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N. Robin (Columbia Threadneedle): "No veo posible un pacto para reducir la producción de petróleo"
Laura de la Quintana
La volatilidad en el universo de las materias primas no cesa, pese a que el rebote del precio de su precio en los últimos meses ha calmado algo el ánimo de los inversores. Nicolas Robin, gestor del fondo de Threadneedle Enhanced Commodities, es de los que piensa que materias primas como el petróleo ya habrían hecho suelo, básicamente, dice, porque la situación no es sostenible.
De ahora en adelante, ¿cree que el entorno será menos volátil para las compañías mineras?
A comienzos de año, el precio de los metales estaba sometido a mucha presión debido a la situación que, por entonces, atravesaba el renminbi chino. En Estados Unidos la preocupación era otra y tenía que ver con un precio del petróleo por debajo de los 30 dólares, lo que generaba mucha presión sobre las compañías de exploración y producción de crudo. Pero, además de esta preocupación, existía otra que tenía que ver con la deuda high yield de las petroleras y la gente empezó a plantearse que también era posible un impago por parte de esas compañías, con el consecuente impacto que tendría sobre los bancos acreedores.
Cuando piensas que muchas de estas firmas se encuentran al borde de la quiebra, esto te lleva a pensar que los precios de las commodities tienen necesariamente que rebotar. Por este motivo, creemos haber visto un suelo, dado que las compañías no pueden sobrevivir con estos precios.
Se rumoreó que grandes inversores de materias primas empezaron a vender casi 'al borde del abismo', aprovechando la última subida del mercado. ¿Hasta qué punto ha sido esto así?
Podría haberse dado el caso de que el mercado de commodities haya rebotado mucho y de manera muy precipitada durante casi los dos últimos meses y, particularmente, el petróleo. Esto hace que la presión ahora sobre el precio del crudo sea menor que a finales del año pasado. Además, esperamos que la demanda de petróleo repunte por encima de las estimaciones que se tenían a cierre del año pasado. Del mismo modo, prevemos que los inventarios de las petroleras se vengan abajo.
¿Teme la próxima reunión de la OPEP del 17 de abril?
No espero ningún trato. Para ellos no supone un coste adicional mantener la producción en niveles tan altos como los actuales. No veo que se vaya a producir ningún acuerdo formal para reducir esa producción que pueda provocar que Arabia Saudí vaya a perder cuota de mercado a favor de Irán, por eso no creo que sea factible.
¿Y a qué precio cerrará el petróleo el año?
Terminaremos el año con un barril alrededor de los 50 dólares en el caso del Brent. Y el West Texas alrededor de los 45/50 dólares también. El spread (diferencia entre ambos) será más ajustado.
La 'creencia popular' nos dice que cuando el precio del petróleo cae, esto es siempre mejor para las economías que son más dependientes?
En teoría, sí, pero esto no ha sucedido por una serie de razones. Básicamente, gran parte del incremento de la deuda que hemos visto en EEUU en los últimos años ha venido del sector petrolero y gasista. Una segunda razón es que, a comienzos de año, se realizaron muchas coberturas en el mercado petrolero en el momento en el que se tomó conciencia de que compañías del universo high yield podrían entrar en quiebra, algo que afectaría a los bancos. Además, si los precios del crudo suben, el riesgo de default disminuye.
Si tuviera que invertir en mineras y petroleras, ¿lo haría?
El entorno es muy complicado. Es el caso de Glencore o de AngloAmerican que han reducido brutalmente su capex (inversión en bienes de capital). Esto significa que aquellas firmas que se encuentran en mejor posición, como BHP Billiton o Real Mining Suply, están dispuestas a comprometerse con una mayor inversión, un mayor capex, porque lo que pretenden es distanciarse precisamente de la imagen que ofrecen firmas como Glencore.
¿Le preocupa la rebaja de estimaciones del FMI con respecto a países como China o Brasil y que ésta pueda afectar a las 'commodities'?
China es el actor más importante con respecto a los metales y están haciendo lo correcto para llevar a cabo una desaceleración moderada de su economía. En lo que se refiere a la demanda de energía, si volvemos a 2006 el transporte representaba entre un 3 y un 6% de la demanda de petróleo en el país; hoy es próximo al 35%. Lo que quiere decir esto es que el mix energético está moviéndose claramente desde un modelo industrial hacia otro de transportes. Incluso en un ambiente de menor crecimiento, habrá una mayor demanda de crudo. El mayor impacto ya está recogido en precio.