Bolsa, mercados y cotizaciones
Wall Street alcanza nuevos máximos históricos con una prima del 18% frente a la década
- Su multiplicador de beneficios asciende a las 23,3 veces
- Comprar barato en Wall Street es posible pero hay que rebuscar en el mercado
Carlos Simón García
Madrid,
El mercado sigue mostrando una gran complacencia con los distintos factores que podrían disminuir el apetito por el riesgo de los inversores, tanto los puramente económicos como los que tienen que ver con factores coyunturales como la situación geopolítica en Oriente Medio o las decisiones comerciales que discrecionalmente tome Donald Trump, algo que se conocerá en los próximos días.
Esta complacencia se ve reflejada en las cotizaciones de las bolsas. Estados Unidos, pese a que hasta ahora ha tenido una primera mitad de año más complicada que el resto de las grandes plazas mundiales, ya está cotizando de nuevo en zona de máximos históricos tras superar el S&P 500 los 6.144 puntos donde se quedó el récord en el mes de febrero. Desde el comienzo de año, sin embargo, acumula una revalorización inferior al 5%, por detrás de las bolsas del Viejo Continente.
La otra prueba de este FOMO (miedo a perderse la subida) que vive Wall Street son los multiplicadores a los que cotiza. El hecho de que estas subidas no hayan venido precedidas de una mejora importante en las previsiones de beneficios que emiten los analistas ha hecho que la bolsa expanda sus múltiplos y se encarezca. Contando con las ganancias que el mercado espera ahora para el S&P 500, el precio actual exige pagarlos 23,3 veces, un PER (veces que el beneficio se recoger en el precio de la acción) que se encuentra un 18% por encima de su media de la última década.
Este sobrecoste también se da si se compara con otros periodos de tiempo. Más a corto plazo, con respecto a los últimos cinco años, la prima sigue siendo de algo más del 8% mientras que, si por el contrario, ampliamos el horizonte temporal a contrastar, el múltiplo actual sería superior al medio de los últimos 20 años en un 35%, lo que implica que estaríamos hablando de cotizar en zona de burbuja.
"Con la llegada del verano y su consecuente bajada de liquidez, ante unas valoraciones elevadas, nos hace aumentar la prudencia estos meses a la vez que la economía americana se resiente por el aumento de las tasas de morosidad y la entrada en vigor de los aranceles", explica Ignacio Fuertes, director de inversiones de Miraltabank.
En línea con esta situación, en las últimas semanas se ha intensificado el apetito por parte de los bajistas por la bolsa estadounidense. De hecho, las posiciones en corto alcanzan su nivel máximo desde 2016 en la bolsa de Nueva York. En concreto, las acciones prestadas actualmente a este tipo de inversores que las venden para luego recomprarlas más abajo y devolverlas superan los 184.000 millones, un nivel que por última vez se alcanzó hace nueve años, coincidiendo con una crisis en China y el desplome de los precios del petróleo, cuando el Brent cayó por debajo de los 28 dólares por barril.
Si miramos más adelante en el tiempo y ampliamos la perspectiva, este desequilibrio se ajusta parcialmente. De cara a 2026 el multiplicador de beneficios estimado para el S&P 500 se reduce hasta las 20,8 veces, lo que lleva al inversor a poder esperar un retorno de casi el 5% ese año a la bolsa estadounidense.
Desde el punto de vista técnico, "seguimos esperando una corrección bajista después de superar esos máximos históricos en un último latigazo alcista antes de una corrección proporcional a la vivida en abril", advierte Joan Cabrero, asesor de Ecotrader. "Lo ideal es aprovechar el alcance del techo de DeepSeek para empezar a cosechar beneficios parciales aplicando la técnica del acordeón", agrega.