Nutrición e innovación
Descubra por qué no debe abusar de los turrones
- En Navidad se concentra el 85% del consumo de turrón
- Hay cuatro categorías de turrón: suprema, extra, estándar y popular
- Los de chocolate y praliné son lo que peor puntúan en Nutri-Score
Juan Ignacio Álvarez
Los turrones son muy calóricos y su contenido en azúcar y grasa es elevado, por lo que su consumo ha de ser moderado. Si hay que elegir; mejor si llevan edulcorantes y las grasas son de frutos secos.
Aunque el consumo de turrón se circunscribe a las fechas navideñas -de hecho el 85% del total se toma durante esta época, según datos de TUMA (Asociación Española de Fabricantes de Turrones y Mazapanes) su ingesta debe hacerse con moderación.
No debemos olvidar, como recuerdan en la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), que los turrones son una mezcla muy calórica de almendras y azúcar, ya que 100 gramos de turrón tienen en torno a 550 calorías, de las cuales el 32% provienen del azúcar y el 37% de las grasas de los frutos secos. Todo ello sin detrimento de que, por ejemplo, los turrones de almendras sean ricos en calcio, magnesio, potasio, zinc, vitamina E y ácido fólico.
Actualmente, con datos de Consumer Eroski, consumimos en torno a 220 gramos de turrón por persona y año, más 190 gramos de turrón de chocolate. Es decir, cada persona come durante estas fechas unas dos tabletas de turrón
"¿Y eso es mucho o poco?" se pregunta el citado observatorio de alimentación, que dice: "Depende. Deberíamos tener claro que el turrón es un producto insano, incluso aunque contenga edulcorantes en lugar del azúcar. Pero no es lo mismo comer dos tabletas a lo largo de cuatro meses y en el contexto de una dieta saludable, que hacerlo en dos semanas y acompañando a muchos otros alimentos insanos".
Limitar el consumo
En línea con lo anterior, las mismas fuentes apuntan que "obviamente lo ideal es limitar su consumo y seguir una dieta saludable, complementada con actividad física. En cualquier caso, también es importante mantener una relación sana con la comida.
Eso significa que si un día puntual comemos turrón, porque podemos hacerlo y nos apetece, no deberíamos culpabilizarnos por ello. Tampoco hay necesidad de compensarlo con alimentos supuestamente detoxificantes o milagrosos. Se trata simplemente de volver a la rutina de una dieta saludable y actividad física".
En Mapfre Salud, por su parte, recuerdan que "el turrón es un dulce y, por ello, su consumo debe ser esporádico y en pequeñas cantidades. De esta manera, puede ser adecuado para toda la población con pequeñas excepciones.
Excepciones
Así, para la compañía aseguradora, resulta interesante para niños y jóvenes, puesto que son personas con un gasto energético mayor motivado por su actividad física y por encontrarse en periodo de crecimiento. "En este contexto, dentro de los dulces, el turrón es una buena opción porque proporciona grasas cardiosaludables y fibra. En consecuencia es perfecto para complementar la merienda o un postre de fruta".
"En lo tocante a los deportistas", continúan en Mapfre, el deporte conlleva un incremento del gasto energético y un descenso de las reservas de glucógeno muscular que debemos rellenar de nuevo consumiendo carbohidratos. Después de realizar ejercicio es el mejor momento para tomar turrón y recuperar las reservas en forma de azúcares acompañados de proteína.
En Mapfre sostienen también que el turrón puede ser una buena opción para enfermos oncológicos y personas con necesidades energéticas aumentadas cuando es necesario aportar mucha energía en poca cantidad de alimento.
En el caso de los enfermos con caquexia (perdida de peso y masa muscular) el turrón puede ser una el elección. "Por ejemplo, un helado de turrón es muy fácil de digerir y proporciona mucha energía, aunque el perfil lipídico empeora un poco debido a la grasa láctea".
Eso sí, para Mapfre Salud el consumo de turrón se debe controlar en el caso de personas con sobrepeso u obesidad al tratarse de un alimento altamente energético. En estos casos, es aconsejable reservar su consumo a un momento puntual y en una cantidad muy limitada.
Tampoco se prescribe su ingesta en personas con diabetes gestacional o hiperglucemias reactivas. Eso es así porque el turrón contiene una elevada cantidad de azúcar.
¿Mejor con edulcorantes?
En Consumer Eroski recalcan que el consumo habitual y excesivo de azúcar puede tener efectos adversos sobre la salud y que, por ejemplo, provoca caries y aumenta el riesgo de sufrir obesidad y diabetes tipo 2, por lo que es conveniente limitar el consumo de turrón.
Para evitar esos inconveniente, algunas marcas sustituyen el azúcar por edulcorantes, especialmente por maltitol, pero también se utilizan otros como el sorbitol, el acesulfamo K e isomalt.
A pesar de su mala fama, estos compuestos son seguros para la salud. Además, presentan algunas ventajas. Así, el maltitol no produce caries; no provoca un aumento tan abrupto de la glucosa en la sangre como el azúcar (por tanto tiene menor impacto sobre la diabetes), y aporta menos calorías que el azúcar (2,4 kcal/g frente a 4 Kcal/g).
No obstante, estas sustancias presentan inconvenientes ¡en tanto que su consumo puede provocar molestias leves en dosis de 30-40 gramos diarios, como flatulencias o cólicos, y, a partir de dosis más altas, pueden tener efectos laxantes. Por esta razón, es obligatorio advertir en la etiqueta del producto si este contiene más del 10% de este tipo de edulcorante.
Por otro lado, las evidencias actuales demuestran que el consumo de edulcorantes en sustitución del azúcar no es efectivo para solucionar los problemas de sobrepeso y obesidad. "En definitiva, presentan algunas ventajas frente al azúcar, pero no son la panacea y no convierten a los productos que los contienen en saludables", advierten en Consumer Eroski.
¿Qué es el turrón?
Según la legislación (Real Decreto 1787/1982), el turrón es una masa obtenida a partir de la cocción de miel o azúcares a la que se incorporan almendras y se puede añadir clara de huevo. En este grupo se incluyen el turrón duro y el turrón blando, que son los nombres definidos en la legislación.
Luego están los legalmente denominados como turrones diversos, que son variedades en donde las almendras se sustituyen por cualquier otro fruto seco y otras materias básicas, es decir, ingredientes nobles, como cacao o yema de huevo, a los que también se les puede añadir otros compuestos como azúcares o arroz inflado.
Cuatro categorías
Según Consumer Eroski, a la hora de evaluar la calidad de un turrón debemos recordar que existen cuatro categorías: suprema, extra, estándar y popular en función de la proporción de materias básicas que contenga el el producto.
Por ejemplo, en los turrones blandos se exige un contenido mínimo de almendras del 54% para la calidad suprema. Igualmente, en el momento de elegir un turrón es fundamental observar la lista de ingredientes.
Esto nos permitirá conocer las materias primas que forman parte del producto o esos ingredientes más nobles, que son los que marcan la diferencia entre ellos en lo relativo a valor comercial, la calidad gastronómica y las características organolépticas como sabor, aroma, etc.
¿Cómo nos ayuda Nutri-Score?
Como subrayan en Consumer Eroski, el tipo de endulzante y el tipo de grasa determinan la puntuación en el sistema Nutri-Score, un semáforo nutricional o sistema de etiquetado frontal con cinco colores y cinco letras (A/B/C/D/E), siendo A (color verde) un alimento considerado sano y E (rojo) un alimento muy insano.
En consecuencia, los turrones de chocolate y de praliné contienen mucho azúcar (en torno al 47%) y grasas saturadas (alrededor del 16%) y un alto aporte de energía (560 kcal/100 g), por lo que obtienen Nutri-Score E.
Los turrones fantasía también llevan mucho azúcar (46%), pero están compuestos por grasas de mejor calidad nutricional y menos saturadas (en torno al 3%), por eso se catalogan con Nutri-Score D.
El turrón trufado de chocolate con guindas virginias no lleva azúcares añadidos, pero sí grasas saturadas procedentes de la manteca de cacao (11%), por lo que obtiene Nutri-Score C.
Los turrones sin azúcares añadidos no tienen azúcar y aportan pocas grasas saturadas (en torno al 3%), razón por la que se puntúan con Nutri-score A, pero no significa que sean saludables. En este caso Nutri-Score nos permite comparar los turrones entre sí para tener una idea de cuál tiene mejor perfil nutricional.
Falsas semejanzas
El gran número de variedades de turrones dificulta la elección más saludable, sobre todo porque algunos productos que parecen iguales ofrecen diferencias en su composición.
Por ello, es importante observar la lista de ingredientes y elegir aquellos que tengan mejores materias básicas y en altas proporciones, como almendra o huevo. Además, existen diferencias en lo relativo al tipo de endulzante (azúcar o edulcorante) y al tipo de materia grasa (frutos secos o manteca de cacao).
No hay duda de que los que contienen azúcar son insanos (en torno un 47%) y que es mejor que la grasa proceda de los frutos secos.