Bolsa, mercados y cotizaciones
El halcón tránsfuga y las palomas del Banco de Inglaterra han visto algo oscuro en el cielo y frenan su ímpetu con los recortes de tipos
- El BoE deja los tipos en el 4,5%, tal y como se esperaba
- Pero la votación interna ha arrojado un contundente 8-1
- Los datos laborales aguantan el tipo mejor de lo esperado
Mario Becedas
Sin sorpresas en los tipos. Tal y como se esperaba, el Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés), ha dejado este jueves sin tocar los tipos de interés, que permanecen en el 4,5%. Aunque el crecimiento titubea, la desinflación sigue presentando baches y el crecimiento salarial sigue siendo alto mientras que el mercado laboral se enfría pero no se hunde. El foco de atención ha sido, una vez más, la votación del Comité de Política Monetaria.
El saldo de votos en una u otra dirección se suele interpretar como pista del rumbo que seguirá en adelante el banco central. En esta ocasión ha sido de 8-1, con una abrumadora mayoría abogando por la pausa y solo un voto pidiendo un recorte de 25 puntos básicos. Con la expectativa de un recuento 7-2 y la posibilidad de un 6-3, la gran sorpresa la ha vuelto a dar Catherine Mann. En febrero, la considerada halcón sorprendió a propios y extraños pasando de apoyar una pausa a votar por un recorte de 50 puntos básicos, el doble de lo habitual. Este giro se interpretó en un sentido más dovish de lo que el propio BoE telegrafía y la libra se hundió. Mann justificó ese repentino cambio en que había riesgo de caídas "no lineales" en el empleo. Ahora, cuando todo el mundo la esperaba en la facción de los recortes, Mann vuelve al bando hawkish.
Pero el repliegue no ha sido solo de Mann. La sempiterna paloma Swati Dhingra ha votado por un recorte de 25 puntos básicos en detrimento del de 50 que apoyó en febrero. Asimismo, dos de los responsables de la fijación de tipos que habían apoyado la reducción de los costes del endeudamiento en reuniones anteriores -el vicegobernador Dave Ramsden y Alan Taylor- han votado a favor de mantener los tipos. La última vez que el BoE mantuvo los tipos sin cambios, en diciembre, tres miembros votaron a favor de un recorte consecutivo, situándose Taylor y Ramsden al lado Dhingra. Ahora, se han pasado al bando de un recorte de tipos cada dos reuniones.
"El Banco de Inglaterra siempre tuvo la intención de mantener los tipos de interés en el 4,5 en esta reunión, pero, al contrario de lo ocurrido en la última reunión de febrero, la votación ha sido más hawkish de lo previsto. Esto aumenta la posibilidad de que, a medida que la inflación aumente más adelante en el año, el BoE reduzca los tipos aún más lentamente", constata Paul Dales, economista jefe de Capital Economics.
En los mercados, pese a que la secuencia reunión sí-reunión no en los recortes no tiene por qué descarrilar, los operadores han reducido sus apuestas sobre una bajada de tipos en mayo, fecha de la próxima reunión de política monetaria. Los precios de los swaps implican ahora mismo una probabilidad de alrededor del 65% de un recorte de 25 puntos básicos en mayo, en comparación con el 70% antes de la decisión. Los inversores aún estiman 53 puntos básicos de recortes adicionales de tipos (dos recortes estándar) para fin de año.
"¿Está el comité en su conjunto volviendo a adoptar una postura más agresiva? La respuesta, en general, parece ser sí. Desde que Mann expresó su preocupación por el mercado laboral en febrero, los datos han sido notablemente resilientes. Los niveles de empleo y despidos no se han movido a pesar de que repetidas encuestas muestran que el interés por la contratación ha disminuido ante las subidas de impuestos del próximo mes", señala James Smith, de ING.
Las cifras de este jueves por la mañana mostraban que el crecimiento salarial se mantuvo en su nivel más alto en nueve meses y que el empleo aumentó, lo que indica una demanda resiliente. Las actas de la reunión del BoE han restado importancia a los sólidos datos salariales, pero han indicado que los funcionarios seguirán de cerca los acuerdos salariales en los próximos meses, que serán un factor determinante para las decisiones futuras.
Aunque en el comunicado del BoE había argumentos acomodaticios en alusión a la guerra comercial y la inestabilidad geopolítica, malas para el crecimiento, los mensajes más 'duros' se han telegrafiado desde el otro lado. Según explica Dales, el banco central sigue pensando que la inflación aumentará del 3% en enero al 3,75% en el tercer trimestre. Y mientras que en febrero dijo que "se espera que la inflación retroceda a partir de entonces hasta situarse en torno al objetivo del 2%", esta vez se limita a decir en su comunicación que "retrocederá a partir de entonces".
Esto puede ser una señal de que el BoE está un poco más preocupado por la "persistencia de los salarios y precios internos, incluidos los efectos de segunda ronda" que también se han mencionado, deduce el analista. "En otras palabras, parece que disminuye el apetito por recortar los tipos más deprisa y crece el deseo de hacerlo al ritmo actual, en el mejor de los casos", cierra.
El trauma post-covid
"Es evidente que el Comité está cada vez más nervioso por el aumento de la inflación general este año. Ya ha alcanzado el 3% y creemos que se acercará brevemente al 4% en el segundo semestre. En teoría, esto no debería ser motivo de preocupación, dado que refleja principalmente el aumento de las facturas de servicios públicos. Sin embargo, es evidente que el BoE aún está afectado por la experiencia de hace dos o tres años, cuando el aumento de los precios del gas natural se tradujo en una mayor inflación en el sector servicios de forma mucho más agresiva de lo previsto inicialmente", expone Smith desde ING.
En el Reino Unido, las autoridades de política monetaria tienen que sopesar una economía interna débil (que ya estaba luchando por ganar impulso antes de que aumentaran las tensiones geopolíticas) frente a un resurgimiento de los precios impulsado por facturas más altas de energía. Si bien Gran Bretaña se ha librado en gran medida del impacto directo de los aranceles estadounidenses hasta el momento, se espera que se vea afectada por las consecuencias económicas más amplias a medida que la demanda y la confianza globales se debilitan.
El gobernador del BoE, Andrew Bailey, ha advertido sobre un posible impacto sustancial en el Reino Unido debido a una guerra comercial, aunque el efecto exacto sobre la inflación "puede ser ambiguo". En cualquier caso, las dinámicas internas están muy presentes y algunos de los responsables más dovish en la fijación de tipos ya habían mostrado un tono más cauteloso en vísperas de la reunión. El propio vicegobernador Ramsden volvió a la posición central del Comité, destacando la preocupación por los planes de las empresas de aumentar los salarios casi un 4% en 2025.
"A menos que se produzca un colapso sorpresivo del mercado laboral o un repunte igualmente sorprendente de la inflación en el sector servicios impulsado por la energía, creemos que el BoE está en condiciones de seguir realizando recortes trimestrales de las tipos a lo largo de 2025", concluyen desde ING.