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Trump quiere tener los aranceles más grandes de todos: anuncia que disparará la tasa de China al 104% si Pekín no da marcha atrás

  • Intensificará la guerra comercial si Pekín no retira sus contramedidas
  • Anuncia reuniones con los demás países
Donald Trump vuelve a la Casa Blanca desde su mansión de Florida. Foto: Reuters

Víctor Ventura

Cuando Wall Street estaba esperando una posible paralización de los aranceles, Trump ha servido una taza más. El presidente de EEUU ha tuiteado en su red social Truth que impondrá aranceles extraordinarios de 50 puntos adicionales sobre China, disparando su tasa total al 104%, si el país asiático no retira los contraaranceles del 34% sobre las importaciones estadounidenses. Trump asegura que la orden se podrá en marcha este 9 de abril, y reitera que si cualquier país responde a los aranceles de Trump con contraaranceles, él los subirá aún más para ser el que los tenga más altos de todos.

Como zanahoria, el presidente afirma que está dispuesto a abrir negociaciones con todos los países que lo han solicitado, aunque descarta sentarse con China mientras no retiren todas sus tasas. Una posibilidad que mantiene con un hilo de esperanza a los mercados.

Para entender esta decisión, hay que tener en cuenta cómo entiende Trump los aranceles y los déficits comerciales. Trump lleva décadas insistiendo en que los déficits comerciales son una "deuda" que EEUU tiene respecto a los demás países, que les están "robando". Y también cree que los aranceles son una especie de 'impuesto' que los países se pagan entre sí por el comercio exterior.

Partiendo de esa confusa idea, su teoría es que, hasta ahora, los países le 'cobraban' dinero a EEUU al ponerles 'aranceles', y ese dinero salía de las cuentas públicas de EEUU para no volver jamás. La solución, por tanto, sería poner los aranceles más grandes que nadie, para que al hacer las cuentas, a los otros países les salga 'a pagar' y EEUU se lleve "el dinero de los otros países", como Trump repite constantemente.

En ese marco en el que se mueve Trump, que China ponga un contraarancel del 34% a EEUU no supone un castigo proporcional a las exportaciones estadounidenses, sino que China estaría 'subiendo el impuesto que le cobra a EEUU' para que a Washington la cuenta le 'siga saliendo a pagar' a favor de Pekín. Así, el presidente ha respondido que está dispuesto a subir los aranceles sin límite ante cada contraarancel: "Cualquier país que tome represalias contra los EEUU imponiendo aranceles adicionales, además de su abuso arancelario a largo plazo ya existente contra nuestra nación, se enfrentará inmediatamente a aranceles nuevos y sustancialmente más altos, además de los establecidos inicialmente". En otras palabras, si los países suben sus aranceles a EEUU hasta el infinito, él está dispuesto a subirlos hasta el infinito más uno, con tal de que EEUU 'gane' esa transacción.

Por supuesto, ni el comercio internacional ni los aranceles funcionan así. Los aranceles que impone un país no contrarrestan los que cobra el otro, e imponer un tipo del 104% destruirá por completo el comercio entre EEUU y China y disparará el precio de los pocos bienes que EEUU se vea forzado a importar de ese país, a costa de los consumidores norteamericanos.