Motor

DFSK 600: el SUV chino que quiere conquistar Europa con su precio de derribo


Nacho González

En un mercado donde los SUV medianos se han convertido en la gallina de los huevos de oro para los fabricantes, irrumpir con un producto desconocido no es tarea fácil. Sin embargo, DFSK, el gigante chino propiedad de la alianza Dongfeng-Sokon, vuelve a intentarlo con el DFSK 600, un SUV de 4,7 metros que promete mucho por un precio rompedor.

Diseño: a caballo entre lo genérico y lo correcto

A simple vista, el DFSK 600 no desentona en absoluto en nuestras calles. Su estética sigue las líneas que han enamorado a los clientes y que han provocado que este sea el segmento más demandado en la actualidad, con un frontal prominente, una parrilla amplia y faros rasgados con tecnología LED.

Si lo ves por la calle sin fijarte en detalle podría pasar perfectamente por un Hyundai Tucson o un KIA Sportage, lo que habla bien de su integración visual, pero mal de su personalidad. Es un coche que no destaca especialmente por diseño propio, acusando esa falta de personalidad que tienen el resto de marcas, pero que la verdad, luce bien y tampoco desentona.

Sus dimensiones (4,70 m de largo, 1,86 m de ancho y 1,71 m de alto) lo sitúan en pleno corazón del segmento D-SUV, compitiendo directamente con pesos pesados como el Nissan X-Trail, el Peugeot 5008 o el Hyundai Santa Fe, aunque con una oferta mucho más sencilla: una única motorización, un único nivel de acabado (Luxury) y un precio muy competitivo.

Interior: mucha pantalla y espacio, pero con matices

Al abrir la puerta, el habitáculo es sorprendentemente moderno. El protagonismo se lo llevan las dos grandes pantallas: un cuadro digital de 10,25" y una central táctil de 12,3", que ofrece conectividad Android Auto y Apple CarPlay, además de un manejo simple y bastante intuitivo (un rasgo bastante a destacar y que se agradece en una era donde cada coche es diferente e incluso solo para conectar el móvil a veces parece requerir una ingeniería).

El equipamiento es muy completo: techo panorámico, asientos eléctricos con calefacción y ventilación (algo que se agradece con las altas temperaturas que atraviesa España), cámara 360º, cargador inalámbrico... DFSK ha querido tirar la casa por la ventana en equipamiento para competir de tú a tú con los grandes.

Ahora bien, no es oro todo lo que reluce. Si bien el diseño es agradable, la calidad de algunos plásticos del salpicadero y puertas revela sus puntos débiles. No crujen, pero tienen un tacto más duro que el que encontramos en marcas generalistas europeas o coreanas, y un elemento importante a destacar es la palanca de cambio, que si bien es automático, cambiando entre marcha atrás y neutro o D, se percibe frágil e incluso haciéndolo despacio y con cuidado, da la sensación de que puede romperse en cualquier momento.

En las plazas traseras hay un gran espacio, entrando sin problema al medir 1,87 y con el asiento delantero en mi posición de conducción. EE

A su favor juega el espacio interior: las plazas traseras son amplias incluso con los asientos delanteros en posición habitual para una persona de 1,85-1,90 m, como se puede ver en la imagen, que permite viajar cómodamente a tres adultos. El maletero logra unos gran 500 litros, ampliables a 1.432 abatiendo la fila de asientos trasera.

Motor y conducción: un único 1.5 turbo algo discreto

El DFSK 600 se ofrece con un único motor: un 1.5 TGDI de gasolina con 174 CV y 270 Nm, asociado a una transmisión automática CVT de 8 velocidades. Sobre el papel, no pinta mal. En la práctica, se muestra suficiente para mover el coche con solvencia en ciudad y carretera, aunque no destaca por brillantez y en los viajes puedes requerir algo más de potencia para hacer cómodo el mover los 1.590 kg que pesa el coche. La caja CVT prioriza el confort en el habitáculo, pero si pisamos de más el acelerador para lograr una aceleración fuerte, deja oír más de la cuenta el motor.

No hay opción de hibridación, ni siquiera ligera, algo que penaliza su etiqueta ambiental (C) en un momento donde la DGT ya tiene el ojo puesto sobre la contaminación y la agenda 2030. DFSK anuncia un consumo mixto de 8,2 l/100 km, cifra que en uso real se sitúa entre 8 y 9 litros, aceptable dado el peso y tamaño del vehículo.

En cuanto a sensaciones de conducción, la puesta a punto es claramente confortable. Filtra bien baches y juntas, pero la dirección resulta algo blanda y el paso por curva podría ser mejor. No es un coche para quien busque sensaciones al volante, pero sí para quien valore viajes tranquilos con buena insonorización a un buen precio.

Seguridad y tecnología

Uno de los argumentos de DFSK es su dotación tecnológica. El 600 incluye control de crucero adaptativo, alerta de ángulo muerto, aviso de cambio involuntario de carril, sensores delanteros y traseros, y el ya mencionado sistema de cámaras 360º. Es un arsenal que en marcas tradicionales, elevaría mucho la factura.

Sin embargo, el sistema de mantenimiento de carril es algo intrusivo y el control de crucero adaptativo muestra ciertas brusquedades al frenar solo. Son pequeños detalles que revelan que, si bien DFSK ha dado un salto enorme respecto a sus anteriores modelos, todavía hay margen para mejorar y hacer que el coche "vaya mucho más fino".

Precio imbatible, su plato fuerte

Lo que hace realmente peligroso al DFSK 600 para la competencia es su precio. Por unos 33.000 euros (y con frecuentes promociones por debajo de 30.000), te llevas un SUV del tamaño de un Hyundai Santa Fe con un equipamiento que en rivales costaría bastantes miles de euros más. La garantía de 7 años o 100.000 km añade tranquilidad, si bien la red de servicio oficial en España sigue siendo limitada actualmente.

Conclusión: un buen SUV para quien busca espacio y equipamiento

En resumen, el DFSK 600 es un SUV que cumple lo que promete: mucho coche por el dinero invertido. Ofrece espacio, confort y una lista interminable de tecnología a un precio que muchos europeos difícilmente igualan. Eso sí, hay que aceptar que por una de cal, una de arena, y que tiene ciertos flecos en dinámica de conducción y calidades.

Para el cliente que priorice tamaño, tecnología y precio frente a marca o conducción deportiva, este SUV chino tiene todos los ingredientes para triunfar. Veremos si el tiempo y la fiabilidad le dan la razón, porque DFSK, desde luego, ha puesto toda la carne en el asador para conquistar no solo el exigente mercado europeo, sino también un segmento al alza que cada día es más demandado, y cuyo crecimiento parece no tener fin.