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El sector energético de EEUU se prepara para su peor primera mitad de año en más de dos décadas

    <i>Foto: Reuters</i>.

    José Luis de Haro

    Los últimos sustos que están brindando los precios del crudo no están sentando nada bien a los principales valores del sector energético de Estados Unidos. De hecho, las acciones estadounidenses relacionadas con esta industria se preparan para registrar su peor primera mitad de año desde 1990. Al menos así lo señalaba el Financial Times apuntando que el sector energético dentro del S&P 500 ha perdido cerca de un 15% desde el arranque del año, cuando el indicador acumula subidas del 8,8% aproximadamente.

    Se puede decir así que pese a los esfuerzos de los principales países de la OPEP por extender en el tiempo los recortes de producción e intentar estabilizar los precios, el sector energético del país ha borrado 200.000 millones de dólares en capitalización bursátil, ante el exceso de inventarios y de oferta que sigue entorpeciendo el repunte de los precios.

    Esta situación difiere con la experimentada durante 2016, cuando la industria registró una rentabilidad del 23,7% gracias a la recuperación que comenzó a experimentar el barril de petróleo. Recordemos que el primer acuerdo de la OPEP para poner límites a su producción se acordó a finales del año pasado, una situación que fomentó el optimismo dentro del mercado.

    Sin embargo en estos momentos, el barril de West Texas Intermediate ha caído ya un 20,9% desde el máximo alcanzado el pasado 23 de febrero, situándose incluso por debajo de los 43 dólares. Con un mercado en territorio bajista, uno de los principales problemas llega de mano de la producción doméstica que alcanzó los 9,35 millones de barriles diarios las semana pasada, su mayor nivel desde agosto de 2015.

    Los productores de esquisto estadounidenses, cuyas operaciones comienzan a ser rentables con un barril en el entorno de los 40 dólares, parecen estar contrarrestando los recortes de producción acordados por la OPEP y otros grandes productores como Rusia.

    Las compañías de exploración estadounidenses son las que más están sufriendo en bolsa, con Hess cayendo más de un 34% desde comienzos de año y ConocoPhillips dejándose un 10,6%. Grandes petroleras como ExxonMobil y Chevron también registran una rentabilidad negativa del 10% desde el arranque de 2017.

    El contexto actual también puede acabar afectando a las compañías energéticas estadounidenses más endeudadas y con bonos con alto riesgo especulativo, como ocurrió durante la primera mitad del año pasado cuando el precio del barril llegó a tocar los 26,05 dólares.

    La debacle del crudo, que comenzó a finales de 2014, provocó una oleada de quiebras e impagos entre los productora de esquisto más pequeños y endeudados en EEUU. Entre 2015 y 2017, las suspensiones de pagos a los tenedores de deuda dentro de compañías de servicios energéticos acumulan ya los 25.863 millones de dólares, según datos del bufete de abogados Haynes and Boone.