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Convierte tu coche con etiqueta B o C en ECO por menos de lo que imaginas: así funciona el GLP

Montaje de las etiquetas medioambientales B, C y ECO con el tráfico de la ciudad de Madrid detrás | Fuente: iStock/Canva


Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) forman parte de nuestra vida desde el año 2023. Su llegada, no sin polémica, supuso la restricción de ciertos vehículos a algunas de las principales ciudades de España.

Una ZBE es un área delimitada por una administración pública que restringe no sólo el acceso, sino que también la circulación y el estacionamiento de los vehículos con el objetivo de mejorar la calidad del aire.

Las ciudades obligadas, por Ley de Cambio Climático, a establecer este tipo de zonas son aquellas con una población superior a los 50.000 habitantes. Del mismo modo, deberán implementarlas los territorios insulares y los municipios con más de 20.000 habitantes que incumplan los criterios de calidad del aire.

Los primeros vehículos en sufrir las consecuencias derivadas de las ZBE fueron aquellos vehículos sin etiqueta, algo que generó bastante polémica. Pero ahora, los siguientes en la lista son aquellos que lleven en su parabrisas el distintivo medioambiental B y C.

Bajo esta situación, muchos son los usuarios que optan por buscar en el mercado, ya sean nuevos o de segunda mano, vehículos con la etiqueta medioambiental ECO. Pero, ¿cómo te quedarías si te digo que tu coche de distintivo B o C podría convertirse en esta otra por un precio relativamente bajo?

De etiqueta B o C a ECO

Para hacer que tu coche con etiqueta B o C pase a utilizar la ECO, 'únicamente' deberás convertir tu vehículo en GLP. ¿Qué es el GLP? Este es "una mezcla de gases licuados que están compuestos por propano y butano, que se obtienen de la extracción y destilación del petróleo crudo", tal y como define Christian Brihuega, asesor técnico del RACE.

Transformación vehículo a GLP | Fuente: Europa Press

Los coches que se adapten a GLP tienen que cumplir con la normativa ECE/ONU R-115, donde se concretan algunos requisitos para poder realizar la conversión:

  • Que funcionen con gasolina o gasóleo.
  • Que su motor no tenga más de 460 CV de potencia: con el GLP se puede notar una cierta pérdida de potencia y a partir de estos caballos no se asegura el rendimiento que exige el motor.

Pero ojo, debes tener en cuenta que no todos los coches diésel o gasolina adaptados a GLP van a obtener la codiciada etiqueta ECO. Según la normativa vigente, únicamente podrás optar a ella si:

  • Tienes un vehículo de gasolina matriculado a partir del año 2006 que pase la normativa de emisiones EURO 4, 5 o 6. Corresponde con un coche clasificado con la etiqueta C.
  • Tienes un vehículo diésel matriculado a partir del año 2015 que apruebe la normativa EURO 6 (etiqueta C).

Sin embargo, y aunque no vayas a obtener la etiqueta ECO, también puedes convertir tu coche diésel o gasolina a GLP siempre que:

  • Tengas un coche de gasolina matriculado a partir del año 2001 que apruebe la normativa EURO 3 (etiqueta B).
  • Tengas un coche diésel matriculado a partir de 2006 que cumpla la normativa EURO 4 (etiqueta B).

Pasos para instalar el GLP

La conversión debe realizarse con un kit de conversión en un taller especializado u oficial que esté homologado por Industria, que se encargará también de pasar la ITV antes de entregarte el vehículo. Según el RACE, los pasos a seguir para instalar el GLP en un coche diésel o gasolina son:

  • Colocación del depósito: se suele colocar en la rueda de repuesto, que suele estar ubicada en la parte baja del maletero. En este caso, se sustituye el neumático de emergencia por un kit de pinchazos. El depósito de GLP no sustituye al de combustible, es otro completamente diferente. El usuario no lo puede manipular, solo el taller especializado. Los depósitos de GLP tienen una capacidad de entre 35 y 150 litros aproximadamente.
  • Instalación de la boquilla de llenado de GLP cerca de la boquilla de la gasolina o el diésel. Si viajas por Europa tendrás que comprar adaptadores ya que no es la misma en todos los países.
  • Montaje de las tuberías por donde va a circular el gas desde el depósito hasta el motor.
  • Instalación del conversor: un tanque especial convierte el líquido en gas, que es el estado en el que va a entrar al motor. Se ubica en la zona delantera del propulsor.
  • Colocación de la rampa de los inyectores para el GLP. Son diferentes que los inyectores por donde se mete la gasolina en el motor. Debido a que la inyección del gas obliga a que haya una mayor compresión dentro del motor, a la junta de culata y a la culata se les protege añadiendo un aditivo especial.
  • Instalación de los sensores que miden, entre otros parámetros, la cantidad de GLP que queda en el depósito. Éste se puede comprobar en el interior del vehículo con un botón en el que también se puede seleccionar si se conduce consumiendo gasolina o GLP.
  • Sustitución de la centralita que regula y calibra la inyección de gasolina y GLP. Tiene que incluir el mismo mapa motor que ya tenía cuando era solo un vehículo de gasolina. En esa regulación, el vehículo nunca va sólo con GLP, sino que se consume algo de gasolina (la relación suele ser de un 90% GLP y 10% gasolina). Por ejemplo, un vehículo con GLP siempre va a hacer el arranque en gasolina (el GLP necesita de cierta temperatura para que funcione correctamente). Al cabo de unos 5 o 10 minutos ya pasa a funcionar con GLP.

¿Cuánto cuesta?

La instalación de un kit de GLP en un vehículo propulsado por diésel o gasolina tiene un precio que oscila entre los 1.500 y los 3.000 euros, dependiendo del número de cilindros del coche y la complicación del montaje.

Repostando GLP en la gasolinera | Fuente: Europa Press

En automóviles diésel, la instalación va a resultar más cara, puesto que su instalación es algo más compleja. Por este motivo, lo más normal es realizar una conversión de un coche de motor gasolina a GLP, que uno de gasóleo.

La amortización de esta conversión dependerá del tipo de vehículo que tengas, aunque lo normal es que se amortice en un rango de entre 30.000 a 50.000 kilómetros.

En el caso en el que más compensa realizar esta instalación es en aquellos en los que se cuenta con un automóvil con el que se realicen muchos kilómetros al año y que tengan un motor que consuma mucho, como, por ejemplo, un V8.

Por último, cabe destacar que más allá de las ventajas de la etiqueta, el GLP tiene un precio por litro igual o inferior a un euro, por lo que el ahorro en combustible también será significativo.