Bolsa, mercados y cotizaciones
Solo en Europa la bolsa ofrece al inversor una prima por su riesgo
- El que invierta en el EuroStoxx puede esperar 4 puntos más
- Las 'small caps' solo cotizan con descuento en Europa
Carlos Simón García
Madrid,
Tanto en la vida como en los mercados, se sobreentiende que todo riesgo merece una recompensa o que toda recompensa requiere tomar ciertos riesgos. Medir, por tanto, si el retorno esperado compensa el peligro o las posibles pérdidas que puedas tener en esa búsqueda es la clave para no arriesgar más de lo necesario.
En los periodos normalizados del mercado, que cada vez son menos frecuentes, las valoraciones de las bolsas se encuentran en niveles que permiten al inversor esperar de ellas un retorno más o menos alto pero siempre por encima de lo que te garantiza la renta fija. De ahí que merezca la pena correr el riesgo de invertir en un activo mucho más volátil y menos seguro que la deuda a cambio de retornos que a la larga son mucho más altos.
Sin embargo, hay varios factores que están condicionando la normalidad de los mercado en los últimos tiempos. Por un lado, las bolsas han subido mucho. Mucho más que las estimaciones de beneficios de los analistas sobre ellas, lo que ha hecho que las valoraciones alcancen niveles excesivamente altos, especialmente en Wall Street, donde se puede decir que se ha entrado en zona de burbuja.
Prueba de ello es que, con los multiplicadores de beneficios a los que está cotizando todavía el mercado estadounidense, el inversor que entre ahora tan solo podría esperar una rentabilidad anual cercana al 3,9%. Algo que, para tratarse de renta variable, es muy pobre y más si se pone en comparativa con lo que te da el cupón de un bono estadounidense a 10 años, que actualmente es casi el 4,3%, cerca de medio punto más.
En cambio, a este lado del Atlántico, pese a que en esta primera mitad de año que está a punto de terminar el repunte ha sido mayor (hay una diferencia de 4 puntos porcentuales) por parte del EuroStoxx 50, este índice que refleja el comportamiento de la zona euro se sigue comprando a un PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) de 15 veces, con lo que la rentabilidad esperada este año es del 6,4%, casi 4 puntos más que lo que da ahora un bono alemán a 10 años en el mercado secundario.
Ignacio Fuertes, director de inversiones de Miraltabank, explica que "las situaciones de las economías europeas y estadounidenses son antagónicas y el mejor reflejo es el nuevo acuerdo de la OTAN, donde Europa va a incrementar sustancialmente su nivel de gasto después de que EEUU haya sido la potencia hegemónica en este sentido durante las últimas décadas". "La percepción del fin del excepcionalismo estadounidense está beneficiando a Europa, que vuelve a ser receptor de flujos de inversión, lo que se ha reflejado en el mejor comportamiento de sus índices, en los volúmenes negociados y en las operaciones corporativas", agrega el experto. "A pesar de ello, con la llegada del verano y su consecuente bajada de liquidez, ante unas valoraciones elevadas, nos hace aumentar la prudencia estos meses a la vez que la economía americana se resiente por el aumento de las tasas de morosidad y la entrada en vigor de los aranceles", concluye.
Nahum Sánchez, responsable de renta variable de CBNK Gestión de Activos, matiza en este sentido que "la prima de riesgo no es una medida estática ya que los tipos de la Fed deberían tender hacia el 2% y, por otro lado, esperamos que en el caso del S&P 500 el crecimiento de los beneficios alcance el doble dígito anual, con lo que cada año que pasa el PER disminuye". "Actualmente, existen dos elementos totalmente disruptores que se contraponen: la IA por un lado, que supone una revolución tecnológica pero que es difícil de cuantificar si va a ser un acelerador del crecimiento y, por otro, la política arancelaria americana, que supone un cambio de paradigma hacia la desglobalización con consecuencias económicas inciertas", agrega Sánchez. "La bolsa europea siempre ha exigido una prima de riesgo superior porque su crecimiento en beneficios es inferior a la bolsa americana y ahora que los tipos en Europa están cayendo, se ha incrementado esta prima de riesgo hasta situarse en línea con su media histórica", concluye el analista.
En línea con esta situación, en las últimas semanas se ha intensificado el apetito por parte de los bajistas por la bolsa estadounidense. De hecho, las posiciones en corto alcanzan su nivel máximo desde 2016 en la bolsa de Nueva York. En concreto, las acciones prestadas actualmente a este tipo de inversores que las venden para luego recomprarlas más abajo y devolverlas superan los 184.000 millones, un nivel que por última vez se alcanzó hace nueve años, coincidiendo con una crisis en China y el desplome de los precios del petróleo, cuando el Brent cayó por debajo de los 28 dólares por barril.
Si miramos más adelante en el tiempo y ampliamos la perspectiva, este desequilibrio se ajusta parcialmente. De cara a 2026 el multiplicador de beneficios estimado para el S&P 500 se reduce hasta las 20,5 veces, lo que lleva al inversor a exigir un retorno de casi el 5% ese año a la bolsa estadounidense. En el Viejo Continente esto también sucede pero menos acusado ya que el rendimiento esperado de la bolsa pasa del 6,5% al 7,1% al situarse el PER de 2026 en 14,1 veces.