exactitud que estadísticas anteriores los daños que la epidemia provoca en el mercado laboral.

    Sin duda, el número de parados, afectados por Ertes y autónomos que cobran la prestación por inactividad continuará su camino hacia cotas históricas. De hecho, si a esos colectivos se suman los jubilados y los demás ciudadanos que cobran subsidios del sector público se revela una realidad abrumadora. En concreto, el 63% de las personas que perciben algún tipo de nómina en España tienen como pagador al Estado. Esta pérdida de peso de los empleados en el sector privado no es un fenómeno nuevo. La EPA del primer trimestre (que sólo recoge las dos primeras semanas de la actual crisis) ya reflejó que había un desfase de 530.000 personas, a favor de la Administración central, en enero. El Gobierno no corrigió esa tendencia y ahora incluso parece complacerse en agudizarla, más allá de lo que la actual emergencia demandaría. Sólo así se explica el propósito de seguir aumentando el repertorio de subsidios con la creación de una renta mínima vital. Esta inercia camina ya hacia un punto insostenible cuando cada asalariado privado sostiene con sus impuestos y cotizaciones a casi dos beneficiarios de subsidios públicos.

    Resulta insostenible que cerca que el Estado pague al 63% de als personas que en España reciben algún tipo de nómina

    El hecho de que el déficit camine ya hacia un registro récord, del 10% del PIB, hace imprescindibles medidas de contención del gasto público a las que el Ejecutivo aún se resiste en favor de las alzas fiscales. Y, sobre todo, se requieren un apoyo a la reactivación del sector privado (con ayudas, flexibilización de Ertes...) que el actual plan de desescalada no contempla.