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I. Cuenca (Iberdrola): "Los accionistas pueden esperar un alza del 5%-9% en el dividendo en 2025, como en el beneficio"


María Domínguez

Iberdrola es uno de los gigantes de la bolsa española. El mes pasado consiguió un hito histórico: alcanzó los 100.000 millones de capitalización por primera vez en su historia, lo que la consolida como la primera eléctrica de Europa y la segunda del mundo tras la estadounidense NextEra. La entidad fue una de las protagonistas del primer Día del Inversor de elEconomista.es, un evento que constó de un ciclo de entrevistas a los dirigentes de las grandes compañías del mercado español, y que fue inaugurado por Juan Flames, consejero delegado de BME.

Según explicó Ignacio Cuenca, director de Relaciones con Inversores de la utility, en una entrevista realizada por Joaquín Gómez, director adjunto de elEconomista.es, la compañía ofrece mucha visibilidad en lo que respecta a su remuneración al accionista "gracias a un modelo que llevamos desarrollando más de 25 años", lo que denominó un "triángulo virtuoso de crecimiento, solidez financiera y dividendo. Desde 2001tratamos de conjugar esas tres patas de la estrategia", señaló.

Hace ya un par de años que Iberdrola se convirtió en líder absoluto del beneficio bruto (ebitda) del mercado español, al superar los 13.000 millones, y los analistas ya creen que en 2027 puede alcanzar los 19.000. Según explicó Cuenca, esto es "consecuencia de esa estrategia; en este momento estamos en una velocidad de crucero en las inversiones alrededor de los 12.000 millones, fundamentalmente invertidos en en negocio regulado -transmisión y distribución de energía eléctrica-, en renovables de manera selectiva, y finalmente en almacenamiento, que recientemente se ha demostrado que es clave para el buen funcionamiento del sistema". Todas estas inversiones generan un ebitda adicional, que contribuye a su vez al aumento del beneficio neto (que es, en último término, de donde sale el dividendo). En 2024, el beneficio neto fue de 5.600 millones, y la estimación para 2026 contempla un crecimiento de entre un 5% y un 9%. "Nuestra máxima en lo que respecta al dividendo por acción es incrementarlo en línea con el beneficio neto, de modo que si está establecido que éste aumente en 2025 entre un 5% y un 9%, nuestros accionistas pueden esperar una subida parecida o similar en términos de dividendo por acción", explicó. Iberdrola tiene establecido dentro de su política retributiva un payout (porcentaje del beneficio destinado a la remuneración al accionista) de entre el 65% y el 75%.

La reciente conquista de los 100.000 millones de capitalización la llevó a cabo Iberdrola en un contexto nada favorable, a primeros de abril, con las bolsas cayendo a plomo después del bazuca arancelario lanzado por Donald Trump en el llamado Día de la Liberación. Sin embargo, según explicó Cuenca, el impacto para la compañía española de estas tarifas es limitado: "A nosotros, todos los aranceles de Trump nos suponen menos de 100 millones de ebitda, y el motivo es que somos una empresa muy prudente, incluso invirtiendo 12.000 millones", afirmó.

Cuando se habla de Iberdrola y se descompone la tarta de sus negocios, se le suele dar mucha importancia a las renovables, pero sin embargo éstas pesan un 31%, frente al 44% del negocio de redes (y al 25% de la pata de generación y clientes). ¿Es posible que algún día esto se dé la vuelta y las renovables pesen más que las redes? "Nunca digas nunca jamás, pero en este momento no". Las renovables "han tenido su boom y ya son una realidad. Son más baratas que las demás energías, es decir, la energía que produce una nueva planta renovable es más barata que la de un nuevo ciclo combinado de gas y o no digamos de la nuclear". Pero primero "hay que gestionar toda esa energía renovable que se está instalando a nivel mundial" y la compañía en este momento "apuesta por las redes, tal y como se comprobará en el próximo ciclo inversor, que presentaremos el 24 de septiembre".

Dentro de las energías verdes, el offshore -la eólica marina- "es, digamos, la gran energía que va a venir de base" y es "claramente una apuesta de Iberdrola", con sus proyectos en Reino Unido, próximamente en Estados Unidos y en Alemania, que es donde la compañía española tiene sus grandes centros de producción de offshore.