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Consecuencias de una presión incorrecta de los neumáticos: más riesgos y mayor consumo

  • La presión varía en función de la carga del coche
  • Los documentos del coche contienen la presión adecuada de los neumáticos, incluso está en la puerta
  • El coche tarda más en reaccionar ante las maniobras
Conviene revisar la presión una vez al mes.

Juan Ferrari

Hay muchos mitos, y confusión, sobre si es bueno llevar los neumáticos por encima o por debajo de la presión recomendada. La mayoría inciertos, pues lo mejor es ajustarse a las exigencias del fabricante para cada modelo. Hay que tener en cuenta que son las ruedas son los únicos nexos de unión entre el vehículo y la carretera y, por este motivo, es muy importante que estén en perfectas condiciones y, para lograrlo, es fundamental que tengan la presión adecuada. | Así es el neumático del futuro.

Norauto enumera cómo puede afectar una presión incorrecta a la conducción. En primer lugar, hay que destacar que no hay una presión adecuada para todos los vehículos y neumáticos. La presión idónea para cada neumático viene dada por el propio fabricante del vehículo y se suele encontrar en los documentos del automóvil, en las puertas delanteras del coche en cuestión, en la guantera o en la tapa del combustible.

Por supuesto, también se debe saber que la presión varía en función del peso y que no se debe llevar la misma presión si el vehículo va en vacío o si va cargado. Asimismo, los neumáticos delanteros pueden llevar una presión diferente a los neumáticos traseros.

Efecto de una presión incorrecta

- Si los neumáticos no cuentan con la presión correcta, se podría perder el control sobre el automóvil. Se ve alterada la estabilidad, la distancia de frenado y la propia frenada.

- Se reduce el confort y la ergonomía. Los neumáticos absorben peor los baches.

- Hay una mayor posibilidad de reventón del neumático.

- Si tiene una presión excesiva, la superficie del neumático que está en contacto con la carretera se reduce y, por lo tanto, disminuye el agarre.

- Los neumáticos se desgastan más y de manera irregular, con lo que se reduce la vida útil de los mismos.

- Se produce un mayor consumo de combustible y, por lo tanto, una mayor contaminación, sobre todo con presión baja.

- El coche reacciona peor ante posibles imprevistos y en determinadas maniobras: giros, cambios de dirección, curvas…

Hay que tener en cuenta que los coches más nuevos pueden contar con sistemas de monitorización de la presión de los neumáticos. En estos casos, se suele comunicar cualquier variación de la presión en el sistema de a bordo.