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La inflación en China baja hasta el 1,5 % en enero, su menor nivel en 6 meses
La desaceleración en la inflación se justifica, por un lado, por la bajada del precio de los alimentos, de un 0,50 % interanual en enero, y por el menor aumento de precios que se ha producido en el sector del transporte y el turismo en comparación con el mismo mes del año anterior.
Esta diferencia se debe a que en 2017 el Año Nuevo Lunar en China cayó el 28 de enero, lo que llevó a las empresas operadoras de transporte y turismo a subir los precios en enero por la alta demanda de los chinos, que aprovechan las vacaciones de primavera para volver a casa con su familia o viajar a destinos turísticos.
En 2018, sin embargo, la festividad se celebrará el próximo 16 de febrero, por lo que las alzas de precios en estos sectores se han registrado principalmente este mes.
La caída de precios en el sector alimentario estuvo propiciada sobre todo por una bajada del 10,6 % en el de la carne de cerdo, un importante indicador del mercado en la segunda economía mundial, y una depreciación del 5,8 % en las verduras.
Por el contrario, el precio de los huevos subió un 14,2 %; el de las frutas, un 6,4 %; el de los cereales, un 1,2 %; y el de los productos acuáticos repuntó un 2,4 %.
El incremento del 1,5 % interanual en el IPC del país estuvo impulsado por los productos no alimentarios, cuyo precio subió un 2 %, y por los servicios, con un aumento del 2,3 % interanual.
Destacó especialmente la subida de precios de los servicios de atención médica, un 6,2 %, una tendencia que ha impulsado la inflación al alza en China en los últimos dos años desde que las autoridades del país decidieran terminar con los controles sobre el precio en los hospitales públicos.
La Oficina Nacional de Estadísticas también publicó hoy el índice de precios a la producción (IPP), que mide la inflación a nivel mayorista y que subió un 4,3 % interanual en el primer mes del año, lo que supone un descenso frente al alza del 4,9 % registrado en diciembre y su nivel más bajo de los últimos catorce meses.
La desaceleración de la inflación hasta el 1,5 % en enero se ha producido después de que China cerrara 2017 con un IPC del 1,6 %, cuatro décimas inferior al del ejercicio anterior y que no cumplió con el objetivo del 3 % que el Gobierno se había fijado en marzo del año pasado.
El IPC lleva cuatro años por debajo de ese nivel, lo que preocupa a las autoridades.
A pesar de la reciente ralentización, los expertos pronostican un incremento de la inflación para los próximos meses y algunos, incluso, se muestran preocupados por el impacto que esta podría tener en la economía de China.
Julian Evans-Pritchard, experto de la consultora británica Capital Economics, pronosticó hoy que la inflación rebotará en febrero "gracias a un aumento estacional del precio de los alimentos".
Lo mismo vaticina el banco alemán Deutsche Bank, que ya en diciembre apuntaba en un informe que "el efecto del precio de los alimentos contribuirá a una inflación más alta a comienzos de 2018".
Esta entidad avisa de que el mercado "infravalora" el riesgo de la inflación y que si el IPC sube hasta el 3 %, como persigue el Gobierno, y se mantiene por encima de ese nivel habrá "un riesgo de menor crecimiento en China".
"Una alta inflación sería muy dañina para la economía de China. El país tiene un apalancamiento alto y en aumento, particularmente en el sector corporativo y los Gobiernos locales. La consecuencia inmediata de la inflación es un ajuste de la política monetaria, lo que haría vulnerables a las compañías apalancadas", alerta.