Opinión

Navarra: ni olvido ni perdono

  • La negociación con los 'abertzales' es una traición a las víctimas
  • Sánchez y Chivite deben explicar cómo han pagado la abstención
La nueva presidenta de Navarra, la socialista Mar?a Chivite.

José María Triper

En la Casa del Pueblo de San Sebastián, donde el cadáver de su hermano era velado por la familia socialista, el ex ministro de Justicia con Felipe González, Enrique Múgica, con la voz entrecortada se dirigió a los medios de comunicación para afirmar que "al contrario de las frases convencionales, yo ni olvido ni perdono a los asesinos, a los que los han impulsado, a los que han levantado su mano, a los que defienden o exculpan a ETA y a la violencia callejera".

Son palabras que fueron compartidas, respetadas y asumidas por una gran mayoría de españoles y por casi todos los socialistas de bien, incluidos los máximos dirigentes nacionales y locales del partido que hasta ahora habían mantenido su compromiso con el mensaje de Múgica, con las víctimas del terrorismo y con la defensa de la Constitución y la unidad de España.

Hasta ahora. Porque hoy, 23 años después del asesinato de Fernando Múgica, el presidente en funciones, Pedro Sánchez y la presidenta electa de Navarra, María Chivite, han traspasado esa línea roja del aislamiento de los terroristas negociando con sus herederos, que ni se arrepienten ni condenan. Un giro vergonzante que supone una traición a los más elementales principios democráticos y sobre a la memoria de Fernando Múgica, de Ernest Lluch, Fernando Buesa, Enrique Casas y de todos los socialistas asesinados por ETA, a sus familiares, al socialismo histórico y la sociedad española en general.

Una ignominia de la que también son cómplices todos aquéllos que por acción u omisión celebran o simplemente callan ante deslealtad que aleja definitivamente al PSOE de Sánchez del bando constitucional. ¿Dónde están ahora los García-Page, Lambán, Susana Díaz, Fernández Vara o incluso el mismo Felipe González?

Y no sirven las falsas coartadas de que no hay pacto con Bildu, sino que sólo reciben un apoyo a la investidura. La portavoz de la coalición abertzale, Bakartxo Ruiz, ya se encargó de recordar en el pleno que "tenemos la mano para cerrar y abrir puertas, eso está en nuestra mano".

Un 'frankenstein'

¿A cambio de qué han conseguido Sánchez y Chivite el gobierno de Navarra? No se puede olvidar que en el caso de la Comunidad Foral la Constitución recoge la posibilidad de un referéndum para su hipotética anexión al País Vasco. De ahí el regocijo del PNV con este "Frankestein" navarro del que forma parte y del que va a impulsar la euskaldización de Navarra con la colaboración inestimable del sanchismo.

Recuerdo que un alto dirigente del PSOE, con mando en plaza en su momento, exdiputado y laminado de las listas por su oposición a Sánchez, a sus pompas y a sus obras, que en los pasillos del Congreso definía al hoy presidente en funciones como un hombre "capaz de vender al partido y a España con tal de conseguir sus ambiciones". Pues de momento ya ha puesto a Navarra en el escaparate.