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¿Quién es Greg Abel? El sucesor de Warren Buffett comandará una cartera equivalente a la economía de Países Bajos

Warren Buffett y Greg Abel / elEconomista.es

Julio De Manuel Écija

Warren Buffett utilizó los últimos momentos de la junta de accionistas de Berkshire Hathaway para lanzar un anuncio que sorprendió a todo el mundo: el inversor de 94 años se retiraba como CEO de la empresa y daba paso a Greg Abel como nuevo líder al frente del conglomerado. Abel, vicepresidente de Berkshire Hathaway, no salía de su asombro. Si bien era el sucesor designado desde 2021, la retirada imprevista del Oráculo de Omaha lo dejó estupefacto. Ahora Abel, natural de Alberta (Canadá), deberá ponerse al frente de un conglomerado empresarial conformado por más de 400.000 empleados y con una cartera de activos valorada en 1,2 billones de dólares, equivalente al PIB de Países Bajos. El mundo de las inversiones se hace dos preguntas: ¿quién es el heredero de Warren Buffett? y ¿podrá repetir la fórmula de éxito del inversor nonagenario?

Un enérgico jugador de hockey

Gregory Edward Abel nació en Edmonton, la capital de Alberta (Canadá), el 1 de junio de 1962. Procedente de una familia de clase trabajadora y amante del deporte rey de Canadá, el hockey, sus primeros años durante la adolescencia y la temprana juventud se caracterizaron por trabajos esporádicos, como limpieza de botellas desechadas o rellenado de extintores, mientras terminaba sus estudios, según recoge Reuters. Abel se graduó en 1984 en Administración de Empresas en la Universidad de Alberta.

Después de terminar sus estudios, entró a trabajar como contable en PricewaterhouseCoopers (PwC) y en 1992 dio el salto a la energía como controlador de negocios (business controller) de CalEnergy. Abel se unió en un momento en el que el sector energético en Alberta estaba en plena ebullición. La principal región petrolífera de Canadá trataba de incrementar su posición en los mercados internacionales tras la caída de la Unión Soviética un año antes.

El CEO de CalEnergy, David Sokol, tenía planes de expansión de la compañía más allá de Edmonton. En 1996, envía al joven Abel a dirigir la división británica de la firma tras adquirir una compañía en Reino Unido. Sokol continuó sus planes y en 1998 adquiere MidAmerican Energy para renombrar a toda la compañía con la nueva marca, según señala Bloomberg. En esos años, Sokol vio el potencial de Abel y se convirtió en su principal valedor ante Bufett.

De Constellation a Berkshire Hathaway Energy

Poco después de la entrada de los canadienses en Iowa, Berkshire Hathaway se convirtió en el accionista mayoritario de MidAmerican Energy, lo que supuso la llegada de Abel y Sokol al conglomerado de Omaha (Nebraska, EEUU). Pocos años después, la bancarrota de Enron (2001) fue aprovechada por Berkshire Hathaway a través de MidAmerican Energy para lanzarse a una oleada de compras de activos en quiebra, como oleoductos, refinerías y firmas energéticas en apuros.

Las diferentes operaciones permitieron labrarse un nombre tanto a Abel y Sokol dentro del entramado de Buffett. En 2008, el antiguo CEO de CalEnergy se convierte en miembro del consejo de administración de Berkshire Hathaway y algunas voces plantean que Sokol se convertiría en el heredero de Buffett. En paralelo, Abel tomó el mando de MidAmerican Energy, a pesar de las reservas de Buffett, Charlie Munger y otros ejecutivos del conglomerado. Sokol defendió a capa y espada su candidatura, por lo que Buffett y Munger confiaron en él.

Especialmente durante las turbulencias se ve el potencial de los futuros empresarios y Abel aprovechó las tormentas que se venían en el horizonte. La crisis financiera provocada por la caída de las hipotecas subprime estaba arreciando. En septiembre de 2008, Lehmann Brothers anuncia su quiebra, lo que arrastra a docenas de firmas en un desplome en bolsa. Constellation Energy es una de las compañías más afectadas, por lo que en esos meses comienza a negociar con MidAmerican Energy para ser adquirida por la filial de Berkshire Hathaway por 4.700 millones de dólares. En diciembre, Constellation Energy cancela el contrato para irse con EDP, lo que le reportó a MidAmerican Energy 1.000 millones de dólares como concepto de indemnización.

La operación no desanimó a Abel, que cinco años más tarde adquiere NV Energy y otras firmas de Alberta, por lo que decide renombrar al consorcio energético como Berkshire Hathaway Energy, para alinear la marca a la posición del conglomerado de Nebraska y a Buffett. Estas operaciones llamaron la atención de Buffett, quien no contaba con ningún heredero tras la retirada de Sokol en 2011 por el escándalo de Filipinas y la compra de Lubrizol.

En 2018, Buffett designó a Abel como vicepresidente de Berkshire Hathaway, lo que aumentó su contacto con la mayor parte de las compañías del gigante: desde la división energética hasta las áreas de transporte (BNSF), alimentación (See's Candies) o tecnología (Apple). En la junta de accionistas de 2021, Munger deja caer que Abel será quien herede el trono de Berkshire Hathaway, hecho que más tarde confirmó Buffett en una entrevista.

Los desafíos de Abel

El principal reto que tiene Greg Abel es la losa de expectativas que pesa sobre sus espaldas: el enorme carisma y éxito de Warren Buffett tras más de seis décadas como inversor, venciendo al mercado en repetidas ocasiones, representan una sombra muy grande. En otro orden, Abel tendrá gestionar un conglomerado acostumbrado a una alta descentralización de sus firmas y un bajo nivel de ejecutivos y personal directivo.

La principal ventaja que tiene Abel y que el propio Buffett señaló en la junta de accionistas del sábado pasado es la enorme tesorería que cuenta Berkshire Hathaway. En los últimos dos años, Buffett ha ido vendiendo posiciones y actualmente, el conglomerado cuenta con una liquidez que supera los 350.000 millones de dólares. Cada trimestre, Berkshire Hathaway registra un beneficio operativo de más de 10.000 millones de dólares, según recoge Bloomberg.

Son métricas que harían sonreír a cualquier inversor corriente, pero Buffett no ha sido un inversor cualquiera y Abel es consciente de que ahora todas las miradas de Wall Street están puestas en él.