Confirmado: Wang Chuanfu, CEO de BYD, asegura que este importante país europeo será su nuevo centro de operaciones
- La marca china continúa con su estrategia de conquistar el mercado del automóvil
- Este es el enemigo común de la Tesla de Elon Musk y BYD que Stella Li, vicepresidenta de la marca china, ya tenía detectado
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Daniel Gordo
Es cierto que se deja ver pocas veces en público. De hecho, suele ser la vicepresidenta, Stella Li, quien suele dar la cara frente a los medios. Sin embargo, Wang Chuanfu, CEO de BYD, ha confirmado ha todo el mundo quién será el país que convertirá en su base de operaciones fuera de China: Hungría.
El pasado jueves, se hizo oficial tras haberse reunido con el primer ministro húngaro, Viktor Orban, en Budapest. Wang ha asegurado que el nuevo centro neurálgico de BYD creará 2.000 empleos y tendrá tres funciones principales: centro de pruebas, de desarrollo y de ventas y servicio postventa. Esto quiere decir que, antes de llegar a Europa, todos los modelos de la marca china pasarán por Hungría para su correspondiente fase de pruebas, desarrollo y validación.
BYD elige a Hungría como base
La relación entre el país húngaro y BYD viene de lejos. Desde 2016, los chinos producen sus vehículos industriales eléctricos en el territorio europeo, siendo principalmente autobuses eléctricos en la localidad de Komárom.
No obstante, desde hace ya más de un año, el fabricante asiático hizo pública la construcción de su primera planta de vehículos, la cual estará operativa para finales de este año y principios del que viene.
Con este acuerdo, Viktor Orban se ha convertido en uno de los principales aliados para la expansión de BYD en Europa. Eso sí, aún se desconocen las cifras de esta unión. Sin embargo, puede presuponerse que las cifras que BYD gastará en Hungría serán completamente astronómicas.
Por su parte, Alemania continúa siendo la puerta de entrada preferida por las firmas chinas en Europa. Lógico, es el mercado más grande y sede de los mayores fabricantes. Pero BYD no se conforma. Pronto inaugurará su segunda planta en Hungría y levantará otra en Turquía, país clave entre Oriente y Occidente. Con la producción local, los de Shenzhen esperan esquivar los altos aranceles impuestos desde Bruselas y poder recortar precios para ganar cuota de mercado.