Bolsa, mercados y cotizaciones

Las empresas del Ibex 35 rebajan el nivel de deuda a mínimos de 2005

  • En 2016 el apalancamiento fue de 2,4 veces y bajará 1,8 veces en 2019
  • Las cifras están marcadas por la salida de Sacyr y OHL del selectivo
  • Telefónica también ayuda al reducir el ratio al ser la más endeuda

María Domínguez

El Ibex, que continúa desapalancándose, ya ha logrado dejar atrás los excesos de la crisis. En 2016, la deuda del conjunto del selectivo cedió -según las previsiones, ya que dos tercios de sus integrantes no han presentado sus cuentas- hasta representar 2,4 veces su resultado bruto de explotación (ebitda). Ello supone una caída de los compromisos financieros a niveles precrisis, ya que desde 2005 el Ibex no lucía una ratio tan reducida: entonces era de 2 veces. Lejos quedan las 3,2 veces de 2006, o su máximo, las 3,4 veces de 2009.

Que el endeudamiento haya regresado ya a niveles de 2005 es sintomático: fue el año en que Telefónica compró O2 por 26.000 millones de euros, y en que ACS se hizo con el 22 por ciento de Unión Fenosa y, posteriormente, tomó una participación en Iberdrola. Se iniciaba un brutal periodo de operaciones corporativas -con la deuda que acarreaban para las compradoras-, como la adquisición de Scottish Power por parte de Iberdrola, por 17.000 millones, en 2006.

Evidentemente, la reciente salida de constructoras como OHL y Sacyr del selectivo de referencia (lo abandonaron en junio de 2016) ha contribuido en gran medida a aliviar la carga de deuda. Pero, más allá de que este sector, caracterizado por sus abultadas ratios, pese menos, el desapalancamiento es un movimiento común al conjunto del índice.

Lo explica Xavier Cebrián, gestor de fondos de inversión de GVC Gaesco Beka: "En los últimos años, el entorno macro no ha incentivado la inversión y las compañías se han dedicado a reducir su deuda y a reestructrurarla". El contexto de tipos, añade Felipe López-Gálvez, de Self Bank, les está permitiendo refinanciarse a un menor coste.

Menos constructoras

Ejemplo de ello es ArcelorMittal, que en marzo de 2016 amplió capital por 3.200 millones de euros, precisamente con el objetivo de mermar su deuda. Una meta a la que también contribuyó una cierta mejora del negocio y la venta de determinados activos, según explica Carolina Morcos, de Renta 4.

O Meliá, en el índice desde el pasado verano, que realizó una recompra de bonos y una conversión de bonos en acciones "que ha impactado positivamente en sus cifras", según Morcos. La ratio de Meliá, de 4 veces en 2014, caerá hasta 1,5 veces este año.

El propio sector constructor ha realizado un gran esfuerzo para reducir sus ratios. La de ACS, por ejemplo, ha pasado de 9,2 veces en 2009 a las actuales 0,7 veces, mientras que Ferrovial la ha hecho caer de 9,1 a 5,8 veces. "Esperamos que ACS reduzca su nivel de endeudamiento en un 37 por ciento en 2016", apunta la analista de Renta 4, "gracias a la venta de Urbaser y a la generación de flujo de caja".

Menor deuda a futuro

Ahora bien, ¿hasta qué punto tienen en cuenta las previsiones de los analistas las posibles inversiones de las cotizadas los próximos años, que implicarían volver a endeudarse? Será el entorno macroeconómico el que decida si se invierte o no, comenta Cebrián, que toma como referencia lo que ya ha ido ocurriendo en Estados Unidos, que se encuentra en un punto mucho más avanzado del ciclo: "Allí, las empresas no han invertido, sino que se han dedicado a recomprar acciones y amortizarlas para crear valor para el accionista, aunque es posible que esto cambie con la reforma fiscal de Donald Trump", matiza.

"En Europa vamos más rezagados y, aunque depende del sector, en mi opinión muchas compañías todavía están en el proceso de reestructurar su deuda. Habrá que esperar a que la demanda aumente y a que se observen síntomas evidentes de mejora para que dedidan realizar inversiones en activos productivos. Dudo que veamos nuevas fábricas o fusiones y adquisiciones antes de 2018 o 2019", afirma también el experto.