Opinión
Una EPA que no refleja la realidad de nuestro mercado laboral
Carlos Martínez
Estamos ante una de las Encuestas de Población Activas (EPA) que con más incógnitas se presenta. Normalmente, esta primera EPA del año suele reflejar datos negativos para el empleo y este año, con la pandemia, los datos han empeorado ostensiblemente.
Observamos cómo se han destruido 285 mil empleos y el paro ha subido en 121 mil personas, llegando hasta los 3.310.000. Los peores datos desde 2013. Y, por si lo anterior no fuera suficiente, la última quincena de marzo paralizó a 509 mil personas ya que, como es sabido, esta encuesta no refleja el impacto de los ERTES.
Como estamos viendo, esta EPA no refleja la realidad que está viviendo nuestro mercado de trabajo, entre otras cosas, porque el propio Instituto Nacional de Estadística afirma que el tamaño de la muestra de las primeras entrevistas de EPA en las semanas 11 a 13 ha sido inferior al de otros trimestres, por lo que los coeficientes de variación de las estimaciones más desagregadas pueden ser superiores a lo habitual.
Las empresas que sean leales con sus trabajadores saldrán fortalecidas cuando pase todo
Hemos observado este último mes, que nuestras pymes y micropymes tienen poca capacidad de resistencia frente a un revés como el que estamos viviendo (su pequeño tamaño, lastra su capacidad de supervivencia), por lo que si la mayoría del tejido productivo español está formado por este tipo de empresas (el 94% son micropymes y autónomos), el riesgo de destrucción del tejido empresarial en enorme. Sólo en el último mes se destruyeron más de 122 mil empresas y autónomos (suponen un 8,2% de los empleadores), si algo llama la atención, es la inmediatez de estos cierres, y la poca resistencia de nuestras empresas para aguantar un mes sin tener ingresos y teniendo que pagar alguna nómina.
En un momento como el que estamos viviendo, dónde 4 millones de trabajadores se han acogido a ERTES, según fuentes oficiales, más de 1 millón de autónomos han solicitado la ayuda por cese de actividad y los parados registrados alcanzan los 3,7 millones de personas, todo ello supone que casi 9 millones de personas están en situación económica de paro, es decir el 40% de la población activa.
Si no se gestiona bien tendremos pandemia para hoy y hambre para mañana
Llegados a este punto, debemos tener claro que gran parte de lo que pase en el futuro, depende de lo que hagamos ahora. Las empresas se están jugando mucho; su imagen puede salir fortalecida o devaluada de esta crisis y todo dependerá de cómo actúen. Creo que ha llegado el momento de que la finalidad social de las empresas salga a relucir en toda su extensión. Las empresas deben hacer un esfuerzo especial, aunque no tengan tantos beneficios o incluso soportar pérdidas durante un periodo corto de tiempo. Fue realmente llamativa la oleada de ERTES que se dieron los primeros días de la crisis en grandes y medianas empresas, ¿no tenían capacidad para aguantar unos meses este revés y repartir menos dividendos?. Estoy convencido de que una parte sí. No debemos olvidar que las empresas que se acojan a los ERTES deberán reincorporar al 100% de la plantilla en seis meses, y en muchos casos esto será algo inviable y abocará a muchas empresas al cierre, ya que no podrán cumplir con el compromiso de mantener a los trabajadores.
Las empresas que sepan abordar la situación con lealtad a los trabajadores, ante esta situación de miedo, incorporarán en su cultura, unos valores que difícilmente se perderán con el tiempo y si a corto o medio plazo los trabajadores tuviesen que hacer sacrificios (bajadas de sueldos, reducción de jornadas, etc.) la predisposición será muy superior a si la empresa hubiese actuado de otra manera y probablemente, devolverán esa lealtad mejorando la productividad y llevando el proyecto empresarial tan lejos como esté en su mano.
Insisto en que las empresas tienen que reforzar su fin social, la empresa que asuma su responsabilidad tendrá aliados, no adversarios y los trabajadores sentirán la empresa como suya. No pueden las empresas aprovechar este momento para hacer despidos innecesarios. La sociedad necesita buenas empresas y la sociedad necesita buenos empresarios. El sistema social no podrá aguantar durante mucho tiempo esta debacle.
Podríamos concluir con que la EPA publicada hoy apenas refleja el impacto real de la crisis sanitaria en el empleo (sólo se ha visto afectada en una sexta parte). Suponiendo que el país vuelva gradualmente a la normalidad a mediados de mayo, será en la próxima EPA del mes de julio cuando veamos los efectos reales que ha tenido sobre el empleo. El mes de abril será algo peor que marzo y los siguientes meses dependerán de cómo se gestione el desconfinamiento…Pero como leía recientemente en twitter, si no se gestiona bien, tendremos pandemia para hoy y hambre para mañana.