Bolsa, mercados y cotizaciones

Quien piense en la jubilación debe pensar en acciones


    Ana Palomares

    El porcentaje de la bolsa en los planes de pensiones ha superado los niveles del 20%, máximos desde 2007, pero sigue sin ser suficiente. La falta de atractivo de la renta fija y la esperanza de vida tienen la culpa.

    Que el ahorrador español es conservador nadie lo duda. De hecho, el 47 por ciento del patrimonio que hay en la actualidad en planes de pensiones en España está invertido en productos de bajo riesgo -renta fija y garantizados-. Pero eso no quiere decir que no se empiecen a ver pequeñas señales que indican que esos ahorradores cada vez están tomando más conciencia de la necesidad de subir un peldaño en su escala de riesgo, al menos si quieren conseguir rentabilizar sus inversiones. Una de ellas se ve en las aportaciones que se están haciendo a planes de pensiones. Según los últimos datos de Inverco, los españoles han aportado en lo que va de año -los últimos datos son del cierre de septiembre- a productos de riesgo 977 millones de euros. Una cifra que quizá sea poco espectacular, pero que es lo máximo que se ha invertido en productos de riesgo desde 2007.

    Ante estos datos, desde Inversión a Fondo nos preguntamos: ¿Es esto un punto de inflexión? ¿está tomando el partícipe conciencia no solo de ahorrar para la jubilación sino de hacerlo también asumiendo riesgo? Fernando Luque, editor de Morningstar, cree que sí, pero solo en parte. ?El inversor ya sabe que en la renta fija hoy en día hay poca rentabilidad y está asumiendo que tiene que arriesgar ya que las entidades están empujando un poco a los inversores a que asuman riesgo pero el grueso de esas aportaciones está yendo a productos mixtos y eso es lo que hace subir la media?. No le falta razón, ya que de esos 977 millones que han entrado en productos de riesgo, 793 están en planes de pensiones mixtos porque, como explica Luque, buena parte de ese dinero que está entrando en pensiones viene de depósitos y ?es complicado hacer un trasvase de depósitos a productos arriesgados?. Además, está el problema del ahorrador tipo en España, donde la falta de congruencia entre la rentabilidad que espera obtener y el riesgo que se quiere asumir es evidente. ?El horizonte temporal en España es de 1-2 años y su expectativa de rentabilidad es del 8,2 por ciento?, afirmaba recientemente Joseba Orueta, consejero delegado de Kutxabank. Una idea con la que coincide Sergio Míguez, responsable de EFPA en Madrid: ?En España tenemos un problema de fondo porque el ahorrador es cortoplacista y se deja llevar por el efecto retrovisor?.

    Sin embargo, ese retrovisor lo que muestra es que ha sido la renta variable, y no la renta fija, la que se ha quedado con los mejores resultados, también en lo que se refiere a planes de pensiones. De hecho, los cinco mejores planes de pensiones de los últimos diez años están en categorías de riesgo, siendo cuatro de esos productos puros de bolsa. La mala noticia es que sólo 21.907 partícipes de los 7,8 millones que actualmente tiene el sistema de pensiones individual se ha beneficiado de ello. Pero la buena es que puede que esta cifra siga creciendo en los próximos años como, de hecho, ya lo ha hecho en el último. Así, según los datos de Inverco, el 52 por ciento de los partícipes ya cuenta con un plan de riesgo en su cartera y, de hecho, en lo que va de año los únicos partícipes que han crecido han sido los que tienen los planes mixtos -un 5 por ciento los mixtos de renta fija y un 15 por ciento los mixtos de renta variable- y los productos que invierten en mercados bursátiles -un 2,58 por ciento-.

    A la renta fija se le acaba el recorrido

    Pero, ¿por qué es necesario asumir riesgo para conseguir rascar rentabilidad a la cartera? La primera razón la da la expectativa de mercado. En los últimos años, la renta fija se ha colado entre los activos que mejor comportamiento han tenido gracias a la caída de la rentabilidad de sus bonos al calor de las políticas expansivas que han llevado a cabo los bancos centrales. Esto hasta el punto de que, en apenas cinco años, la rentabilidad del bund ha caído del 2,67 al 0,53 por ciento y la del bono español del 5,17 al 1,66 por ciento, lo que suponen subidas de precios del 81 y 66 por ciento, respectivamente. Unas rentabilidades poco habituales para la renta fija que han llevado a no pocos expertos a hablar de burbuja. Pero esta burbuja parece que seguirá sin sufrir fugas a corto plazo ya que, como explican desde Amundi, ?lo que mantendrá los tipos de interés bajos son otro QE del BCE, la capacidad de descorrelación del mercado americano, la falta de inflación, el estado del mercado laboral , la mejora de las finanzas públicas y la caída de nuevas emisiones. Todo esto hará que se mantengan los tipos bajos durante al menos dos años?.

    Es decir, quien tenga renta fija en cartera aún puede estar tranquilo, pero debe tener en cuenta que la rentabilidad que conseguirá por su inversión rara vez superará el 1 por ciento y ni siquiera ese 1 por ciento está exento de riesgos. ?Ahora el mercado obliga a asumir más riesgo de lo normal para conseguir retornos inferiores a los de los últimos años?, afirma Míguez. Y quizá por ello, cada vez son más los inversores que infraponderan el peso de los bonos en sus carteras. De hecho, la última encuesta de Bank of America- Merrill Lynch, apunta que el 59 por ciento de los gestores infrapondera ahora los bonos en cartera, la cifra más alta de los últimos cuatro meses, mientras que el porcentaje que sobrepondera acciones en cartera está en máximos de los últimos seis meses. Una tendencia que seguirá en aumento ya que según explica Antonio Salido, director de márketing de Fidelity, ?hay mucha liquidez en el sistema y puede haber un fuerte movimiento de renta fija a renta variable?.

    Esta rotación ya se ha visto también en los planes de pensiones ya que, según los datos de Inverco, estos productos ya tienen el 20,56 por ciento invertido en renta variable, máximo desde 2007 o lo que es lo mismo, máximo desde que empezó la crisis financiera. Un porcentaje que, sin embargo, sigue siendo bajo en comparación con el resto de Europa ya que, con la excepción de Alemania, el resto de los grandes países europeos destina más porcentaje de la cartera a bolsa que España (ver gráfico).

    Más años de vida, más riesgos

    La escasa rentabilidad que uno puede esperar en renta fija es la primera causa que apunta a que el inversor, también el de planes de pensiones, debe asumir más riesgo para rentabilizar su pensión futura pero la segunda es incluso más importante: la esperanza de vida. Hace apenas 25 años, la esperanza de vida de los hombres era de 73 años y la de las mujeres de 80, lo que implicaba que ambos deberían vivir de la pensión durante 8 y 15 años, respectivamente. Ahora, la expectativa de vida para los hombres es de 80 años y la de las mujeres de 85, lo que implica que la pensión -teniendo en cuenta que se mantenga en 67 años la edad de jubilación- deberá cubrir sus necesidades durante al menos 13 y 18 años, respectivamente. Pero es que las proyecciones del INE apuntan a que en 2050, en apenas 25 años, los hombres vivirán de media 88 años y las mujeres 92 o, lo que es lo mismo, que una vez se jubilen deberán vivir con la pensión 21 y 25 años respectivamente.

    A esto hay que sumar el hecho de que la pensión pública, que ahora cubre el 70 por ciento del salario en España, tenderá a seguir cayendo hasta situarse en niveles similares al 40 por ciento que, de media, tienen el resto de países de la OCDE. El ahorro privado para conseguir que esa pensión futura cubra al menos ese 70 por ciento del sueldo que ahora cubre la pensión pública es vital y, de hecho, ya está empezando a calar entre la población española -un estudio del Instituto Aviva apunta a que el 96 por ciento de los encuestados considera necesario ahorrar para la jubilación-. Además, ese ahorro tiene que ser rentable ya que será una parte importante de las pensiones del futuro y por ello la renta fija o, lo que es lo mismo, la inversión pensando solo en mantener el capital, empieza a ser insuficiente teniendo en cuenta que habrá que vivir de ello durante cada vez más años. Para entender la diferencia basta un ejemplo. Si hace 10 años alguien hubiera invertido 20.000 euros solo en el mejor plan de pensiones de renta fija, Cupón Premium DB, hoy tendría 31.000 euros ya que ha rentado un 4,48 por ciento anual en este periodo, que por cierto, ha coincidido con el mayor rally de la renta fija pública en mucho tiempo. Pero si lo hubiera hecho en el mejor plan de renta variable, Bestinver Global, habría logrado 44.066 euros, incluso a pesar de que en ese periodo la bolsa ha vivido con la quiebra de Lehman Brothers una de las peores crisis de toda su historia. Pero es que, además, si ese inversor hubiera errado en la selección de productos y seleccionado los peores productos de renta fija y renta variable en ese periodo, la diferencia no habría sido demasiado significativa, ya que con el primero habría perdido un 0,33 por ciento y con el segundo, un 0,60 por ciento.