Bolsa, mercados y cotizaciones

Merz se convierte en canciller de Alemania en su segundo intento tras una derrota histórica

  • El índice alemán se deja un 0,8% lastrado por las armamentísticas
  • Es la primera vez que se pierde una investidura en la historia de Alemania
  • El fracaso en la votación muestra las fisuras políticas que pueden lastrar los grandes planes del gobierno

Álvaro Moreno, Víctor Ventura

Todos daban por hecho la llegada del nuevo canciller de Alemania. En teoría Friedrich Merz lograría hoy a primera hora los apoyos para tomar los mandos de la 'locomotora de Europa' y con ello dar estabilidad al país para impulsar ese giro histórico hacia el gasto. Sin embargo, ese nombramiento ha tenido que esperar unas cuantas horas, ya que Merz ha perdido la primera votación contra todo pronóstico, algo que no había sucedido nunca en la historia de Alemania hasta el momento. De los 316 votos que necesitaba a su favor solo ha logrado 310, un revés inesperado. Finalmente ha tenido que realizar una segunda votación en la tarde en la que sí ha resultado investido con 325 votos a favor, 9 más de los necesarios.

Tras conocerse la noticia el Dax se ha aliviado y ya cotiza con caídas del 0,4% siendo el peor índice del viejo continente en una jornada de leves retrocesos o cotizaciones planas (el Ibex 35 avanza un 0,1% y el EuroStoxx 50 medio punto). Finalmente con su investidura arranca un nuevo gobierno, pero lo hace mostrando que descansa en una mayoría frágil. "Es importante que Alemania tenga un gobierno estable", dijo Lars Klingbeil, el próximo vicecanciller del SPD, a los periodistas en Berlín.

Merz tenía atados más que de sobra los escaños necesarios gracias a su pacto con el SPD. Sin embargo, 18 diputados con los que contaba y daba por hecho su voto han abandonado el barco a última hora. Cinco han votado en contra y el resto se han abstenido, gracias a que el voto es secreto. Tradicionalmente, el partido o la coalición de Gobierno siempre sufren una cierta cantidad de votos 'disidentes' de diputados descontentos, que llegaron hasta 107 en la investidura de Kurt Kiesinger, en la primera 'Gran coalición' CDU-SPD. Pero lo que nunca había pasado es que esos votos fueran suficientes para dejar la suma total por debajo de la mayoría absoluta, como hoy ha ocurrido.

Este imprevisto había sacudido los planes del nuevo canciller. Merz tenía agendada ya una visita mañana a París, para saludar al presidente francés, Emmanuel Macron, y a Varsovia, para renovar su relación con el primer ministro polaco, el conservador-liberal Donald Tusk. Para evitar una inesperada crisis diplomática, la coalición ha negociado con Verdes e Izquierda adelantar la siguiente votación hasta esta misma tarde, como así ha sido.

Incluso si no se hubiera logrado una aprobación esta tarde, esto no hubiera supuesto un coste importante, en el sentido de que la Constitución de Alemania permite un número indefinido de votaciones. Pasados los 14 días se procedería a una votación de emergencia con un número ilimitado de candidatos, donde si nadie logra mayoría absoluta, pero sí mayoría simple, le correspondería al presidente federal decidir si el candidato ganador se convierte en canciller o si se disuelven las cámaras.

Pese al rápido arreglo, el fracaso en la primera votación deja a las claras las grietas del CDU y el CSD como socios de gobierno. Teniendo en cuenta la labor que tienen entre manos, un plan de medio plazo con un objetivo de 8 años de gasto masivo en infraestructuras y defensa, la inestabilidad política parece que se mantiene. Además, no hay muchos precedentes, ya que se trata de la primera vez en la historia que un candidato necesita dos votaciones para ser investido.

Las peleas entre socios fueron la causa de la implosión del anterior gobierno de Olaf Scholz (SPD) cuyo ejecutivo de coalición con los verdes y los liberales terminó implosionando porque los límites presupuestarios dejaron a los claras las diferencias políticas de los socios, que tenían que negociar una y otra vez. Finalmente el partido liberal implosionó el 'gobierno semáforo' ante las desavenencias económicas.

El partido de extrema derecha Alternativa por Alemania, que quedó en segundo lugar con un 20% de los votos, ya califica lo ocurrido como síntoma de los problemas que pueden venir para el próximo ejecutivo. Alice Weidel, presidenta de la formación, escribía en X que el fracaso en el Bundestag muestra "la débil base que se ha construido para la pequeña coalición entre los conservadores y el SPD, lo cual fue rechazado por los votantes".

Desde Commerzbank comentan que incluso con una victoria de Merz, esta situación sitúa a los mercados frente a una verdad incómoda. "Incluso si fuera elegido solo contaría con una estrecha mayoría en el Bundestag. Esto aumenta las dudas sobre la capacidad del nuevo gobierno para abordar e implementar las profundas reformas económicas que la economía alemana necesita con urgencia."

Coinciden desde Scope Ratings, pues comentan que "el inédito fracaso en la primera ronda, al no superar el umbral requerido, resultó una sorpresa y puso de manifiesto la fragilidad de la coalición, así como los previsibles desafíos que afrontará para alcanzar consensos en torno a reformas políticamente sensibles". En ese sentido señalan que ahora "la próxima gran prueba serán las negociaciones de los presupuestos federales para 2025 y 2026. No obstante, estas deberían verse facilitadas por el margen fiscal creado tras la reforma del freno a la deuda en marzo de 2025".

Respecto a la caída en bolsa, son los valores armamentísticos, que iban a ser los grandes ganadores de un gobierno fuerte de Merz, los que más están sufriendo. Rheinmetall se deja un 2,2%, mientras que Renk y Hensoldt pierden un 3,1% cada uno. El CDU y el SPD han pactado quitar el límite constitucional a todo gasto en defensa superior al 1% del PIB. Hasta ahora cualquier déficit superior al 0,3% era anticonstitucional, salvo vehículos muy concretos como los del covid, los de la guerra de Ucrania y los que usaron para rescatar a la industria energética en el marco de la invasión.

A partir de ahora se esperaba un gasto del 3,5% en el apartado militar mientras que se aprobó también un gasto de 500.000 millones de euros en infraestructuras a diez años. Esto queda fuera del freno de deuda y también buena parte del déficit de sus autonomías, los landers. DesdeTS Lombard hablaban de que sumando todas sus partes este es el mayor plan de gasto e inversión en toda la historia del país, superando la reunificación y el Plan Marshal.

El impacto era claro: desde JP Morgan elevaron su previsión de crecimiento para 2026 desde el 0,4% hasta el 1,5%. La clave de este cambio reside en una serie de reformas fiscales y un fuerte impulso a la inversión pública. El instituto iFW, por su parte, ha pasado de estimar un repunte del 0,9% al 1,5%. Un impulso muy relevante que, pese a que se mantiene, ahora cuenta con un factor claro y relevante de incertidumbre política.