Bolsa, mercados y cotizaciones

El dinero sale despavorido de la renta variable y se cobija en la deuda alemana y estadounidense

  • La rentabilidad del T-Note, por debajo del 2%, primera vez desde octubre
  • El mayor volumen de negocio desde el pasado crash del 24 de agosto

Marta Estarellas

El nuevo desplome del precio del petróleo y la crisis de los países emergentes volvió a pesar sobre la confianza de los inversores; el dinero salió despavorido de la renta variable mundial y buscó refugio en la deuda pública alemana y estadounidense, registrando el mayor volumen de negocio desde el pasado crash del 24 de agosto.

En vísperas de la primera reunión del año del Banco Central Europeo son mayoría los analistas que se pronuncian a favor de una intervención de la autoridad monetaria ante el nivel de tensión que azota los mercados financieros. Mientras eso ocurre, aunque la renta fija alemana ofrece tasas de interés negativas, los inversores se refugiaron en ella.

El precio del bono a dos años se encareció un 0,5% y la rentabilidad cayó hasta el -0,41%, niveles no vistos desde principios de diciembre coincidiendo con la última reunión del año del BCE y en medio de las especulaciones de medidas expansivas adicionales. Pero el corto plazo no fue la excepción. La rentabilidad del papel alemán a diez años bajó hasta el 0,48%, su nivel más bajo desde el pasado mes de mayo.

La oleada de compras se trasladó también a Estados Unidos, el precio de la referencia del bono a diez años, el T-Note subió más de un 1%, mientras que la rentabilidad se desinfló hasta el 1,94%, la cota más baja desde el pasado mes de octubre.

Mientras, las ventas volvieron a hacer acto de presencia en la deuda soberana de las economías periféricas. En España, el interés exigido al bono a diez años en el mercado secundario alcanzaba el 1,78% desde el 1,70% en una sola sesión. Las ventas llegaron también a su homólogo portugués, la rentabilidad del bono a diez años avanzó hasta el 2,92% desde el 2,76% alcanzado en la víspera.

El mayor apetito por los bonos alemanes respecto a los españoles elevó la presión sobre el diferencial entre ambos activos, que se mide a través de la prima de riesgo. Esta repuntó hasta los 130 puntos básicos desde los 115 alcanzados el martes. La foto que dejó el resto de economías periféricas fue muy similar; la portuguesa tocó los 240 puntos básicos, la italiana se sitúo en los 110 puntos básicos y en caso de la griega superó la frontera de los 1.000 puntos básicos, niveles no vistos desde el pasado verano en plena debacle bursátil.