Bolsa, mercados y cotizaciones

'Apocalypse Now' en Wall Street: Cuando la victoria huele a napalm

  • Huele a victoria, estamos en 'subida libre', pero también esconde el germen de un próximo susto
  • Operativamente, lo inteligente no es lanzarse a cualquier precio, sino esperar a la próxima corrección
  • Los huecos son cicatrices del mercado que tarde o temprano tienden a cerrarse
Cuando la victoria en bolsa huele a napalm

Joan Cabrero
Barcelona,

Hay frases que se te quedan grabadas para siempre. En Apocalypse Now hay un momento en que Willard reflexiona: "Me encanta el olor a napalm por la mañana… huele a victoria". Es una frase que destila euforia, pero también horror. Algo parecido ocurre en el mercado actual: huele a victoria, está en subida libre, pero también esconde el germen de un próximo susto.

Y aquí quiero insistir en algo que me parece vital. Que yo no recomiende comprar hoy no significa que sea bajista. Ni mucho menos. El mercado es alcista, no hay duda alguna. Lo que digo es que la diferencia entre análisis y operativa es enorme. Analíticamente, los índices están en modo cohete. Operativamente, lo inteligente no es lanzarse a cualquier precio, sino esperar a la próxima corrección.

Como decía un viejo operador de Wall Street, "los mercados pueden permanecer irracionales más tiempo del que tú puedes permanecer solvente". Y como digo yo, hay mercado todos los días, todas las semanas, todos los meses… Esa frase, que tanto recuerda a la atmósfera de Apocalypse Now, nos advierte de que a veces lo más prudente no es avanzar, sino detenerse a observar el humo en el horizonte.

Miren el Nasdaq 100. Desde los mínimos del último susto de abril ha subido un 45%. Ha batido resistencias, ha superado el techo de DeepSeek y ahora se encamina hacia la resistencia creciente que hace semanas vengo señalando y que actualmente discurre por los 24.500 puntos. Esa resistencia surge de unir los máximos de julio y de diciembre del año pasado, y hasta ahí hablamos de un recorrido adicional de apenas un 3,5%. Esa cota sería la culminación de esta traca final, el último estallido de fuegos artificiales. Pero si me preguntan cuál es la zona óptima de compra, sigo pensando en el gran hueco alcista abierto el 9 de mayo entre 20.000 y 20.800 puntos.

La teoría de las velas japonesas señala que la mayoría de huecos acaban siendo rellenados. De hecho, tal y como explico en mi libro Operativa con candlestick para traders, que publiqué hace ya más de veinte años y donde dedico más de 80 páginas a este fenómeno que siempre me ha fascinado, los huecos son cicatrices del mercado que tarde o temprano tienden a cerrarse. Si el Nasdaq 100 retrocede hasta ese hueco abierto entre 20.000 y 20.800 puntos, estaríamos hablando de una caída de alrededor de un 15% sin que cambiara lo más mínimo la percepción alcista de fondo. Eso es lo verdaderamente fascinante: puede caer un 15% y seguir siendo igual de alcista que hoy.

Análisis técnico estratégico del Nasdaq 100

Y aquí es donde conviene recordar algo que ya enseñaban los estoicos: no podemos controlar el rumbo del río, pero sí cuándo y dónde decidimos embarcarnos. El sabio no se lanza al agua en plena crecida, espera la corriente adecuada. El inversor debe hacer lo mismo: no comprar porque el mercado sube, sino porque ha corregido lo suficiente como para que el riesgo de hundirse sea menor.

En el peor escenario, podríamos ver al Nasdaq 100 buscando apoyos más profundos, incluso en los 18.000 puntos, lo que supondría simplemente replicar el último susto de febrero a abril. No sería nada del otro mundo, aunque ahora pueda parecer una locura: sería repetir el último terremoto que ya vivimos hace apenas unos meses. Pero si hemos sabido esperar a la zona de 20.000-20.800, ya estaríamos dentro con un margen de seguridad que nos permitiría navegar incluso en aguas turbulentas. Y es que en el mercado, como en la jungla de Apocalypse Now, no sobrevive el que dispara primero, sino el que sabe cuándo avanzar y cuándo detenerse. Porque mientras otros se dejan llevar por el olor a victoria, yo prefiero recordar que ese mismo olor a veces no es otra cosa que napalm en el aire.