Bolsa, mercados y cotizaciones
Europa avanzará aunque haya 'frenazo' en Wall Street
Javier García Casco
Las mayores previsiones de crecimiento de beneficios, su abultado descuento frente a EEUU y el menor riesgo político sitúan a los índices del Viejo Continente mejor preparados que nunca para afrontar futuras correcciones en Estados Unidos.
La bolsa estadounidense encontró en la ambiciosa propuesta de reforma fiscal de Donald Trump una de las excusas para abrirse paso con un rally alcista que ha permitido que los principales índices al otro lado del Atlántico explorasen nuevos máximos históricos y que el Dow Jones asaltara la barrera psicológica de los 21.000 puntos. Durante el rebote posterior a las elecciones presidenciales, las bolsas estadounidenses subieron prácticamente el doble que las del Viejo Continente, aupadas por la expectativa de que las medidas tomadas en el Despacho Oval servirían de estímulo para la primera economía del mundo. Sin embargo, el enfriamiento de las expectativas sobre la capacidad de la Administración Trump para aprobar las rebajas fiscales ha pasado factura a los principales selectivos al otro lado del Atlántico, que, en 2017, suben la mitad que el Ibex 35 y dos puntos menos que el Euro Stoxx 50.
Ante esta situación, cada vez son más las voces que señalan que el elevado PER -número de veces que el beneficio de la compañía está recogido en el precio de la acción- al que cotiza el S&P 500 debería, a medio plazo, aproximarse a su media histórica y, según los expertos, esta podría darse de dos maneras. La más dulce para los inversores sería que los republicanos cerrasen filas en torno a la Administración Trump y que, de este modo, permitiesen sacar adelante su ambiciosa propuesta de reforma fiscal, lo que permitiría elevar los beneficios empresariales aun manteniendo intacta su cifra de negocios. La otra, más agria, es que, de no lograr los apoyos necesarios para aprobar la reforma tributaria, los índices retrocedan buena parte del 10 por ciento que han recorrido en los últimos meses y mover hacia abajo el PER por la vía del numerador -el precio de las acciones-.
Los analistas, haciendo uso del particular dicho de si Wall Street estornuda, Europa se resfría focalizan ahora sus inquietudes sobre si la hipotética y temida corrección al otro lado del charco por verse truncada la reforma fiscal podría hacerse notar en el Viejo Continente y truncar así sus opciones de revertir una mala racha que le ha llevado a superar al Dow Jones en tan solo tres de los últimos diez ejercicios.
Históricamente, las correcciones de la bolsa estadounidense se han hecho notar sobre los índices europeos. Como destaca Fernando Luque, editor en España de Morningstar, ?en términos medios, las caídas del mercado europeo en todos los periodos que hemos analizado han sido superiores a las del mercado americano?. El experto señala que ?lo más probable es que el mercado europeo amplifique los posibles descensos del mercado estadounidense, independientemente de si este último cae poco o cae mucho?. Una evidencia histórica que también corrobora Paulo Sergio Gonçalves, analista de Banca March, que destaca que, ?estadísticamente, los índices de Europa y Estados Unidos presentan una correlación positiva alta y es complicado que con una bolsa estadounidense a la baja, las plazas de la zona euro muestren revalorizaciones importantes?. Por su parte, Sergio Míguez, de EFPA, da pocas opciones a que se produzca una brusca corrección en Wall Street, aunque, de producirse, su impacto sobre Europa sería inevitable: ?No está muy claro que se vaya a producir una gran corrección, sino que sería más bien un descanso después de varios meses de subida ininterrumpida. En cualquier caso, si la bolsa de Estados Unidos corrigiese, con gran probabilidad lo harán también el resto de mercados?.
Aunque el consenso apunta que la bolsa europea se vería lastrada por un frenazo en Wall Street, hacía bastante tiempo que las compañías del Viejo Continente no contaban con tan buen blindaje para capear este particular temporal. No en vano, el consenso de analistas recogido por FactSet estima que las empresas que forman parte del EuroStoxx 50 se verán beneficiadas por la mejora de la situación macro del Viejo Continente y que, de este modo, elevarán sus beneficios un 29 por ciento en 2017, frente al 20 por ciento que sus homólogas del índice industrial. Después de que sus ganancias hayan crecido menos que las de las firmas al otro lado del Atlántico entre 2011 y 2015, las compañías del selectivo europeo sumarían su segundo ejercicio consecutivo batiendo a las estadounidenses por beneficios. Unas perspectivas de crecimiento que podrían no estar del todo recogidas en precio, tal y como indica su descuento por PER con las ganancias estimadas para los 12 próximos meses. En la actualidad ronda el 15 por ciento, frente a la media del 12,5 por ciento al que cotizó en el último lustro.
Buena muestra de las perspectivas favorables que manejan los analistas para las firmas del Viejo Continente es que el número de semáforos verdes se ha instalado en 21 empresas del EuroStoxx -el 42 por ciento del total- frente a las 8 -el 27 por ciento- que lo hacen al otro lado del Atlántico. Una situación que contrasta con las que se vivía 12 meses atrás, en abril de 2016. Por aquel entonces, Wall Street llevaba cierta ventaja. El 46,6 por ciento de las firmas del Dow Jones eran compra, frente al 38 por ciento del EuroStoxx, una situación a la que ahora se ha dado un vuelco.
A la hora de escoger en qué área invertir, en el equipo de Inversiones de Tressis se inclinan por el Viejo Continente por la fortaleza de sus fundamentales: ?Seguimos siendo constructivos en los mercados de renta variable para este año y sobreponderamos la región europea?. Destacan que esta ?se ha comportado mejor que Estados Unidos en las últimas semanas porque es la región más infraponderada en las carteras globales y por el hecho de que Estados Unidos se percibe como una región cara, además de por la mejora de los beneficios empresariales en Europa?.
Además de la solidez de los fundamentales de la bolsa europea, Paulo Sergio Gonçalves, añade otro punto que podría jugar a su favor: la menor correlación en el signo de la renta variable a uno y otro lado del Atlántico. ?Sí han existido en los últimos años periodos en los cuales las bolsas europeas han logrado revalorizaciones importantes, mientras que las bolsas estadounidenses se quedaron con avances modestos o incluso planas. Un ejemplo de ello fue la primera mitad de 2015 o, más atrás, en el año 2005 también tuvimos este tipo de comportamiento?, declara el experto.
El riesgo político, ¿cerca de disiparse?
Uno de los factores que justificaba el abultado descuento de la bolsa europea sobre el mercado americano era la incertidumbre política que se había instalado en el Viejo Continente. Si el año pasado Reino Unido, España e Italia focalizaban buena parte de los temores de los inversores, en 2017, este se ha trasladado al corazón de Europa. 60 años después de que se firmase el Tratado de Roma, que daría pie a la Comunidad Económica Europea, embrión de la actual Unión Europea, tres de los seis países que impulsaron el acuerdo -Países Bajos, Francia y Alemania- celebran elecciones con el riesgo de fondo del auge de la ultraderecha y los movimientos populistas. En Países Bajos, la incapacidad del euroescéptico Partido de la Libertad de Geert Wilders para auparse al poder fue celebrado con alzas superiores al 1 por ciento en los mercados, mientras que en el caso de Francia, el resultado de la primera vuelta, se plasmó en subidas superiores al 3 por ciento en las principales plazas europeas. El hecho de que el centrista Emmanuel Macron lograse, incluso, más votos que la ultraderechista Marine Le Pen ha reavivado el optimismo de los inversores respecto al futuro de la Unión Europea y del euro. No en vano, la posibilidad de una victoria de la candidata del Frente Nacional implicaría la celebración de un referéndum para sacar al país galo del euro, así como una renegociación de su pertenencia al área comunitaria, una posibilidad que, a la espera del resultado de la segunda vuelta (7 de mayo), se antoja complicada.
En el caso de Alemania, no será hasta finales del mes de septiembre cuando se celebren las elecciones federales, en el que las encuestas apuntan a que los dos partidos históricamente hegemónicos -el Partido Socialdemócrata, dirigido ahora por el expresidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y los democristianos de la CDU, encabezados por la actual canciller, Angela Merkel- se disputarán la victoria, mientras que el ultraderechista Alternativa para Alemania, no supondría una amenaza con el 15 por ciento de intención de voto que le otorgan las encuestas.