Opinión
Vulnerabilidad de la UE (y España)
elEconomista.es
La crisis del virus de Wuhan es impredecible, pero, desde la semana pasada, resulta obvio que tendrá consecuencias en la economía mundial. Por ello, no puede extrañar que el mercado considere una certeza que la Fed retomará las rebajas de tipos este mes. Es más, los analistas ya prevén que el recorte sea de medio punto.
Pero no es en EEUU, pese a que la propia Administración Trump confiesa que aún no tomó todas las precauciones necesarias, ni tampoco en la zona cero del coronavirus (China) donde los efectos serán más graves. La eurozona presenta una notable vulnerabilidad, hasta el punto de que la OCDE considera factible, en el peor de los escenarios de la epidemia, una nueva recesión. No sólo influye el hecho de que la Unión Monetaria registre un alarmante número de contagiados. Más importante aún es el momento de debilidad en el que esta crisis sorprendió a Europa. Sus efectos en una zona tan industrial como el norte de Italia siempre serán de gran alcance; pero los multiplica el hecho de que el PIB del país transalpino se contrajo en el cuarto trimestre de 2019. Aún más preocupante es la anemia de Alemania, que apenas esquivó por la mínima la recesión el año pasado y su industria es muy dependiente de la exportación a China. España no se contempla en el análisis de la OCDE, pero otras fuentes como Goldman Sachs prevén reducciones de su crecimiento de un 0,5%. Es imposible descartar un golpe más duro considerando los perjuicios que puede sufrir el turismo y el lastre que supondrán para el PIB las próximas alzas de impuestos. El Gobierno debe ser consciente de que sus actuales previsiones de avance económico, creación de empleo y reducción del déficit pueden estar ya totalmente desfasadas.