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... Sudáfrica y Turquía suben los tipos, pero no frenan la caída de sus divisas



    A situaciones desesperadas, medidas desesperadas, aunque no siempre son sinónimo de éxito. La fuerte caída que arrastran desde la semana pasada las divisas emergentes ha obligado a varios bancos centrales a sacar su artillería para intentar frenar la sangría. "Los bancos centrales están entre la espada y la pared en materia de política monetaria: subir los tipos de interés para mantener la confianza y luchar contra la inflación a costa del crecimiento económico y los beneficios empresariales, o no hacer nada y arriesgarse a sufrir más fugas de capitales", indican desde Fidelity.

    Primero fue India, donde el RBI (Banco de la Reserva de la India) subió sorpredentemente los tipos de interés hasta el 8% desde el 7,75% -sólo el 7% de los 45 expertos consultados por Blooomberg esperaba esta decisión-.

    Le siguió Turquía, cuya actuación fue más explosiva, ya que elevó el precio del dinero hasta el 12%, una subida de 425 puntos básicos. Y este miércoles fue Sudáfrica la que tomó cartas en el asunto al situar los tipos de interés en el 5,5%, desde el 5%.

    "Las perspectivas de inflación se han deteriorado desde la última reunión, especialmente por la depreciación de la moneda. Ahora se espera un nivel de inflación del 6,3%, más de medio punto por encima de la última reunión. La continua depreciación del rand, si se mantiene, podría llevar a un mayor deterioro de las perspectivas de inflación", señala José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.

    Esta subida de los tipos, sin embargo, no frenó el castigo de la divisa. Así, el rand sudafricano volvió a protagonizar una sesión de bajadas en su cruce contra el euro, al caer alrededor de un 2,2%. Un clima que arrastró a otras monedas emergentes.

    En este sentido, el florín húngaro fue uno de los más penalizados al depreciarse más de un 1,8%. Le siguieron el peso argentino, colombiano, chileno y mexicano con descensos de entre el 0,05 y el 1%, mientras que el rublo ruso y el real brasileño se dejaron cerca de un 0,8%.

    Por su parte, en Malasia, el ringgit malayo cayó un 0,3% en su cruce contra el euro, en una jornada en la que el banco central del país mantuvo los tipos de interés en el 3%.

    Y es que, la tensión previa a la decisión de la Reserva Federal sobre la retirada de otros 10.000 millones de dólares de la economía, fue uno de los principales alicientes de la caída, ya que el recorte de inyecciones de liquidez a la economía estadounidense afectaría en gran medida a los países emergentes. Es más, tras conocerse que finalmente se retirarán 10.000 millones las caídas se intesinficaron y algunos que habían aguantado en positivo, como la lira turca, volvieron a registrar descensos, ya que, en principio, el coste de financiación de estos países se incrementará. Parece que la única que sintió el alivio de la decisión de su banco central fue la rupia india, que encadenó dos sesiones positivas, ya que el miércoles subió un 0,2%.

    Un panorama muy distinto al que viven algunas divisas desde el jueves: el peso argentino cede más de un 14%, el rublo ruso se deprecia más de un 4% y el rand sudafricano cae alrededor de un 3,7%. Es más, las principales monedas emergentes caen de media en el mismo periodo más de un 2%.

    El riesgo se paga

    No sólo las divisas estuvieron en el punto de mira. Los seguros de riesgo de impago -más conocidos como CDS- volvieron a vivir una jornada de infarto. El de Argentina volvió a subir 30 puntos básicos, hasta la cota de los 2.700 puntos, es decir, los inversores pagaron aproximadamente 270.000 dólares por asegurar cada millón en deuda argentina.