Bolsa, mercados y cotizaciones
El pulso comercial amenaza al 30% de los ingresos de fabricantes de chips
- Qualcomm y Apple, entre las perjudicadas si sigue la tensión entre EEUU y China
José Luis de Haro
Las miradas del mercado se dirigen ya al próximo sábado, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, intentarán abordar su guerra comercial durante una cena en Buenos Aires, Argentina. El contexto de la Cumbre del G20 ofrece una oportunidad para que ambos países intenten frenar la escalada arancelaria que grava ya más de la mitad de los bienes chinos que entran en EEUU y más del 80% de los productos estadounidenses que compra el gigante asiático.
Sin embargo, aquellos que centran toda su atención en los gravámenes implementados por las dos economías más grandes del mundo no deben pasar por alto que, independientemente de cómo se desarrolle la velada, Washington busca implementar mayores restricciones a Pekín, especialmente con las miras puestas en la industria de tecnológica y de semiconductores. "Creemos que es probable que EEUU acabe implementando más restricciones comerciales y de inversión dentro del sector de la tecnología", avisa Christopher Danely, estratega de Citi, quien hace especial hincapié en sectores incluidos en el plan de política industrial "Hecho en China 2025", como es el caso de los semiconductores.
Aparte de los aranceles en curso, la administración Trump ha identificado la industria de los microchips como crítica para la seguridad nacional. Mientras tanto, el Departamento de Defensa advertía recientemente de que China busca liderar sectores que no solo incluyen a los semiconductores sino también la robótica, la aviación y los satélites.
Es por ello por lo que la posibilidad de prohibir a compañías de telecomunicaciones chinas en redes 5G estadounidenses, una revisión más estricta de las inversiones y compras entre compañías chinas y estadounidenses o un aumento de los controles de exportación de componentes al gigante asiático tendrían efectos colaterales no solo en el sector patrio de semiconductores sino también en fabricantes de hardware de consumo como Apple. China es uno de los mercados más grandes para los semiconductores estadounidenses, aproximadamente el 30% de los ingresos totales. El impacto temporal en el sector de una posible prohibición total del producto estadounidense que se envíe a China sería devastador para la industria, ya que gran parte de los productos finales, como ordenadores, móviles y productos electrónicos se fabrican en el país asiático. "En términos de exposición total a China, nuestro universo de compañías estadounidenses de gran capitalización contabiliza cerca de un 39% de las ventas, con Qualcomm liderando la lista con un 65% de los ingresos generados en el país, seguido de Micron, con el 57%", estima Danely.
Daños colaterales
Por su parte, la posibilidad de que el hardware tecnológico sufra una escalada arancelaria, como ya advertía esta semana el propio Trump, o mayores restricciones en las exportaciones también tendría consecuencias importantes, dado que muchos de estos productos se fabrican en China y se distribuyen a lo largo del mundo.
En este caso, la compañía con mayor exposición es Apple, que genera el 20% de sus ventas en China. Otras entidades de gran capitalización, como IBM y Cisco, han dejado de potenciar durante muchos años su negocio chino debido a la competencia de Huawei. Ambas contabilizan menos del 10% de sus ventas totales en el gigante asiático.
Qualcomm genera un 65% de sus ventas totales en China y Apple alcanza el 20%
Es importante tener en cuenta que la mayor parte de los productos de Apple se ensamblan en China y, como resultado, la de Cupertino es responsable indirectamente de una gran cantidad de empleos dentro del país, lo que beneficia a la economía china. De momento, los analistas hacen sus cálculos ante la amenaza del presidente estadounidense de imponer un arancel de entre un 10% y un 25% que afectaría directamente a los iPhones de Apple.
Para UBS, esta tentativa podría ser una "táctica de negociación de cara a la Cumbre del G20". Aún así, si llegase a materializarse, borraría alrededor de 1.500 millones de dólares de los beneficios de la de la manzana. Si la tasa alcanzase el 25%, el coste alcanzaría lo 3.800 millones de dólares.
Toni Sacconaghi, analista de Bernstein, dice que el 25% de los ingresos de Apple estarían sujetos a un posible gravamen de entre el 10% y el 25%. Este experto señala, además, que China podría tomar represalias a través de la interrupción de la cadena de suministro de Apple o bloquear ventas de iPhone, lo que "en última instancia podría ser incluso más devastador" que los propios aranceles.