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Así son los pisos-contenedor de Barcelona: doce viviendas de 30 y 60 metros cuadrados para grupos vulnerables

  • Están construidas a partir de contenedores de transporte marítimo
  • Las casas se abrirán en enero y darán cabida a decenas de personas
  • Colau destaca la rapidez de construcción frente al modelo tradicional
Foto: Ayuntamiento de Barcelona.

elEconomista.es

El Ayuntamiento de Barcelona ha completado la construcción de los primeros pisos-contenedor con el objetivo de que sean destinados a emergencias habitacionales. Una docena de viviendas que se entregarán en el mes de enero y realizados a partir de contenedores marítimos por 940.000 euros.

Las casas, denominadas Allotjaments de Proximitat Provisionals (Aprop), se han construido en el Barrio Gótico en cuatro meses y satisfacerán las demandas habitacionales urgentes de familias en espera de una vivienda social hasta el momento de la entrega definitiva. Por el momento, se han edificado cuatro casas de dos habitaciones y 60 metros cuadrados y otras ocho de una habitación y 30 metros.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha informado de la inminente puesta en marcha de las viviendas, que, en sus palabras, suponen una manera "innovadora y eficaz" de dar solución a un problema tan acuciante como es el de las personas vulnerables sin techo o a la espera de un hogar social.

La regidora ha comparado el proceso de construcción (de cuatro meses y algo más de un año teniendo en cuenta la licitación del proyecto) con el de una obra al uso, que puede llegar a entre seis y siete años.

En todo caso, la del Barrio Gótico no será la única edificación de este tipo: en 2020 continuará un proyecto que, en su primera fase, tiene un presupuesto de 5,3 millones de euros y pretende ejecutar 92 alojamientos para unas 250 personas.

The Guardian fue muy crítico con la medida en septiembre: "Latas de sardinas para los pobres de Barcelona

La idea de reconvertir contenedores marítimos en viviendas es novedosa y su eco ha traspasado las fronteras de Barcelona y de España. El pasado mes de septiembre el medio británico The Guardian criticó la medida del consistorio barcelonés y llamó a estos espacios "latas de sardinas para pobres".

Tal y como recordaba el propio diario, otras ciudades como Londres o Ámsterdam ya probaron este tipo de alternativa habitacional. Ahora, Barcelona se suma a esta nueva forma de construcción enfocada en el plano social.