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El inmenso yacimiento de petróleo marino que coge energía de la tierra para escupir crudo y gas sin contaminar
- Este yacimiento ha logrado un récord histórico de producción de gas en 2024
- Es un yacimiento electrificado que funciona con energía renovable que llega de tierra
- Los ingenieros de Equinor están logrando avances que fascinan a la industria petrolera
Vicente Nieves
En las profundidades del Mar del Norte, a unos 65 kilómetros de la costa noruega, el yacimiento Troll se alza como uno de los pilares de la energía europea. Con una producción de crudo de más de 100.000 barriles diarios (a la que se unirá un nuevo descubrimiento de crudo) y aproximadamente el 40% de las reservas de gas del Mar del Norte, este campo es fundamental no solo para el suministro de hidrocarburos a Europa, sino también como ejemplo de cómo la tecnología y la innovación pueden abordar los desafíos de sostenibilidad en el sector energético. Según Equinor, operador del yacimiento, "Troll es capaz de generar entregas seguras y predecibles de gas natural a Europa con emisiones de producción muy bajas". ¿Cómo puede conseguir esto un yacimiento de energías contaminantes en medio del mar?
Desde su descubrimiento en 1979, Troll se ha enfrentado retos técnicos y ambientales que parecían insuperables. Con una profundidad marina superior a los 300 metros y condiciones climáticas adversas, el desarrollo del campo fue descrito como "un billete de ida y vuelta a la luna", según el entonces director técnico de Shell, Chris E. Fay. Sin embargo, el tiempo y la tecnología han demostrado que los esfuerzos valieron la pena. Las plataformas Troll A, B y C son ahora emblemas de ingeniería avanzada, combinando eficiencia operativa y reducciones sustanciales de emisiones.
Un informe reciente de Baker Hughes, preparado por Muhammad Ahsan y Sofia Coy, destaca cómo las tecnologías de perforación avanzada y las soluciones digitales han optimizado las operaciones en Troll. Según el estudio, estas herramientas "han permitido una colocación precisa de los pozos, reduciendo el tiempo y la energía necesarios para las operaciones de perforación". Además, el uso de sistemas digitales de análisis en tiempo real y mantenimiento predictivo ha minimizado los tiempos de inactividad y la necesidad de personal in situ, lo que ha resultado en menores emisiones de carbono.
No solo eso, este yacimiento de los más productivos de Noruega. Si bien es cierto que sus mejores días en cuanto a petróleo han quedado atrás (llegó a bombear 400.000 barriles diarios en 2002), en lo que a gas se refiere se encuentra en su mejor momento. El yacimiento de Troll ha establecido un récord histórico de producción, al suministrar 42.500 millones de metros cúbicos estándar de gas natural en 2024. Se trata de la producción anual más alta jamás registrada en el yacimiento y supone un aumento de casi el 10% con respecto al récord anterior de 2022 (38.800 millones de metros cúbicos estándar). Todo ello cumpliendo con un elevado estándar ambiental. Noruega produce alrededor de 1,8 millones de barriles de crudo por día, la mayor cantidad con diferencia en Europa (con el permiso de Rusia). No obstante, la industria del país lucha por impedir el declive de una industria que pierde fuerza ante el imparable agotamiento de los yacimientos de crudo del país, incluso de los más grandes.
Innovación y sostenibilidad: un enfoque integral
El camino hacia la sostenibilidad en Troll no se limita a las tecnologías de perforación. Equinor ha implementado proyectos como la electrificación de las plataformas Troll B y C desde tierra (funcionan con energías renovables producidas desde tierra que llegan hasta las plataformas para alimentarlas), lo que, según Geir Tungesvik, vicepresidente ejecutivo de Proyectos, Perforación y Adquisiciones de la compañía, "reduce las emisiones anuales de CO? en 250.000 toneladas, el equivalente a las emisiones de 125.000 coches de combustión". Este enfoque no solo disminuye las emisiones locales, sino que permite exportar el gas que antes se quemaba en las turbinas, optimizando su uso en Europa.
El proyecto Troll West Electrification (TWEL), iniciado en 2021, marca un hito importante en la reducción de emisiones. Según Equinor, este esfuerzo no solo ha generado "una importante actividad comercial para los proveedores noruegos, con más del 70% de las inversiones destinadas a empresas locales", sino que también reduce las emisiones totales de Noruega en un 1%. Además, la plataforma Troll A, alimentada desde tierra desde 1996, es un modelo para futuros desarrollos sostenibles.
El informe de Baker Hughes resalta los resultados del análisis del ciclo de vida (LCA, por sus siglas en inglés) aplicado a las operaciones de Troll. Este análisis cuantifica el impacto ambiental de todas las etapas de perforación, desde la fabricación de equipos hasta la gestión de residuos. Según el estudio, las innovaciones implementadas han logrado "una reducción sustancial de las emisiones de gases de efecto invernadero por cada pozo perforado". Además, identifica áreas de mejora, como la adopción de fuentes de energía alternativas y prácticas avanzadas de gestión de residuos.
El legado de Troll y su visión de futuro
Más allá de su impacto ambiental, Troll es un símbolo de cooperación y visión a largo plazo. Como subraya Equinor, "Troll no es solo una historia del pasado; también es una historia del futuro". La infraestructura existente permite explorar nuevas soluciones energéticas, como la producción de hidrógeno o amoníaco y el almacenamiento seguro de CO? bajo el lecho marino. Estas iniciativas consolidan el papel de Troll como un actor clave en la transición energética europea.
Kjetil Hove, vicepresidente ejecutivo de Exploración y Producción en Noruega de Equinor, enfatizaba que "gracias a la electrificación de Troll B y C, podemos desarrollar y producir recursos con emisiones muy bajas, garantizando que el área de Troll continúe entregando energía de alto valor y bajo carbono durante muchos años". Este enfoque combina responsabilidad ambiental con liderazgo en innovación energética.
Con recursos que se espera produzcan durante al menos 70 años más, Troll no solo asegura el suministro energético europeo, sino que demuestra que es posible alinear la producción de hidrocarburos con objetivos climáticos. En palabras de Muhammad Ahsan, "el campo Troll es un caso ejemplar de cómo la tecnología y la sostenibilidad pueden converger para redefinir el futuro de la energía".
El yacimiento Troll no es solo un gigante energético, sino un modelo de cómo la industria puede evolucionar hacia un futuro más limpio, eficiente y colaborativo. En la encrucijada de la crisis climática, Troll reafirma que, con innovación y cooperación, es posible superar incluso los retos más formidables.