Opinión

El alto coste de la crisis política

    El último Ecobarómetro refleja la ralentización económica

    elEconomista.es

    Los españoles votan mañana en las cuartas elecciones generales en cuatro años. Se prolonga así una excepcionalidad sin parangón en nuestro país ante el que la economía mostró una indudable resistencia. Esa fortaleza parece durar, como muestran las últimas previsiones de la UE.

    Bruselas aplicó un severo recorte a sus pronósticos sobre el PIB español, pero aún le otorga un avance cercano al 2 por ciento en 2019. Sin embargo, la contundencia de esos números no debería alimentar la complacencia y atribuir a la economía una total inmunidad. El Ecobarómetro, elaborado por Informa D&B y elEconomista, es un índice especialmente indicado para pulsar qué tendencias marcarán la economía en el corto y medio plazo. Calibra tres variables muy ligadas con las expectativas: la creación de empresas, la situación financiera de estas últimas y su capacidad de crear empleo. En el segundo trimestre de este año, el Ecobarómetro mostró su peor registro su serie histórica, iniciada en 2016 (precisamente en el inicio de la crisis política). En el tercer trimestre, el deterioro se ahondó, al desacelerar su avance otros dos puntos, espoleado por un dato muy negativo de creación de empresas, que hace temer un comportamiento de la creación de empleo peor aún de lo que ya reflejan la EPA y los datos mensuales de afiliación.

    El más reciente 'Ecobarómetro' de Informa D&B y 'elEconomista' refleja un grave deterioro de la creación de empresas

    Es así evidente que la anómala situación institucional, agravada por la nueva deriva violenta del independentismo, empieza a cobrar su peaje a la economía. Insistir, tras el 10-N, en mantener el bloqueo político, o en formar un Gobierno débil que se piegue a reivindicaciones radicales de alzas de impuestos y del gasto público, es la más segura vía para que el deterioro económico ya iniciado llegue a un nivel crítico.