Bolsa, mercados y cotizaciones

Lola Solana (Santander AM): "Nos han lavado el cerebro con la cultura de los logros y no nos sacrificamos por nadie"

    Lola Solana, responsable de fondos de small caps de Santander AM.

    Ángel Alonso
    Madrid,

    Lola Solana ha sido pionera en muchas facetas de su vida. Ha sido una de las primeras mujeres en gestionar fondos de inversión en España. Su fondo de small caps españolas ha sido el primero en protagonizar un anuncio publicitario en televisión y ahora se ha adentrado en el mundo de la escritura con La cruz de madera, novela publicada por La Esfera de los Libros, donde recupera la historia de su familia y le sirve de excusa para hablar de ciertos valores perdidos por la sociedad actual.

    ¿Cómo surgió la idea de escribir esta novela?

    La muerte de mi madre fue el catalizador. No llegué a tiempo para despedirme de ella y lo único que me reconfortaba era escribir. Mi madre siempre me contaba que mi abuela escribía su vida en un libro, que nunca encontramos. Entonces pensé en escribir ese libro. Era una manera de retener la memoria de mi madre y mi abuela, y ese mundo del que siempre me había hablado mi madre, la última persona ligada con él. Dicen que la escritura une en el tiempo a la gente y escribir sobre ellas era como mantenerlas vivas. Y encontré la paz.

    ¿Ha sido un salto demasiado alto contar una historia familiar íntima?

    Sí, pero estoy tan orgullosa de mi familia que no me importa nada mostrarlo. Y si le puede servir a alguien de inspiración, mejor. Es una forma de hacer que permanezcan en el tiempo. Es un canto a España y los valores y no me importa exponerme.

    ¿Cuáles son esos valores?

    El amor a España, a una España unida, la defensa de España. Porque es una familia de militares y eso está en el libro. Otros valores son la religión, porque la fe es una fuerza que mantiene unidas a las familias frente a las adversidades. Hemos perdido también la capacidad de aguante, de sacrificarnos por los demás. Nos hemos vuelto tremendamente egoístas, solo pensamos en nuestros logros. Cada personaje del libro, en determinado momento, sacrifica muchas cosas por su integridad personal, por su gente, por su familia. Y otro de los principios perdidos es que estamos muy obsesionados con tener éxito. Y nos hemos olvidado que el mayor éxito que podemos obtener es como seres humanos.

    En el mundo financiero, aparentemente tan frío, ¿echa de menos estos valores también?

    Sí, los echo de menos, en el mundo financiero y en la vida en general. No nos sacrificamos por nada ni por nadie. Nos han lavado el cerebro con la cultura de los logros. Si no estás contento con tu trabajo, lo dejas por otro. Si no estás contenta con tu pareja, igual. Pero la vida es esfuerzo, lucha y paciencia. Es difícil ser felices si vamos persiguiendo el éxito inmediato. Hay que conseguirlo a largo plazo, porque es una carrera de fondo y no hay felicidad sin dedicarle tiempo.

    ¿Se plantea escribir otra novela?

    Sí. Lo he estado pensando y hay otra cosa que quiero contar. Había pensado en escribir algo económico, relacionado con small caps. Pero antes quiero contar otra cosa. Porque uno escribe porque tiene algo que contar. No escribo por el hecho de que me guste describir los paisajes que veo, sino porque algo me sale del corazón y tengo necesidad de contarlo. Escribo porque algo ha hecho que mi corazón se rompa en mil pedazos, pero luego se recompone. Soy buena contando cosas que me salen del corazón. Quiero contar otra historia real. ¿Para escribir, qué necesitas? Algo que contar, haber vivido mucho, haber leído mucho. No he leído tantísimo, pero ya tengo unos años, imaginación y sensibilidad.

    ¿Pero cercano a su familia también?

    Algo cercano a mí. Algo que he vivido y quiero contarlo. Me gusta escribir, siempre lo he hecho. Me acuerdo que, recién casada, le escribía cosas a mi marido, que ni las leía. Y decidí hacer un blog y tuve la satisfacción de que mis amigas sí lo leían. Mi marido se queja de que le mando mensajes de wasap muy largos, pero necesito expresarme. Y es otra de las cosas que hemos perdido: la comunicación. Lo reflejo en el libro: las grandes comidas alrededor de la mesa, comentando lo que nos preocupa. Ahora no tenemos la sensación de contar las cosas para quedarte tranquilo. La gente no escribe cartas. Y hemos perdido la capacidad de comunicarnos de alma a alma, de corazón a corazón, de persona a persona, de forma abierta y con confianza. Hemos perdido las relaciones cercanas de calidad.

    ¿Qué ha leído últimamente?

    El libro de Ayanta Barilli, finalista del Premio Planeta, que también es una historia de mujeres luchadoras, escrito con mucha sensibilidad.

    ¿Por ahí iría su nueva novela, la historia de una mujer luchadora en un mundo de hombres?

    Sí, algo así. Pero con otro enfoque. Como tengo esa necesidad de contar las cosas, mejor hacerlo en un libro. La literatura es una forma de hacer justicia cuando la Historia no ha hecho justicia con determinados hechos o personas. Es la forma más poética y bonita de hacer justicia. Porque la vida no es justa, la vida sigue su curso y arrasa con lo que puede.

    ¿Ha descubierto una nueva vocación?

    Sí, yo siempre he escrito para mí. Pero he descubierto que se puede escribir para desconocidos.

    ¿Pero no tanto como para dejar el mundo de la gestión de activos?

    No, me gusta escribir, pero soy gestora de fondos, donde me vuelco. Y tengo que trabajar para devolverles a los partícipes la confianza que han puesto en mí. Me entusiasma el mundo de la gestión de activos y no lo voy a dejar.