Nacional
La última hora de la 'primera línea' del coronavirus contada por un sanitario: "Vivimos en constante cambio"
- "La sensación es que lo peor está por venir, pero gran parte mejora"
- "Los test rápidos nos garantizan que aislamos resolutivamente"
Adrián Argudo
Madrid,
El doctor Padilla, médico en el centro de salud Fuencarral (Madrid), no viste capa, sino bata y batalla. Mucha. En febrero de 2019 era una de las voces de un amplio reportaje publicado en este medio sobre el estado de la Atención Primaria en donde denunciaba, junto con otras compañeras, la "sobrecarga asistencial y bajos salarios" en el sector. Por aquel entonces, Javier Padilla sostenía "acabar la jornada con dolor de cuello por el volumen de trabajo". Apenas 13 meses después, el COVID-19 ha arreado un sobresaliente viraje a la vida de todos en general y a la de los sanitarios en particular. Hace apenas unas horas que la primavera, cuyos gorjeos escucharemos desde los balcones, ha rubricado su entrada más taciturna revestida de un impostado invierno entre guindas amargas. El rastro del coronavirus en España deja en el amanecer de este 20 marzo alrededor del millar de muertos y casi 20.000 contagiados, situándonos como el cuarto país más afectado por la pandemia tras China, Italia e Irán (pudiendo superar hoy a este último), amén de los hospitales hipertrofiados y sus consecuencias. Al otro lado del teléfono, Padilla atiende a elEconomista para prestarnos sus ojos con el fin de pulsar la última hora de la 'primera línea'. Asegura que "ahora mismo, vivimos en una sensación de cambio constante y de que lo peor siempre está por venir". No en vano, lanza también rayos de esperanza; "la gran mayoría de la población mejora".
Su voz enérgica es la que precisamente admite que "acabamos los días con agotamiento, a veces con la sensación de tener síntomas, pero personalmente la carga emocional a mí se me hace mayor". El ritmo es frenético en una realidad que se reconfigura por momentos a tenor de la intensidad del virus. "Vivimos en constante cambio y con cierta angustia de que llega lo peor. Todas las semanas tenemos al menos un par de cambios estructurales importantes en el protocolo y en la forma de trabajar y eso también cansa bastante", expone Padilla a la par que agrega que "en mi centro, la forma en que hemos reestructurado nuestra manera de trabajo por el momento está dando buen resultado y ha hecho que podamos asumir lo que va viniendo".
Según el entrevistado, una las percepciones de los compases más recientes de este desafío ha sido "el incremento tremendamente notorio de los pacientes a domicilio y eso nos plantea retos como protegernos en esas viviendas". Además, también refiere como "una de las variaciones más determinantes" la separación de pacientes con patologías respiratorias del resto. "Eso, desde luego, hace que ya trabajemos con el coronavirus como hilo conductor de nuestros días. Está el COVID-19, lo que puede ser, y luego todo lo demás, que incluye la gente a la que le pasan otras cosas, pero también todas las llamadas que comentábamos en relación al coronavirus".
Los test rápidos del coronavirus
Asimismo, como candente novedad, Sanidad ya ha anunciado la "inmediata" entrada de los test rápidos para el diagnóstico del Covid-19. La idea es practicarlo tanto a colectivos vulnerables como a aquellos que presenten sintomatología, lo cual puede engrosar el guarismo de contagios. Para Padilla, "la implantación del nuevo mecanismo de test es un cambio importante. La intención del ministerio de ampliar la capacidad diagnóstica del sistema, seguramente, nos llevará a más cambios".
"Al quedarse la gente en casa, debemos garantizar que los aislados tienen realmente la enfermedad"
Pero, ¿cómo ve el doctor esta decisión? "Al quedarse la gente en casa, debemos garantizar que los aislados tienen realmente la enfermedad. Aislaremos así de manera más resolutiva. En muchas ocasiones, damos un diagnóstico de enfermedad por posible coronavirus. Los mandamos a sus casas, y les decimos que se recluyan de sus familias, pero muchos no tienen la capacidad de hacerlo, porque tengan un solo baño o lo que sea. Y, además, tenemos que asegurar que los profesionales que son necesarios para seguir trabajando en esto no están de forma preventiva siendo negativos en sus casas", asevera.
No en vano, en esa misma línea incide en la trascendencia de que "esta medida de los test se complemente con que podamos aislar a personas con baja necesidad de atención médica porque son leves, y que no puedan hacerlo en casa, en hoteles o plantas de centros sanitarios que siguen cerradas para no aumentar el foco de contagio". Madrid se iniciaba en ello hace unas horas, este mismo jueves, haciendo uso del Gran Colón, primer hotel en recibir pacientes de coronavirus.
Al hilo de esto último, como novedades clínicas encontramos buenas noticias. Javier Padilla expone que "hay una tasa de recuperación alta, mejorando la gran mayoría, incluso la gente mayor con tasas de curación abrumadoramente mayoritarias. Aunque sí que es cierto que en la segunda semana de enfermedad, muy a menudo, aparecen síntomas de mayor dificultad respiratoria. Por eso el seguimiento telefónico en los casos leves es fundamental y tener la capacidad de acudir a un centro hospitalario cuando la sintomatología empeora también lo es fundamental".
¿Qué resiliencia ostenta el sistema sanitario español?
"España no va tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado". Eran palabras de Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, quien dejó claro, en el mejor de los casos, su nula fortuna en el vaticinio. ¿Cuándo son conscientes los sanitarios de la magnitud que traerá esta pesadilla? "Cuando en poco tiempo tenemos tres protocolos distintos y hay una escalada mayor de a quién se va a considerar caso o realizar pruebas. Ahí la institución ya manda un mensaje a los profesionales sanitarios. El 9 de marzo ya comentábamos que tenía toda la pinta de que la generalización del concepto de caso era inminente", responde Padilla.
Así las cosas, cabe preguntarse por la capacidad de aguante, la resiliencia del sistema. ¿Ha mermado en los últimos años? Para el doctor, "este jueves publicaba The Lancet que lo de ahora se da en un contexto de debilitamiento e insuficiente financiación", y continúa explicando que "puede ser ventajista dependiendo de qué discurso se enarbole retrospectivamente y está claro que ninguna capacidad del sistema sería satisfactoria para una crisis como la actual. Ahora bien, unos lógicos servicios de salud pública para predecir y poner en marcha programas de control, diagnóstico y de elaborar respuesta nos habría capacitado para responder mejor a esto y tener una estructura más fortalecida para gestionarlo mejor. Se está aprendiendo mucho sin duda. Y mejor así porque puede volver a repetirse en unos años".
¿Y cuándo todo esto haya pasado, qué? "Los aplausos sanitarios pueden aglutinar conciencias en torno a la necesidad de los sistemas públicos de salud y a su necesaria financiación. Habrá que vehicularlo, pero puede ser un punto clave en la evolución del sistema de salud cuando lo miremos desde atrás. Mientras, dentro de esta total incertidumbre, vamos haciendo todo lo que podemos", finaliza Padilla que se sigue reafirmando en la visión dada a este periódico hace un año sobre la Atención Primaria en situaciones de no crisis. Concluye la conversación. Vuelve a remangarse porque seguro es que, a pesar de todo, seguirán a pleno pulmón para doblar al coronavirus. Ya queda menos.