Este es el kilometraje recomendado para comprar un coche de segunda mano
elEconomista.es
Al buscar un vehículo en el mercado de segunda mano, cada interesado filtra su búsqueda en función de sus intereses. Así, buscará coches en una franja de precios determinada, con unas dimensiones y una potencia determinadas, con un número determinado de plazas o de un tipo de carburante concreto.
Dada la gran variedad de parámetros que las webs de búsqueda de vehículos admiten, muchos otros filtros pueden quedar sin completar, especialmente en aquellas búsquedas realizadas por los menos experimentados en el mercado de la compraventa.
Así, uno de los filtros que más dudas suscitan es el del kilometraje. ¿Qué cantidad de kilómetros es la recomendable? ¿A partir de cuántos kilómetros no se aconseja adquirir un vehículo?
Lamentablemente, no existe una respuesta clara, ya que cada coche distinto. Por lo general, cuantos más kilómetros, peor. Pero esta regla no escrita no siempre se cumple. Pueden darse casos de coches con 400.000 kilómetros que no hayan tenido prácticamente ningún problema serio y coches con 80.000 kilómetros que hayan pasado por el taller en varias ocasiones.
Kilómetros entre años
Como resulta obvio, lo ideal sería que el coche tuviese los menos kilómetros posibles. Es decir, uno con 20.000 kilómetros será preferible a uno con 30.000 kilómetros, y uno de 70.000 será también preferible a uno de 80.000. Por tanto, es imposible establecer una cifra exacta en cuanto al kilometraje recomendado, ya que esta cifra estará muy condicionada al presupuesto del que se disponga.
Independientemente del número total de kilómetros, puede resultar interesante averiguar si el coche está muy usado o no. Esto podemos intuirlo dividiendo los kilómetros totales entre el número de años del vehículo. Así, podría ser preferible un coche de 8 años con 15.000 kilómetros anuales a sus espaldas (120.000 km totales) que un coche de cuatro años con 30.000 kilómetros anuales. En este sentido, es aconsejable recabar información sobre el uso que se le ha dado, ya que, por ejemplo, podemos encontrarnos ante coches que hayan rodado mucho hace años pero que acumulen muchos meses de polvo en un garaje, contribuyendo del mismo modo a un peor mantenimiento del vehículo.
Del mismo modo, y dado que a la hora de buscar un coche lo normal es que se pretenda que dure lo máximo posible, podemos tratar de establecer algún límite (siempre dependiendo del presupuesto). Dado que la vida media de un vehículo puede estar entre los 250.000 y los 300.000 kilómetros, podemos usar este límite ficticio para estimar la vida que le puede quedar a un coche que nos interese. Así, podríamos deducir que un coche con 180.000 kilómetros probablemente haya rebasado la mitad de su vida útil.