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¿Practicas el 'icing'? La incívica costumbre que hace más difícil el buen uso de los coches eléctricos
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Pedro Berrio
Aparcar los coches de combustión en las plazas con cargador reservadas a los coches eléctricos se está convirtiendo en algo que ya no resulta anecdótico y hace mucho más complicado el uso de los vehículos de batería.
Esta práctica surgió en Estados Unidos Y Canadá por parte de los propietarios de vehículos de combustión que no querían coches eléctricos en sus ciudades y aparcaban en las plazas con puntos de recarga para dificultar el uso de los eléctricos. De ahí viene el nombre que se le ha dado a esta mala costumbre, ya que en inglés los vehículos de combustión se denominan ICE (Internal Combustion Engine, motor de combustión interna) y estos "rebeldes" querían imponer la práctica del "icing". Copiado o no de Norteamérica, lo cierto es que ya es cada vez más habitual ver coches que no tienen ningún tipo de enchufe para su recarga, ocupando las plazas con cargadores.
La fotografía que abre este artículo está tomada hace pocos días en la Terminal T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas. Como puede verse, todas las plazas con cargadores para vehículos eléctricos están ocupadas por coches que llevan motor de combustión, sin posibilidad de recarga de ningún tipo, y no se trata de uno de los módulos, es en todos. El problema empezó de una manera algo "tímida" con algún "despistado" que aparcaba en ellas, pero ahora todas están completamente ocupadas y ningún eléctrico enchufado en los cargadores. Esto mismo ocurre en centros comerciales y supermercados que ya cuentan con este tipo de instalaciones para vehículos eléctricos.
Un problema con difícil solución
Los cargadores públicos que se encuentran en la vía pública están perfectamente señalizados con el firme en verde y las placas R307 y R308, las normales de prohibición de estacionar, pero con las flechas que marcan el espacio y un texto que indica expresamente que están dedicadas a los vehículos eléctricos, además de una limitación de tiempo máximo de estacionamiento y recarga que, en Madrid, suele ser de una hora. Si un coche que no es eléctrico aparca en estas plazas puede ser sancionado con 200 euros y retirado por la grúa, lo mismo que si un eléctrico se queda durante horas en el mismo sitio una vez finalizada la recarga. La sanción será impuesta por el ayuntamiento correspondiente no por la DGT, ya que estos puntos de recarga están ubicados en zonas urbanas y eso es competencia municipal.
El problema es que los ejemplos que hemos mostrado se encuentran en centros comerciales y edificios fuera de la vía pública, es decir, zonas "privadas" por donde no patrulla la Policía Municipal, por lo que es casi imposible que los infractores sean sancionados. Habría que llamar a la Policía Municipal y conseguir que entraran dentro de estos aparcamientos, algo realmente complicado. De nada sirve que los centros comerciales y aparcamientos públicos cumplan la normativa europea que exige que estos espacios cuenten, como mínimo, con una plaza con cargador por cada 40 plazas de aparcamiento (hasta 1.000 plazas) si luego quedan inutilizadas por la falta de civismo de otros conductores.