Bolsa, mercados y cotizaciones
Ropa que piensa: Vísteme despacio, que tengo datos
- La verdadera magia en los mercados no está solo en acertar, sino en detectar sectores con potencial de multiplicación
- Son compañías con potencial de escalado y disrupción real
- No se trata de una moda pasajera, sino de un nuevo 'terreno de juego'
Joan Cabrero
Barcelona,
Hace ya tiempo que decidí construir una cartera de futuro para mis mellizos, Joan y Gerard. Una selección pensada no solo para crecer, sino para escalar. Porque si algo he aprendido en todos estos años es que la verdadera magia en los mercados no está solo en acertar, sino en detectar sectores con potencial de multiplicación. Empresas que hoy pueden parecer pequeñas o anecdóticas, pero que si hacen bien su trabajo, mañana pueden vestirse de gigante.
En esa búsqueda constante de ideas para esa cartera disruptiva que vamos tejiendo hilo a hilo, esta semana quiero hablarles nunca mejor dicho de ropa que piensa. De tejidos que sienten. De textiles que no se limitan a vestir, sino que miden, analizan y hasta se comunican. Lo que hasta hace poco era ciencia ficción empieza a abrirse paso en el mundo real: prendas que monitorizan constantes vitales, camisetas que actúan como un electrocardiograma, ropa que se adapta térmicamente a tu cuerpo o que detecta caídas en personas mayores. Tecnología embebida en cada fibra.
No se trata de una moda pasajera, sino de un nuevo terreno de juego donde confluyen biotecnología, electrónica, inteligencia artificial y diseño textil. Y aunque muchas startups punteras aún no cotizan, sí encontramos en bolsa a varios actores que están tejiendo desde ya esta revolución silenciosa. Cuando esas startups den el salto y empiecen a cotizar, no se preocupen, que me encargaré de avisar desde elEconomista.es. Así todos estaremos atentos por si hay que vestirse a tiempo.
Aquí tienen cinco compañías que quiero empezar a vigilar de cerca. Algunas pueden parecer de toda la vida, pero todas tienen en común algo que en mi oficio es sagrado: potencial de escalado y disrupción real. Y ya saben, en esto de la bolsa, lo inteligente es vestirse antes de que el desfile comience.
DuPont de Nemours (DD)
Este gigante histórico del sector químico está detrás de algunos de los materiales más avanzados que están haciendo posible la evolución del textil inteligente. Desde fibras conductoras hasta tejidos con memoria térmica, la división de materiales especiales de DuPont de Nemours colabora con industrias tan diversas como la defensa o el deporte, tejiendo literalmente la base tecnológica sobre la que se está construyendo esta revolución silenciosa.
Desde el punto de vista técnico, su cotización lleva años desarrollando un amplio lateral con techo en los 85-90 dólares y base en los 50, que es justo donde llevo tiempo esperando para plantear una entrada. En estos momentos se mueve en la parte media de ese rango, una zona que considero tierra de nadie y que no ofrece una ecuación rentabilidad-riesgo atractiva. Por tanto, paciencia.
VF Corporation (VFC)
Dueña de marcas como The North Face, Vans o Timberland, VF es una veterana del textil que ha empezado a moverse hacia el futuro. Ya hay pruebas piloto de prendas con sensores integrados y su capacidad de distribución global la convierte en una potencial vía de adopción masiva de ropa inteligente. Si la revolución llega al consumidor general, VFC será uno de los canales clave.
Técnicamente, desarrolla una tendencia bajista desde hace años que asusta, pero que podría ser la oportunidad para subirse a su tendencia alcista de muy largo plazo, la que nació en la década de los setenta. Hablamos de un título que ha corregido nada más y nada menos que un 90% desde los máximos que estableció en 2020 en la zona de los 87 dólares, tras alcanzar en este 2025 los 9 dólares. El hecho de que ya pueda ver tres impulsos o cinco ondas a la baja desde esos máximos me indica que el suelo está cerca. No me parece mal poner un tercio de un lote, para ir sembrando.
Gentherm (THRM)
Especialista en tecnologías térmicas, Gentherm comenzó su andadura en el mundo del automóvil, desarrollando sistemas de climatización inteligente para asientos, pero lleva años diversificando hacia sectores como la salud, el confort personal y los textiles inteligentes. Está trabajando en prendas que se adaptan automáticamente a la temperatura corporal. No se trata de ropa con chips, sino de tejidos que piensan con calor. Su propuesta es menos visible que otras, pero con un potencial de escalado industrial enorme.
Desde el punto de vista técnico, su cotización mantiene una clara tendencia bajista en los últimos años, que ha llevado al título a corregir un 78,60% de Fibonacci de toda la gran subida iniciada en el año 2000, cuando pasó de los 0,70 a los 98 dólares. Ahora, tras caer hasta los 22, se mueve en una zona de soporte clave. En este entorno, podría estar gestándose una oportunidad para empezar a sembrar con visión de largo plazo en un sector con recorrido.
Nike (NKE)
Aunque es un titán del consumo y no un jugador puro en tecnología textil, Nike lleva años invirtiendo en innovación aplicada al rendimiento. Desde zapatillas que se ajustan solas hasta prendas que monitorizan biomarcadores, su estrategia no pasa por inventar sensores, sino por integrarlos con inteligencia en productos de uso masivo. Puede que no lidere la disrupción, pero será sin duda una de las primeras en ponerla en manos del gran público.
Técnicamente, lo más llamativo es que acumula una corrección del 68?% desde los máximos históricos de 2021, cuando llegó a cotizar en los 172 dólares, hasta marcar este año mínimos en los 52,50. Ese entorno, que coincide con los soportes clave de 2020 y 2016, comienza a ser una zona óptima para volver a vigilarla muy de cerca. Hablamos de una de esas compañías que, cuando da la oportunidad, conviene no dejarla pasar.
Alphabet (GOOGL)
Puede parecer que aquí estamos sacando los pies del tiesto, pero Alphabet, a través de su división Google ATAP, ha sido pionera en iniciativas como el proyecto Jacquard, que desarrolló tejidos interactivos junto a Levi's. Más allá de esta curiosidad tecnológica, su posición dominante en inteligencia artificial, sensores, computación contextual y dispositivos conectados la convierte en una apuesta indirecta pero potentísima dentro del ecosistema del textil inteligente.
Desde el punto de vista técnico, estamos ante un título que conviene tener siempre en el radar y, si se puede, en cartera. Para quienes aún no estén posicionados o deseen aumentar exposición, lo ideal es esperar a que el mercado ofrezca un nuevo susto. Una caída hacia la zona de los 120-125 dólares, que supondría replicar la corrección vivida en 2022, sería un auténtico regalo para construir posiciones con visión de largo plazo.