Motor
Primer derrapaje en paralelo de dos coches autónomos: así busca Toyota más seguridad
- El "Fast and furious" de Toyota sin nadie al volante
- Inteligencia artificial y redes neuronales para manejar condiciones de conducción extrema
- Buscar reducir los accidentes causados por pérdida de control en condiciones difíciles
Miguel García
¿Qué tiene que ver hacer "drift" -largos derrapajes controlados con un coche- con la seguridad en la conducción?, te podrás preguntar. Lee cómo Toyota continúa intentando unir estos mundos que parecen opuestos.
Mi padre intentaba convencer a mi abuelo, perplejo, que el Xantia Activa (un Citroën como el suyo, pero con unas suspensiones que hacían al coche mantener la horizontalidad en curvas) era un coche increíblemente estable. Y pretendía demostrarlo enseñando la foto de una revista en la que el coche solo lograba apoyar tres ruedas en el suelo y parecía estar deslizando. "¿Y dices que ir con una rueda despegada es seguro?". No imagino lo que pensaría si hoy le explicáramos que Toyota investiga hacer los coches más seguros haciendo derrapar dos coches en paralelo.
Primer derrapaje autónomo en tándem del mundo
Esa es, precisamente, la demostración de la que alardean Toyota y la universidad de Stanford: dos coches sin conductor, derrapando uno junto a otro, como un "Fast and Furious" académico. La escuela de ingeniería de Stanford lleva años trabajando en la dinámica de coches robóticos al límite de adherencia (lo que incluye el derrapaje controlado). Vimos su De Lorean y un Audi TT sin conductor haciendo todo tipo de conducción malabarista y luego subir Pikes Peak, logrando un resultado muy decente en la tradicional carrera americana. El gran salto del que presumen hoy es hacer estos ejercicios al lado de otro coche, también en marcha, sin colisionar, manteniendo el equilibrio inestable que es el derrapaje.
¿Para qué enseñar a derrapar al coche autónomo?
La idea de enseñar a un coche a controlar un derrape no es por diversión, sino para evitar muchos accidentes. Según Avinash Balachandran, vicepresidente de la división de Conducción Interactiva Humana de TRI (Toyota Research Institute), "cuando tu coche comienza a patinar o deslizarse, dependes únicamente de tus habilidades de conducción para evitar chocar con otro vehículo, árbol u obstáculo. Esta nueva tecnología puede intervenir precisamente a tiempo para proteger al conductor y manejar una pérdida de control, tal como lo haría un experto en derrapes". Según Toyota, este proyecto ya ha llevado a nuevas técnicas para controlar vehículos automatizados de manera segura en hielo.
Sigue a ese coche
Como sucedería en la vida real, ante una placa de hielo, el coche de delante deslizaría, y el que viniera detrás, también. Con este principio se ha desarrollado el experimento del derrapaje en tándem. El GR Supra de cabeza fuerza un derrapaje que debe mantener en todo el recorrido previsto, y el seguidor debe hacer lo mismo, seguir al líder, derrapando proactivamente y a escasos centímetros, sin colisionar. Para el derrape en tándem, ambos vehículos deben planificar continuamente las intervenciones de dirección, aceleración y freno, así como la trayectoria a seguir, utilizando una técnica llamada "Modelo de Control Predictivo No Lineal (NMPC)".
Cada vehículo tiene que resolver un problema de optimización hasta 50 veces por segundo para decidir qué comandos de dirección, aceleración y freno son los mejores para cumplir sus objetivos, mientras responden a condiciones que cambian rápidamente. Además de sus potentes ordenadores, sensores y actuadores, ambos GR Supra están interconectados mediante una red WiFi dedicada que permite la comunicación en tiempo real. "Si podemos hacer esto, imagine lo que podemos hacer para que los coches sean más seguros".
Coches potencialmente autónomos, pero tú conducirás
TRI son las siglas del Instituto de Investigación de Toyota, dirigido por Gill Pratt, un antiguo responsable de DARPA, encargado concretamente de la conducción autónoma para el Departamento de Defensa americano. Pratt, después de haber logrado demostrar que era posible el vehículo autónomo tanto en escenarios urbanos como en caminos, fichó para Toyota y en seguida echó un jarro de agua fría a quienes esperaban que todos los coches fueran sin conductor. Para Pratt y Toyota, la verdadera seguridad pasaba por un sistema inteligente capaz de conducir por sí mismo, pero con supervisión humana, y viceversa, que ese sistema supervisara al conductor cuando éste tomaba el mando, como un ángel de la guarda.
Con una filosofía de ying-yang, Toyota participa en competición, pero vende coches eficientes, y dice que son actuaciones complementarias. Del mismo modo, lleva años desarrollando prototipos de coches autónomos, para mejorar la seguridad de los coches no-autónomos. El sistema automático de conducción se convertirá en la "mano amiga y experta" para que el conductor pueda disfrutar más de ponerse al volante en el futuro. Y para elevar esa seguridad hasta los límites, ha desarrollado esta conducción automática en situaciones de alta inseguridad durante siete años con Stanford, trabajando en el inestable equilibrio que es el derrapaje.