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Wall Street no descarta un repunte en junio pese a la incertidumbre comercial

    <i>Foto: Archivo</i>

    José Luis de Haro
    Nueva York,

    Después de registrar el tercer mejor comienzo de año hasta el pasado mes de abril desde la II Guerra Mundial, la bolsa americana ha vuelto a sufrir el azote derivado de las tensiones comerciales. La renovada incertidumbre junto con la escalada del pulso arancelario entre Estados Unidos y China se ha dejado notar en el S&P 500 y otros indicadores bursátiles en mayo. De hecho, este último ha borrado más de un 6% de su valor en el mes que estamos a punto de cerrar.

    La pregunta que muchos se hacen en estos momentos es si esta tendencia está aquí para quedarse o, por el contrario, la renta variable estadounidense podría dar una sorpresa positiva inesperada. Tradicionalmente, junio se ha postulado como un mes aburrido, donde el precio medio del S&P 500 desde 1945 no ha registrado cambios significativos y se ha mantenido plano. De hecho el mejor retorno mensual de este indicador durante el sexto mes del año data de 1955, cuando llegó a acumular una rentabilidad del 8,2%. Por el contrario, su peor comportamiento se registró en 2008, en pleno estallido de la crisis financiera.

    No obstante, si echamos la vista atrás, el comportamiento más bien pavisoso de la bolsa americana durante el mes de junio ha experimentado claras excepciones durante periodos en los que los comienzos hasta abril han sido realmente buenos. Según los datos históricos, desde la II Guerra Mundial, el S&P 500 ha registrado subidas en junio en cinco de las cinco ocasiones en que su arranque anual ha sido especialmente espectacular, como sería el caso de 2019. En estos cinco episodios el indicador registró una subida media del 3,7%. Si ampliamos la vista a los 10 mejores comienzos a un año, el S&P 500 avanzó en el 80% de las ocasiones en junio (solo incumpliendo en 1961 y 1991) con un aumento medio del 1,5%.

    Es cierto que cinco o incluso 10 observaciones previas no ofrecen una confianza abrumadora de que este mes de junio ofrezca un retorno positivo, pero otros factores pueden hacerlo. Según las proyecciones que ofrece Action Economics, datos como el ISM manufacturero, las ventas de automóviles, las ventas minoristas o la producción industrial podrían mejorar con respecto a las cifras registradas en mayo. para publicar mejoras sobre lecturas anteriores, lo que indica que la economía estadounidense seguirá expandiéndose a pesar de la actual disputa comercial con China. Además, con un mercado laboral robusto y una tendencia inflacionista benigna no se espera que la Reserva Federal vaya a mover ficha a medio plazo.

    "La historia nos avisó que veríamos una caída en mayo tras un comienzo tan fuerte del año y ahora nos aconseja estar en alerta ante un comportamiento favorable en junio", determina Sam Stovall, director de inversiones de CFRA, en Nueva York.

    Desde Deutsche Bank reconocen que aparte de la guerra comercial entre EEUU y China, los fundamentos económicos están resultando más sólidos de lo que muchos esperaban este año. La economía de China creció más de lo previsto en el primer trimestre mientras los indicadores de la actividad europea han mejorado. Por su parte, el mercado laboral estadounidense sigue siendo la envidia del mundo, ya que los salarios siguen aumentando y la expansión económica continua a un ritmo sólido. Aún así, factores como el Brexit o una falta de entendimiento entre la Fed y el mercado son posibles riesgos a tener en cuenta además del pulso arancelario. Sin embargo, como indican sus expertos en un informe reciente, el banco continúa favoreciendo a las acciones estadounidenses.