Bolsa, mercados y cotizaciones

Mifid II dejará huérfanas de análisis a las pequeñas y medianas cotizadas

    <i>Foto: Archivo</i>.

    Carlos Jaramillo, Ana Palomares

    La cuenta atrás para que Mifid II entre en vigor en enero de 2018 ha comenzado. La nueva normativa tiene como objetivo principal dotar de mayor transparencia al mercado, pero también provocará una carestía de seguimiento para muchas cotizadas. A partir de enero, los gestores tendrán que pagar a bancos y a brokers de manera directa por el análisis, un cambio radical con respecto a la práctica actual de combinar los costes con los de las comisiones de trading al que tendrán que adaptarse rápidamente.

    Para muchos, esta nueva normativa tendrá unas consecuencias letales para las casas de análisis medianas y provocará que sean los grandes bancos los que copen casi todo este mercado. "Las gestoras van a tener que decidir con quien quedarse, van a reducir el número de proveedores y van a recibir a los que sean globales", explica un dirigente de un banco español, al tiempo que resalta que "las compañías de tamaño medio que hoy tienen análisis lo van a dejar de tener y los grandes bancos de inversión van a tener mucho poder sobre el movimiento de los valores e incluso pueden tratar de echar del mercado a pequeñas firmas de análisis".

    Ahora hay 33 valores del Mercado Continuo que no son seguidos por analistas, según los datos de FactSet. Asimismo, 26 empresas son analizadas por entre 1 y 5 expertos -ver gráfico-. Esta medida no solo supondrá un golpe para aquellos que confían en el análisis a la hora de realizar su inversión, también tendrá consecuencias sobre el negocio de las cotizadas: "Va a afectar mucho a las pequeñas y medianas empresas europeas, porque los bancos se basan en los análisis que reciben para decidir a quién prestan dinero y a quién no", incide Rick Watson, director general de Mercados de Capitales de AFME.

    Para Javier Domínguez, socio director de Auriga Global Investor, la aplicación de Mifid II supone que "el modelo de negocio de los brókeres cambia, porque tienen que valorar su research y ese servicio es muy caro". "Incluso no es descartable que haya muchas entidades financieras que opten por pagar por analistas o por crear sus propios equipos de análisis en lugar de pagar por este como hacían hasta ahora", concluye. En este sentido, todavía no se conoce cuánto decidirán cobrar las firmas por este servicio, pero, según informaciones de Bloomberg, este precio podría variar desde los 10.000 dólares hasta los 150.000 dólares por un servicio básico de análisis de renta variable. Ahora las gestoras deben decidir si trasladan este coste a los inversores o si ellas deciden asumirlos.

    Menos proveedores

    Según una encuesta realizada por Exane BNP Paribas y EY recogida por Les Echos, el 72% de los inversores institucionales y gestores activos del Viejo Continente y Estados Unidos prevé reducir el número de sus proveedores como consecuencia de esta normativa.

    Una encuesta de Oliver Wyman refleja que son muchos los que planean reducir su gasto en este apartado. "Los proveedores y los inversores que hemos encuestado esperan, de media, una reducción de entre el 10 y el 30% en estos gastos", explican desde la consultora, si bien reconocen que "algunos prevén solo pequeños cambios y otros planean reducir su consumo en análisis hasta un 50%". "Para resistir, las casas de análisis deben ofrecer una oferta con mucho valor añadido", asegura Vincent Rouvière, responsable de renta variable de Exane BNP Paribás, en declaraciones al diario francés.

    Dado que los jugadores globales no se retirarán de este mercado, hay quien advierte de que las firmas independientes podrán tener una oportunidad en su especialización, pero que el listón será realmente alto. "Un potencial efecto secundario sería una aceleración del lanzamiento de boutiques centradas solamente en industrias específicas", reflexionan desde el equipo de análisis de UBS. En el banco helvético reconocen que "medir la calidad del análisis es algo inherentemente subjetivo y hay muchas formas distintas de generar valor para los clientes, por lo que medir la calidad de los mismos es una tarea difícil".

    En Oliver Wyman calculan que el coste del análisis supone actualmente unos 5.000 millones de dólares al año y en la consultora creen que "es probable que esta cantidad caiga" y también señalan a los grandes bancos de inversión como ganadores. "La normativa parece lista para incrementar las ventajas de las economías de escalas tanto en el lado de las compras como en el de las ventas, poniendo presión sobre los jugadores medianos", refleja un informe elaborado por la consultora, que también apunta que "creará oportunidades para los modelos especializados que pueden ofrecer cosas que otros jugadores más grandes no". En este sentido, los gestores valor también podrán beneficiarse de la falta de análisis.