El CFD hace pesca de volanta para una merluza de pincho
Joaquín Gómez
La CNMV ha decidido esta semana tomar cartas en un asunto que desde hace años empezaba a sonar a muchos mal. Hace unos cuantos meses me fui con mi sobrino mayor a ver un partido entre el Atlético de Madrid y el Valencia, ambos peleados en los dos bandos, en el que Parejo nos sacó un empate con un lanzamiento de falta magistral. Desde el desconocimiento de Guillermo, de 13 años, no creo que entendiese a qué se dedicaba Plus500, de quien me dijo que al Atleti le paga una empresa de esas de las que en mi periódico se escribe.
Una pregunta me surgió rápida: ¿qué sentido tiene que se permita hacer publicidad de productos financieros complicados de entender en un estadio en el que hay 70.000 personas o en un partido que están viendo millones de espectadores? La respuesta, para mí, es que se trata de captar clientes de la forma que sea. Y si entre medias nueve de cada 10 inversores acaban perdiendo todo su dinero con su primera inversión, no pasa nada. Hacemos pesca de volanta, que consiste en dejar a la deriva redes kilométricas que pescan indiscriminadamente todo ser vivo que se acerca, para llevarnos una merluza de pincho. Entre medias, tiramos la mayoría de los clientes que hemos hecho como morralla, y hemos generado una desafección, que puede ser de por vida, de ahorradores que deberían convertirse en inversores.
Tratar de captar inversores de talante ultra especulativo y apalancado con la camiseta del Atlético o que con la del Valencia se hagan descuentos para que la gente opere en mercados que desconoce no creo que sea riguroso. La merluzas de pincho se pescan en caladeros apropiados y no en los estadios de fútbol, ni entre las grandes audiencias.
Aplaudo la posición de la CNMV sobre este tema, en un momento en el que su presidente, Sebastián Albella, parece haber acelerado la actividad pública de una entidad a la que ha llevado a unos niveles de transparencia nunca conocidos. Pero creo que la intención de la CNMV es tardía si se compara a lo que se ha hecho con la comercialización de otros productos, que son mucho menos peligrosos para el inversor y de los que no se permite hacer publicidad o intensificar la actividad comercial como, por ejemplo, vender bonos convertibles. ¿Se imaginan que la Primera División del Fútbol español se llamase Liga 'Cocos' Santander?
Los bonos contingentes convertibles bancarios emitidos en euros generan una rentabilidad de casi el 20% desde 2019. Para comprarlos, un inversor tiene que pasar un examen de idoneidad, que certifique que está cualificado para comprar algo que hoy no se le exige a un accionista que compra un título de un banco. Lo más llamativo es que, además, por la necesidad de los bancos de tener unos ratios de capital fuertes en detrimento de su rentabilidad, es bastante razonable que los 'cocos' lo hagan mejor que las acciones con sus dividendos.