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Draghi trata de calmar los ánimos en Holanda y defiende la continuidad de los estímulos
- El presidente cree que aún es pronto para cantar victoria
- Vuelve a pedir reformas estructurales a los políticos europeos
Víctor Blanco Moro
El presidente del Banco Central Europeo -BCE- ha comparecido en el Parlamento holandés con un discurso prudente, destacando que la entidad aún no puede cantar victoria. Alabó sus propias medidas y destacó que los 'pros' son mucho mayores que las 'contras', pero sigue pidiendo apoyos de los políticos para conseguir su objetivo.
El discurso de Draghi, como él mismo resumió al inicio de su comparecencia, se basó en tres puntos: el primero, remarcar la necesidad que existió en su momento de implementar un programa de estímulos como el que él puso en marcha en el BCE; el segundo discutir los efectos, tanto positivos como negativos, que han generado estas medidas; el tercero, explicar porqué el BCE no puede ser el único apoyo que contribuya a la recuperación.
El primer punto fue un rápido resumen sobre los retos a los que se ha enfrentado Europa en los últimos años: la crisis financiera de 2008, la de deuda europea en 2011 y el riesgo de deflación desde 2013. Todo esto obligó en palabras de Draghi, a "tomar acciones de política monetaria decisivas para mantener la estabilidad de precios en el conjunto de la eurozona".
El balance de sus medidas
Según el economista italiano, los estímulos del BCE están siendo "muy efectivos", mejorando las condiciones financieras de forma que apoyasen a la recuperación económica, algo que, según él, ha quedado demostrado por los buenos datos de PIB en los últimos años.
También sacó pecho de la mejora que ha vivido la inflación, una presunción quizá demasiado optimista, teniendo en cuenta que Draghi sólo ha conseguido mantenerla en su objetivo en durante 2 meses de los 66 que lleva como presidente de la entidad. Es más, según las propias previsiones del BCE, Draghi dejará la presidencia en septiembre de 2019 sin haber conseguido que los precios crezcan al 2% anual, algo que podría calificarse de fracaso.
Sobre el impacto negativo de sus medidas, el economista italiano destacó que "ha sido limitado". El impacto a los hogares ha sido castigar a los ahorradores; sin embargo, "nuestra política ha apoyado la recuperación económica, reduciendo el desempleo y aumentando los ingresos en la inversión, algo que beneficia a los hogares".
En cuanto al efecto en los fondos de pensiones, Draghi explicó que ha aumentado el peso del pasivo, pero que también se han beneficiado indirectamente de la mejora en el empleo, que aumenta el número de contribuyentes.
En cuanto al impacto en los bancos, el presidente del BCE destacó que "los bajos tipos pueden reducir sus ingresos, pero al mismo tiempo, al apoyar la recuperación, se reducen los impagos, inclusive en las hipotecas.
Pronto para cantar victoria
A pesar de sacar pecho, Draghi también hizo gala de un mensaje prudente: "no se puede cantar victoria", explicó. Las presiones inflacionistas "siguen siendo limitadas", y para que esto deje de ser así, "necesitamos acciones a nivel estatal", un mensaje que lleva repitiendo incasablemente durante los últimos años.
Según él, las fragilidades de la eurozona "se pueden enfrentar aplicando las normas comunes que todos hemos aceptado. Otras, mejorando, como por ejemplo completando la unión bancaria, estableciendo un contexto común de seguros para los depósitos...", además de otras medidas como "fortalecer la unión desde una perspectiva fiscal y económica".