Motor
El reciclaje de baterías marca el camino del coche eléctrico
- Ante la escasez de las materias primas, el reciclaje se muestra clave
- La cuota de coches eléctricos rozará el 30% en 2025 en Europa
Mónica G. Moreno
El futuro de la movilidad muestra diferentes incógnitas. El pasado mes de febrero, el Parlamento Europeo aprobó prohibir la fabricación de automóviles de combustión a partir del año 2035. Faltaba la ratificación de la medida por parte del Consejo Europeo, cuando algunos países como Alemania e Italia levantaron la voz en contra de este veto, por lo que la fecha para la aprobación definitiva todavía está en el aire.
En paralelo a esta situación, no se puede negar el avance del coche eléctrico en las carreteras y que continuará en aumento. La cuota de coches eléctricos puros rozará el 30% en 2025 en el mercado europeo y sobrepasará el 70% para 2030, según las estimaciones de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA).
Esta transición hacia la movilidad eléctrica puede verse comprometida por la escasez de los materiales. Grafito, litio, cobalto, níquel... Estas son algunas de las materias primas y de los metales más habituales para fabricar las baterías de los coches eléctricos. Según un informe del Fondo Monetario Internacional, la demanda de metales de la transición energética puede superar la oferta mundial actual. De este modo, el reciclaje se convierte en un aspecto clave en esta industria. Y es que en una batería de coche eléctrico, hasta el 70% de los materiales que contiene se pueden reciclar, según Recyclia.
Desde la Unión Europea promueven una economía circular regulando las pilas y baterías a lo largo de todo su ciclo de vida. Así, desde la Comisión Europea se busca que las normas cubran toda la vida de las baterías y que las nuevas tengan niveles mínimos de cobalto, plomo, litio y níquel reciclados, entre otros aspectos.
"Un reciclaje completo de las baterías permitirá recuperar los distintos materiales para que puedan utilizarse como materias primas secundarias en otras baterías u otros productos y así disminuir la demanda de material virgen y la dependencia de la importación", explica Elvira Jiménez, consultora experta en economía circular y sostenibilidad. Sin embargo, se trata de un proceso "complejo", tal y como señala la experta, "ya que hay que separar muchos materiales diferentes, no solo los metales, sino por ejemplo también plásticos y otros componentes electrónicos que hay presentes. Con el impulso al desarrollo de los vehículos eléctricos, el reciclaje de las baterías eléctricas también ha ido aumentando su desarrollo e investigación en estos últimos años. Ya hay empresas capaces de separar muchos de los componentes principales, aunque sigue siendo un proceso costoso".
'Manos a la obra'
"El reciclaje de baterías, como industria, es ya una realidad con plantas en funcionamiento en todo el mundo", indica Alberto Torres, director general de Plugspot. En este sentido, el experto destaca proyectos ya en marcha. Uno de ellos es la planta de Hydrovolt en Noruega, con una capacidad de reciclar más de 12.000 toneladas de baterías al año. Otras plantas en Europa en marcha o que empezarán su actividad incluyen Accurec en Alemania o Umicore, que ya tiene operaciones en marcha en Bélgica y planes para abrir nuevas fábricas en Europa. Por su parte, en Estados Unidos, está Redwood.
En nuestro país, la primera planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos en la Península Ibérica se instalará en Cubillos del Sil, en la provincia de León y entrará en operación a finales de este año. Se trata de una iniciativa de Endesa, en alianza con Urbaser y que tendrá una capacidad para tratar 8.000 toneladas anuales de baterías.
El director general de Plugspot considera que "la evolución de esta industria vendrá marcada por la disponibilidad de baterías para reciclar a medida que la vida útil de los vehículos eléctricos vaya llegando a su fin, las exigencias normativas y la previsión de un aumento en los costes de las materias primas que hagan más atractiva la inversión en este sector".
"El reciclaje de baterías no solo promueve la sostenibilidad de la movilidad eléctrica y potencia la economía circular, sino que también tiene implicaciones indirectas en la reducción del precio de los vehículos eléctricos. Al implementar técnicas eficientes de separación y reciclaje, se espera que los costes de producción disminuyan. Esto se traducirá en un precio final más asequible para los consumidores y beneficiará tanto a los fabricantes como a los usuarios", expone Alejandro Rojano Padrón, responsable de I+D de EAVE.