Motor
A la espera de un Plan Moves IV para el coche eléctrico que reduzca la burocracia y otorgue la ayuda en el momento de la compra
Sylvia Longás
Para 2025, de momento, no hay nuevo plan de ayuda al coche eléctrico. El Moves que ya existía en 2024 se ha ampliado hasta julio, pero nada ha cambiado. La industria del automóvil espera un Moves IV más efectivo que consiga mejorar la venta del coche eléctrico.
El Plan Moves III se ha ampliado hasta el 30 de junio de 2025. Esta es la extensión de uno de los programas clave en España para la transición hacia una movilidad sostenible, pero no parece estar teniendo el éxito deseado. La venta de coches eléctricos no termina de despegar en España y "parte de la culpa" de las malas cifras se achaca al planteamiento de este plan que no concede la ayuda en el momento de la compra y que tarda en llegar: hay que adelantar el dinero y, como se clasifica como ganancias patrimoniales, deben ser declaradas en la Declaración de la Renta.
Hablamos con Laura Goncalves, directora general de Powerdot para España (operador independiente de cargadores para coches eléctricos), sobre la ampliación del Moves para 2025 y el deseo de contar con un Moves IV que realmente sea efectivo.
¿Cuáles son los "peros" del nuevo Moves?
El Plan Moves III no ha cambiado, sino que se ha prorrogado hasta el 30 de junio de 2025. Este plan de ayudas no ha sido actualizado desde su creación en 2021 y existe la oportunidad de introducir algunos ajustes en una futura versión, para así acelerar la adopción del vehículo eléctrico y corregir algunas de las frustraciones de los usuarios.
Según el "Anuario de Movilidad Eléctrica 2023-2024" de AEDIVE, presentado en marzo de 2024, uno de los problemas más graves percibidos por los usuarios es la falta de agilidad en la gestión de las ayudas y el exceso de burocracia. El estudio destaca que, a pesar del aumento de solicitudes en 2023, sólo un 35% de ellas se resolvieron en los plazos inicialmente previstos.
Estos datos evidencian la oportunidad de reformar el modelo actual. Una de las principales áreas de mejora es la reducción de los tiempos entre la compra del vehículo y la recepción de la ayuda. En una futura versión del Moves, sería ideal que el usuario reciba la ayuda de forma inmediata o pocos meses después de la compra. Esto permitiría que, al comparar un coche eléctrico con uno térmico, los usuarios perciban directamente la ventaja económica del vehículo eléctrico, aumentando su competitividad en el mercado.
Para conseguir reducir los tiempos en la recepción de la ayuda, es necesario simplificar el proceso de solicitud. Actualmente, las solicitudes deben pasar por varias fases y, al estar descentralizadas en las comunidades autónomas, los procedimientos varían, lo que dificulta el proceso para muchos usuarios.
Sabemos que el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) está activamente trabajando en revisar el Plan Moves y mejorarlo, por lo que tienen un interesante desafío en manos que será crucial para la movilidad eléctrica en España.
¿Cuánto están tardando de media los usuarios en recibir las ayudas?
El tiempo de espera para recibir las ayudas del Plan Moves III varía según la comunidad autónoma, situándose generalmente entre ocho meses y dos años. Aunque esta situación puede ser mejorada sin duda. En varias regiones como Cataluña o Andalucía ya se han implementado sistemas digitales que han acelerado parcialmente las gestiones, marcando un primer paso hacia una mayor agilidad.
El desafío radica principalmente en la carga administrativa y los recursos disponibles, pero es importante destacar que se están sentando las bases para optimizar estos procesos. De hecho, existe un consenso creciente sobre la necesidad de reformar y agilizar el modelo actual, lo que podría materializarse en futuras ediciones del programa, como el esperado Plan Moves IV.
Aunque aún no se han confirmado los detalles, se espera que el próximo plan pueda incorporar mejoras destinadas a simplificar y agilizar el acceso a las ayudas. Estas posibles novedades reflejan un compromiso por atender las necesidades de los usuarios y fortalecer la confianza en las iniciativas de movilidad eléctrica, impulsando así una transición más eficiente y accesible.
Hay casos en los que el usuario está incluso tardando tres años en recibir ayudas. ¿Cómo pueden actuar estos propietarios desesperados? ¿A quién acuden o cómo recurren?
Cuando un usuario experimenta una espera prolongada, lo primero que debe hacer es consultar el estado de su solicitud directamente con el organismo encargado de gestionar las ayudas en su comunidad autónoma. Si tras este paso no obtienen una respuesta clara o satisfactoria, pueden presentar una reclamación formal. En algunos casos, también es recomendable acudir a organizaciones de defensa del consumidor, que ofrecen asesoramiento y pueden intermediar ante la administración. Además, existen plataformas ciudadanas que se han organizado para visibilizar este tipo de problemas y presionar a las administraciones para que den soluciones rápidas y eficaces.
¿Es probable que no reciban nunca las ayudas?
Aunque la posibilidad de que un usuario no llegue a recibir las ayudas existe, se trata de casos excepcionales, principalmente por no cumplir con la documentación solicitada. La mayor parte de los solicitantes accede a los fondos, pero el principal problema es el tiempo que transcurre hasta que esto ocurre. Es fundamental que las administraciones adopten medidas que agilicen estos procesos, ya que la falta de certezas genera una percepción de inseguridad que puede frenar la adopción del vehículo eléctrico y la confianza de los conductores en el sector.
Según datos de AEDIVE, menos del 5% de las solicitudes presentadas terminan siendo denegadas de forma definitiva, y en la mayoría de los casos, esto se debe a errores formales o a la falta de documentación adecuada durante el proceso.
¿Qué nuevo esquema de ayudas proponéis que realmente sea factible y efectivo?
Un enfoque más eficaz podría centrarse en aumentar la competitividad del vehículo eléctrico mediante medidas como incrementar el valor de las ayudas directas o eliminar ciertos impuestos asociados. Por ejemplo, en Portugal, las empresas pueden deducir el 100% del IVA (23%) en la compra de vehículos totalmente eléctricos, lo que incentiva significativamente su adopción. Asimismo, sería clave que las ayudas públicas no se consideren ingresos sujetos a tributación en el IRPF, como ocurre actualmente, lo que reduce su impacto real para los beneficiarios.
Otra mejora esencial sería simplificar y digitalizar la gestión de las subvenciones a nivel estatal, asegurando además que las condiciones sean uniformes en todo el país.
A nivel nacional, el Barómetro de Electromovilidad de ANFAC destaca que implementar un sistema de incentivos automáticos, junto con una simplificación administrativa, podría aumentar la penetración del coche eléctrico en un 20% adicional para 2025. Esto subraya la importancia de medidas accesibles y consistentes para acelerar la transición hacia la movilidad eléctrica.
¿Creéis que 2025 será ya el año del despegue del coche eléctrico?
Nuestra expectativa es que 2025 marque un punto de inflexión para la movilidad eléctrica en el país. Sin embargo, para superar significativamente los avances de 2024, un eventual Plan Moves IV podría desempeñar un papel decisivo.
La colaboración entre los sectores público y privado sigue siendo esencial para lograr tres objetivos clave: estabilizar los precios de los vehículos eléctricos, simplificar el acceso a las ayudas para su compra y ampliar la red de infraestructuras de recarga pública, especialmente en potencias rápidas y ultrarrápidas.
El ritmo de instalación de puntos de recarga será un factor determinante para alcanzar las metas de electrificación. España avanza positivamente en su transición hacia la movilidad eléctrica, acortando la distancia con otros países de la Unión Europea.
Según el Barómetro de la Electromovilidad de ANFAC, publicado en 2025, el número de puntos de recarga de acceso público creció un 32% durante 2024, con 9.400 nuevas instalaciones respecto al año anterior.