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La banca de EEUU respira aliviada en busca de menos regulación y ampliar la retribución a sus inversores


    José Luis de Haro

    En medio de los avisos recientes de los principales bancos de Estados Unidos sobre los traspiés que pueden sufrir sus ingresos en el trimestre en curso, la Reserva Federal ofreció cierto alivio con la publicación de su primera remesa de las conocidas pruebas de estrés a la banca. Un análisis que consta de dos partes, una cuantitativa y otra cualitativa, donde el supervisor de la gran banca americana no sólo vigila los niveles de capital de estas entidades sino que también aprueba los planes de retribución de estas compañías.

    El jueves, con el mercado ya cerrado, se dio a conocer el resultado de la primera fase, donde los 34 bancos examinados cumplieron sin problemas con los requisitos de capital Tier 1, que mide el ratio entre los activos de mayor calidad y los pasivos de estas entidades. Un hecho que ha desatado cierta sensación de alivio a la espera de conocer la decisión de Jerome Powell, el gobernador de la Fed encargado de supervisar el sistema financiero, sobre los planes de retribución de los principales bancos.

    Con las miras puestas en el próximo miércoles, los analistas ya comienzan a determinar el impacto que los resultados de este año pueden tener entre la administración Trump. "El gobierno probablemente usará estos resultados para apoyar su impulso hacia la desregulación, lo cual debería ser bueno para los bancos y sus inversiores", estima Ian Katz, de la consultora financiera Capital-Alpha.

    "Para Steven Mnuchin o Gary Cohn o cualquiera de los legisladores republicanos que anhelan reducir la regulación bancaria, el informe de la Fed es útil ya que les permite poner una mayor presión en el Congreso", explica Katz quien añade que si los funcionarios más severos en la Fed piensan que todo está bien, los reguladores y los miembros del Capitolio seguirán adelante con su intención de reducir las normativas para los bancos.

    Jaren Seiberg, de la compañía de servicios financieros Cowen, coincidió con la postura de Katz en un informe donde incidió que "los resultados de las prueba de estrés son positivos para los esfuerzos de la administración Trump para desregular a los bancos".

    Dicho esto durante la jornada del viernes, los valores bancarios operaron relativamente planos, atentos todavía a la segunda fase de las pruebas de estrés implantadas bajo la Ley de Reforma Financiera Dodd-Frank en 2010. Morgan Stanley, el banco que podría encontrar más dificultades con sus planes de retribución según los expertos, caía un 2% durante la sesión mientras que Goldman Sachs se dejaba casi un 1%. JPMorgan o Wells Fargo operaron con ligerísimas pérdidas. Por su parte, el indicador KBW Nasdaq Bank Index, que sigue la evolución de los principales bancos del país, registró caídas del 0,7% y en lo que llevamos de año acumula pérdidas del 0,2%.