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Trump juega con la recesión de EEUU: la sangre no llegará al río pero se atisba una 'gran desaceleración'

  • Economistas y analistas no ven una contracción económica...
  • ...pero recortan sus previsiones de EEUU por el golpe arancelario y de otras medidas
  • Trump deja abierta la opción pero por ser "un periodo de transición"

Álvaro Moreno

El presidente de EEUU, Donald Trump, ha sorprendido a propios y extraños este fin de semana al no renegar de la posibilidad de una recesión en EEUU este mismo año. El republicano durante su entrevista en Sunday Morning Futures fue preguntado por la opción y lejos de decir que era algo que no ocurriría afirmó que "odio predecir cosas así, estamos en un periodo de transición trayendo la riqueza de vuelta EEUU". En ese sentido reconoció que "puede ser un proceso que lleve tiempo". Respecto a si todas esas medidas pueden encender la inflación reconoció que "puede que sí, pero mientras tanto los tipos de interés también han bajado", dijo diluyendo esa responsabilidad entre la Casa Blanca y la Fed.

Rápidamente el secretario de Comercio Howard Lutnick salió al paso para decir que "de ninguna manera habrá recesión". El alto cargo explicó que "Trump está trayendo el crecimiento hacia EEUU, por lo que de ninguna manera se producirá ese escenario". Horas antes a las declaraciones del presidente, su secretario del, Tesoro, Scott Bessent, sí que reconocía que toca prepararse para un golpe económico que definió en una entrevista con la CNBC como "una desintoxicación del gasto gubernamental".

Tras ese cruce de declaraciones se ha encendido el debate de si realmente una recesión es o no un escenario descartable. Hace pocos meses la economía de EEUU estaba totalmente a pleno rendimiento y tanto instituciones como analistas esperaban que el fuerte consumo interno, un mercado laboral resistente y una gran salud empresarial siguieron sosteniendo en buena medida este status. Sin embargo, la realidad es que si bien la mayoría de analistas no creen que la sangre llegue al río y apuestan por EEUU creciendo pese a los aranceles y la mayor incertidumbre, sí que atisban una gran desaceleración al menos este primer año con Donald Trump

Uno de los indicadores que más ha encendido las alarmas en este sentido ha sido el GDPNow de la Reserva Federal, que habla de una caída del PIB real del 2,4% en el primer trimestre. Para conocer las cifras oficiales y si se confirman estos temores, habrá que esperar al 27 de marzo, cuando el Departamento de Análisis Económico publique los datos preliminares. El banco central explica que estas previsiones vienen principalmente de las exportaciones. Si bien el gasto del consumo real y la inversión interna sí se mantuvieron estables, "la previsión a corto plazo de las exportaciones netas al crecimiento del PIB real cayó de 3,57% a 3,84%". De confirmarse esta estimación estaríamos ante el peor registro desde el segundo trimestre de la pandemia, cuando entraba en su apogeo.

De confirmarse esto dejaría el terreno abonado para una recesión técnica si la economía de EEUU no consigue repuntar en el segundo trimestre del año. Sin embargo, esta opción es limitada. Los aranceles pueden traer un golpe temporal pero la recesión, aunque incrementando sus posibilidades, se encuentra aún en un rango minoritario en las previsiones de los analistas.

El-Erian, asesor económico de Allianz, explica que este indicador no es fiable al 100% a comienzos de año y en los primeros meses está sujeto a fuerte volatilidad. "A pesar de la volatilidad, es realmente preocupante" comenta el experto. El hecho de que en muy pocos días haya pasado de pronosticar un 3,9% de crecimiento a una contracción habla de que está creciendo el consenso de que el avance del PIB está bajo asedio". Desde Goldman defienden que si bien ven una ralentización no hay que tomarse el GDP Now de la Fed Atlanta al pie de la letra ya que "está sesgado negativamente" atribuye buena parte de este golpe a las compras masivas de oro de los inversores, que han estado estos días buscando un lugar seguro. Se remiten a las previsiones de la Fed de Nueva York de un PIB subiendo al 2,9%, de forma sólida. Eso sí, coinciden en que la cifra puede ser indicativa de una expectativas menos optimistas.

Algunos datos ya están empezando a preocupar. A finales de febrero el Departamento de Comercio informó que el gasto personal cayó un 0,2% en enero, por debajo de la estimación del mercado, que esperaba un aumento del 0,1%. Ajustado a la inflación, el gasto cayó un 0,5%. Por su parte la confianza del consumidor está ya en mínimos de 15 meses.

Desde S&P Global afirmaban en sus últimos datos PMI que sí que están apareciendo "una marcada desaceleración del crecimiento empresarial en Estados Unidos y un aumento de los precios de los bienes". La firma hablaba abiertamente de un "crecimiento que se tambalea", señalando que el PMI compuesto preliminar ha caído a los 50,04 puntos, rozando la zona de contracción (50 puntos marca el crecimiento). Todo esto después de haber estado en 55,3 en diciembre y 53,7 en enero. "Si bien hay crecimiento todavía, estos últimos datos indican una pronunciada desaceleración".

El empleo aguanta

Los mercados, en cualquier caso, esperaban la gran cita que suponía los datos de empleo, publicados el pasado viernes. Desde TS Lombard explican que estos llevaron la contraria pues, pese a una ligera decepción, realmente dan buena fe de la fortaleza del mercado laboral, al crear 111.000 nóminas no agrícolas. "Los datos de empleo de febrero indican que no habrá recesión". En cualquier caso Steven Blitz, analista de la firma señala que "la suma de las acciones de Trump todavía puede sesgar la economía en cualquier dirección incluida una implosión del gasto de capital".

Por su parte, pese a que los datos oficiales a día de hoy recogen calma desde el punto de vista del empleo, la verdad es que en este frente hay una política de Trump que está generando ciertos temores en los mercados. Los recortes masivos de empleo del Departamento de Eficiencia Gubernamental de Elon Musk. Los datos solo recogen cifras relativas a una fecha máxima del 12 de febrero. En ese sentido, los 10.000 puestos de trabajo menos en la Casa Blanca pueden ser solo un aperitivo de una enorme concatenación de despidos que active las alarmas y golpee la economía.

"Los temores de una economía desplomándose hacia la recesión con los recortes del gobierno pueden resurgir en el Informe de Empleo de marzo"

Desde capital Economics comentaban que "los temores de una economía desplomándose hacia la recesión con los recortes del gobierno pueden resurgir en el Informe de Empleo de marzo, cuando los recientes despidos del gobierno federal serán un lastre mucho mayor". El informe mensual de la empresa de RRHH Challenger Gray & Christmas hablaba de ya anunciados 172.000 despidos en el sector público, la cifra más alta desde julio de 2020. En Capital Economics hablan de una proyección con el paso de los meses de 300.000 despidos.

Claudia Sahm también se ha pronunciado en este aspecto. Esta ex economista de la Fed fue creadora de un indicador de recesión clave que lleva su nombre, basado en el mercado laboral y que no falló desde los años sesenta hasta 2024 (cuando falló por el exceso de oferta laboral en muy poco tiempo que alteró la lógica de su fórmula). Sahm ha matizado que si bien no ven una recesión por los recortes de Musk, dado que el empleo federal solo es el 2% del total, sí que "fomenta los ingredientes que la desatan (despidos y un ritmo rápido de la incertidumbre)".

La clave de la 'recesión' son los aranceles

Todos estos problemas se ven especialmente potenciados por los aranceles, que son realmente lo que está sacudiendo las perspectivas y generando la mayor incertidumbre. Trump ha impuesto gravámenes al 10% extra a China y del 25% a productos como el acero y el aluminio. Por su parte, aunque estén en suspenso, ha puesto sobre la mesa otro 25% sobre el comercio Canadá y México. También ha puesto en marcha otros de aranceles a productos clave como automóviles medicamentos. En resumen, a pesar del caos que están suponiendo los sucesivos anuncios, amenazas, retrasos en algunos y negociaciones, el objetivo del republicano es utilizar esta herramienta para reducir el déficit comercial de EEUU.

Estos son los que han llevado a Goldman Sachs a aumentar sus probabilidades de recesión de un 15% al 20% el pasado viernes en su último informe. Aún se trata de un escenario lejano, pero viene derivado de un golpe que calculan en 0,8 puntos porcentuales debido a los aranceles. Manuel Abecasis, analista de la firma explicaba que ahora esperan que el PIB de EEUU solo crezca al 1,7% para 2025 frente al 2,2% que presupuestaban hace escasos días.

Un reciente estudio de la Universidad de Yale publicado la semana pasada hablaba de que con los aranceles ya sobre la mesa solo en el corto plazo y sin represalias, esperan un impacto 0,6 puntos porcentuales en el PIB real del país. Además, añaden que si bien el impacto directo se minimizaría en 2026 a solo 0,1 puntos porcentuales, "a largo plazo la producción será un 0,3% menor en EEUU con represalias limitadas y un 0,4% menos con represalias plenas". En resumen, la Universidad estima que EEUU solo con este golpe en la producción recibiría un "golpe permanente" de entre 80.000 millones de dólares anuales y 110.000 millones.

"Cuanto más tiempo se mantengan los gravámenes, más crece el riesgo de recesión"

El Comité Asesor Económico de la Asociación de Banqueros Estadounidenses lanzó un informe el viernes donde comentaba que si bien esperan que siga el crecimiento "reconocemos los riesgos que emanan del cambio de políticas y la incertidumbre". En ese sentido el comité que confirman los 16 economistas en jefe de los principales bancos de Norteamérica rebajaron sus previsiones de PIB al 2,1% y mantuvieron el riesgo de recesión al 30%.

"El pronóstico de consenso de un crecimiento económico positivo y un bajo riesgo de recesión se basa en la expectativa de que las nuevas tarifas no se mantendrán vigentes durante todo el año 2025", dijo Luke Tilley, presidente del comité y economista jefe de M&T Bank/Wilmington Trust. "Cuanto más tiempo se mantengan los gravámenes, más crece el riesgo de recesión. Además, los elevados costos de la vivienda siguen presentando obstáculos para los consumidores y la economía en general a pesar de una reciente desaceleración tanto en la apreciación de los precios de las viviendas como en el crecimiento de las tarifas de alquiler".

Enguerrand Artaz, estratega de La Financière de l'Echiquier (LFDE) comenta que "la excepcionalidad estadounidense que brillaba desde hace dos años, y que el consenso había imaginado que se mantendría, se tambalea". El experto comenta que el factor clave es que el crecimiento se verá lastrado por "el hundimiento de la balanza comercial, provocado a su vez por el acusado incremento de las importaciones en previsión del aumento de los aranceles". En consecuencia "el crecimiento estadounidense debería ralentizarse con fuerza, al menos en el primer trimestre". En este sentido," la incertidumbre política está hundiendo la confianza de las empresas y los hogares, y el mercado laboral vuelve a debilitarse, sobre todo debido a los recortes del empleo público llevados a cabo por el DOGE de Elon Musk".