Bolsa, mercados y cotizaciones
El debate que gana fuerza en el BCE: Trump podría ayudar a reducir la inflación en Europa
- Cipollone (BCE): "Tendremos una reducción de la inflación por los aranceles"
- Los analistas matizan el impacto de la caída del euro en los precios
Álvaro Moreno
A medida que se acerca la reunión de diciembre, el BCE se debate entre un recorte básico de 25 puntos básicos y uno 'jumbo' de 50 puntos básicos. Con la inflación cada vez más controlada y la mayor preocupación por la debilidad económica de la región, crecen los partidarios de acelerar el proceso. Sin embargo, ante esta idea, muchos 'halcones' llevan desde que Donald Trump ganó las elecciones pidiendo cautela máxima, anticipando que los fuertes aranceles desatarían la inflación en EEUU, mantendrían altos los tipos de la Fed y, en consecuencia, hundirían al euro, llevando la inflación al viejo continente por efecto rebote. Esto es lo que opinaba Joaquim Nagel, presidente del Bundesbank y miembro del consejo, quien afirmaba que "ante un cambio brusco en la política económica de EEUU, podrían surgir grandes riesgos inflacionarios para Europa y Alemania".
Sin embargo, dentro del mismo BCE y entre los analistas, cada vez gana más fuerza la opción de que las medidas de Trump no solo no provoquen efectos inflacionarios relevantes, sino que, de hecho, contribuyan de forma clara a todo lo contrario: hundir la inflación rápidamente y lograr que el BCE alcance mucho más rápido sus objetivos de estabilidad de precios. Eso sí, con grandes problemas paralelos, como la destrucción económica de los aranceles, que auspiciarían las caídas.
En ese sentido, uno de los últimos miembros de la institución en hablar al respecto ha sido Piero Cipollone, miembro del Comité del banco central. El italiano comentó este martes que "los aranceles de EEUU traerían una mayor debilidad a la economía europea, provocando tanto un menor consumo como una menor presión sobre los precios". En resumen, Cipollone sentenció que "todo esto me hace pensar que tendremos una reducción tanto del crecimiento como de la inflación".
La inflación de la eurozona se encuentra ya en una zona realmente cercana al objetivo del BCE, situándose en las cifras de noviembre en el 2,3% tras un leve repunte. Eso sí, todo ello con una subyacente (quitando precios de energía y productos frescos) alta, todavía en el 2,7%, gracias a un 3,9% en los servicios. Estas cifras más las revisiones a la baja en las perspectivas de la eurozona han provocado que el mercado dé una probabilidad cada vez mayor a un recorte de 50 puntos básicos para diciembre, pero aún no es el escenario base. El mercado de swaps (OIs) espera que para junio de 2025 el precio del dinero haya caído en 125 puntos.
Según las previsiones de TS Lombard, los aranceles de EEUU sobre Europa, si se aplica el prometido 10% universal que Trump proclamó durante su campaña electoral, "reducirían el PIB de la zona euro entre un 0,5% y un 1,5% en un periodo aproximado de dos a tres años", siendo Alemania la más afectada. En ese sentido, "la mayoría de escenarios indican que ese crecimiento más débil predominará", aunque señalan que represalias de Europa sí podrían elevar los precios. En cualquier caso, Davide Oneglia, analista de la firma, señala que los peligros empezarán a mediados de 2025. Sin embargo, explica que sí ve un riesgo inflacionario en caso de que el shock económico de los aranceles provoque una reacción de los diferentes gobiernos con grandes programas de estímulo y mayor gasto en defensa, "algo que sí sería inflacionario".
Coinciden en su último informe los expertos de Wisdom Tree, que comentan que "las perspectivas en Europa se han debilitado tras la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses. No solo por la amenaza de nuevos aranceles a sus exportaciones, sino también por su reducida capacidad interna para reaccionar". Según ellos, esto refuerza la idea de recortes "más agresivos en 2025" debido principalmente a una caída de la inflación por ese enfriamiento económico. "Es probable que se produzca una caída de la inflación que aumente el poder adquisitivo de los hogares (pues también habrá un aumento de los salarios)".
¿Inflación importada?
El gran argumento de que Trump traería la inflación a Europa viene por un euro en horas bajas, desplomándose ante la fortaleza del dólar y, en consecuencia, elevando los costes de las importaciones y disparando los precios de toda la economía. Esto tiene especial sentido, pues, a pesar de que Europa no tiene un saldo negativo con EEUU (de hecho, tiene un superávit con este país de 15.300 millones de euros), es el principal proveedor energético. Washington es el principal suministrador de crudo (17% del total) y el segundo de gas (19,4%). Pero no solo son los productos de EEUU, sino el mismo dólar, que es usado como moneda de referencia en el 50% de todas las importaciones de la Unión Europea, según cifras del CE, independientemente del país.
Por lo tanto, está claro: un dólar más barato equivale a una mayor inflación, y el movimiento de la divisa europea no deja lugar a dudas. Desde la llegada de Trump, el euro se ha hundido en su cruce con el billete verde, pasando de 1,12 dólares por euro a 1,05. Los analistas incluso debaten abiertamente la posibilidad de que se produzca una paridad entre las dos, un hito excepcional que solo ocurrió con la guerra de Ucrania en los últimos años. En lo que todos coinciden, ya sea o no que se logre la paridad, es que la ruta del euro parece descendente por ahora.
Sin embargo, muchos piensan que la debilidad del euro frente al dólar no debería traducirse en una gran presión para los precios . Al menos eso es lo que opinan desde Steno Research, donde señalan que, a pesar de estos movimientos cambiarios, "si observamos el tipo cambiario nominal (comparación del euro en un índice oficial que lo compara con un conjunto de monedas y no solo frente al dólar), nos encontramos con un panorama mucho más matizado, que nos dice que se puede debilitar el euro sin necesidad de importar inflación".
En ese sentido, esta estadística que publica el BCE muestra que, si bien desde la elección de Trump se ha producido una caída, pasando de 124 puntos el 1 de noviembre a 122 actualmente, lejos de los 126 puntos que alcanzó en agosto, en su apogeo, todavía está por encima de su promedio (121 puntos) y muy lejos de los 113 puntos a los que cotizaba en 2023. En resumen, pese a que el dólar es un elemento muy relevante, su buena posición frente a otras divisas ofrece una gran protección frente a la inflación importada.
Analistas como los de Centura FX comentan en declaraciones a elEconomista.es que, aunque el impacto sea más matizado, la fortaleza del dólar sí tiene cierto papel. "El euro ha bajado un 6% frente al dólar y el factor divisa es una de las razones", explica Juan Lafargue, analista de la firma. A pesar de que, en conjunto, el euro se puede estar manteniendo más fuerte, remarca que "siempre hay que tener muy presente al dólar porque es el método de intercambio de bienes y servicios por excelencia". Sin embargo, incluso teniendo en cuenta esos argumentos, "el 60% de las exportaciones en Europa son a nivel intraeuropeo, por lo que, en un entorno de demanda débil, las empresas estarían más inclinadas a mantener precios estables para no perder competitividad".
En resumen, aunque puede haber impactos concretos "por insumos clave denominados en dólares", las exportaciones más competitivas podrían acabar compensando ese efecto, en particular en economías como la alemana. En ese sentido, este amortiguador se complementa con una economía europea dañada por los aranceles. En cualquier caso, Lafargue sentencia que "sí habrá un grado de inflación importada", pero la duda reside en hasta qué punto se equilibra con el resto de factores.
La inflación europea, ganadora de la guerra con China
Además, al margen de los aranceles paralelos, hay otro factor que terminaría siendo clave: los gravámenes de Trump sobre China. A pesar de que aún no hay medidas concretas sobre Europa, el mandatario ya ha alertado de que impondrá esta medida con un aumento del 10% de los que ya existen sobre Pekín. Este podría ser el primer paso de una escalada mucho mayor. De hecho, en diversos discursos de campaña, como los de Chicago, ya habló de una opción de determinados aranceles de 2.000% a productos concretos y algunos más generales para sectores específicos de entre el 100% y el 250%. La idea general y más establecida apuntaba a una subida del 60%. En ese sentido
Con estos aranceles sobre la mesa, China podría enviar de forma masiva estos productos a Europa ante la falta de rentabilidad en EEUU por las medidas de Trump, provocando una caída generalizada de los precios de el continente. Olli Rehn, miembro del BCE, ha mencionado este miércoles que este conflicto puede derivar en un verdadero golpe deflacionario para el viejo continente. El motivo es que cientos de miles de productos chinos que no encuentren ya la misma rentabilidad en EEUU podrían cambiar su rumbo hacia Europa, desplomando los precios ante un sobreabastecimiento como pocas veces se ha visto. "Deberíamos prepararnos para los aranceles, pero particularmente para los que EEUU proponga sobre China, algo que podría provocar que Pekín venda productos a precios excesivamente baratos en Europa".
Desde TS Lombard comentan que "si Trump sigue adelante con los aranceles, especialmente contra China, es justo suponer que la UE no solo tomaría represalias contra Estados Unidos, sino que también necesitaría levantar barreras con China para evitar una desviación masiva de exportaciones hacia el Mercado Único (a medida que el mercado estadounidense se cierra a las empresas chinas) y la fuerte deflación que traería consigo". En ese sentido, explican que todo dependerá de la respuesta de Bruselas; si esta es muy agresiva, podría incluso generar inflación al darse una escalada en un conflicto comercial con esta llegada masiva de productos como desencadenante. Sin embargo, si la UE no respondiera con suficiente contundencia, el golpe en los precios sería claro.