Motor

La reforma fiscal de Trump pincha las ruedas de la camioneta eléctrica barata apoyada por Jeff Bezos

Slate Auto. Slate Auto.

Javier Fernández Sánchez

El sector automovilístico trabaja duramente para desarrollar vehículos eléctricos baratos que sean capaces de persuadir a los clientes y de hacer frente a los potentes fabricantes chinos. Esta tarea es compleja, ya que la batería puede concentrar el 40% del coste de producción total de un coche eléctrico. Por ello, muchas empresas se esfuerzan en optimizar el almacenamiento energético, mientras que otras optan por reducir el precio en otros ámbitos. Tal es el caso de Slate Auto, empresa que ha contado con inversiones de Jeff Bezos, la cual diseñó una camioneta barata para ser vendida por menos de 20.000 dólares. Sin embargo, la reforma fiscal de Trump ha reventado la estrategia de la marca.

La aprobación de la reforma fiscal de Trump, calificada de 'gran y bella' por parte del propio magnate, ha neutralizado el principal reclamo de la camioneta eléctrica de Slate Auto, debido a los recortes a la subvención de compra de coches eléctricos. Esta ley apoyada por el republicano, que rebaja los impuestos y recorta las ayudas sociales, acabará en septiembre con el crédito fiscal de 7.500 dólares con el que Slate Auto contaba para promocionar su oferta.

La reforma recién aprobada por el Congreso de EEUU, que ha sido criticada por el FMI debido a que incrementará el déficit fiscal, asesta un duro golpe al núcleo de la estrategia de Slate Auto, firma que anunció el pasado mes de abril la producción de un vehículo 'pickup truck' por menos de 20.000 dólares. Si bien la marca no tiene previsto comenzar a fabricar estos vehículos hasta 2026, resta saber cuál será el precio final sin contar con ayudas a la compra de coches eléctricos.

En este sentido, es preciso señalar que Jeremy Snyder, jefe comercial de Slate Auto, señaló en abril que la industria automovilística había colocado precios de coches eléctricos que la mayoría de los estadounidenses no podían asumir, situación que su firma estaba dispuesta a cambiar. "Estamos fabricando un vehículo eléctrico que ha sido prometido pero jamás entregado", llegó a decir Chris Barman, su director ejecutivo. La reforma fiscal de Trump parece haber convertido en papel mojado todas estas palabras.

Otro elemento que puede quedar empapado por esta ley es la pólvora de la industria automovilística estadounidense en la pugna por dominar el segmento de coches eléctricos. El sector del motor chino avanza con vigor, y se encuentra ya en una fase clave de la evolución del mercado, con una concentración brutal, provocada, entre otras cosas, por la guerra de precios desatada por BYD, estrategia que también ha sido criticada por el Partido Comunista de China. Mientras tanto, Tesla intenta levantar la cabeza tras experimentar una disminución de sus ventas, golpeada por una crisis reputacional grave ligada al activismo político de extrema derecha de Elon Musk.