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El extraño giro del mercado energético mundial: por qué Oriente Medio se lanza a por el gas de EEUU
- Riad y Abu Dhabi buscan el GNL de EEUU para crear un imperio energético diversificado
- "Supone el punto de partida perfecto para hacerse un hueco en el mercado"
- El GNL es clave para mantener la demanda energética en sus manos
Álvaro Moreno
En los albores de la explosión del negocio petrolero de Oriente Medio, las compañías de EEUU se lanzaron a la región con sed de crudo. Tal fue su presencia en su irrupción como el corazón energético del mundo, que el consorcio creado entre Standard Oil y Arabia Saudí, el conocido como Arabian American Oil, es lo que hoy en día se conoce como Aramco, la empresa pública del país para el 'oro negro' y la mayor productora de todo el mundo. Sin embargo, ahora se está produciendo el camino inverso: los países de la región están acudiendo en masa a hacerse fuertes en el sector energético de EEUU ante el despertar de una nueva época.
Al igual que pasó en estos países asiáticos a comienzos de siglo, un giro drástico de los acontecimientos ha producido un nuevo equilibrio. Estados Unidos, que había sido hasta hace no tanto dependiente del exterior, es ya el mayor productor de todo el mundo con 12,9 millones de barriles diarios. Es decir, de las entrañas de la potencia norteamericana salen uno de cada cinco barriles que entran en el mercado. Y mientras esto ocurre, el antiguo rey, Arabia Saudí, está cerrando el grifo para intentar mantener alto el precio de la materia prima (aunque ahora ya esté hablando de corregir esta postura). Y, de la mano del petróleo, EEUU incrementa su posición como el gran dominador del gas a nivel mundial.
En este contexto, en el que los países del Golfo Pérsico ven como EEUU inunda el mundo con su gas natural licuado (GNL) han optado por ir preparando un camino algo diferente para mantener su hegemonía: si no puedes con el enemigo, únete a él. Este mismo mes de septiembre Aramco anunció que amplía su participación en MidOcean Energy hasta el 17,2% del capital. Este último movimiento no ha sido ni mucho menos algo aislado. Aramco ya ha firmado un acuerdo con NextDecade para que le suministre 1,2 millones de toneladas al año de GNL durante las próximas dos décadas. También ha llegado a otro acuerdo similar con Sempra, para adquirir 5 millones de toneladas durante el mismo periodo.
Aunque más allá de acuerdos de compraventa, Arabia Saudí firmó un acuerdo este mes de junio con Sempra, para hacerse con el 25% del capital en el Proyecto de GNL Port Arthur Fase 2. Desde Bloomberg, además, señalan que está en negociaciones para entrar en la planta de Driftwood, en Luisiana. Este es uno de los proyectos más importantes de todo el país para expandir su industria de gas natural licuado y poder utilizar para suministrar al mundo entero a través de sus buques metaneros. Se trata de un proyecto capital en su estrategia para consolidar su posición como referencia del mercado energético mundial.
Pero Arabia Saudí no es la única. La empresa pública de petróleo de Abu Dhabi, Adnoc, anunció en mayo que se hace con el 11,7% del capital de Rio Grande LNG, un proyecto de Next Decade en lo que es la primera inversión de este tipo del país en Estados Unidos. Hasta ahora (el año pasado en el caso de Arabia Saudí, pues entró en Mid Ocean en 2023) supone una nueva etapa en el mercado energético mundial.
¿Por qué invertir en EEUU?
Detrás de todas estas operaciones hay una idea clara, mantener no solo el suministro energético mundial sino una gran posición en el mercado energético mundial. Empezando por Aramco, que quiere convertirse en un actor clave del futuro sector de GNL, tal y como ellos mismos han reconocido tras el anuncio de su participación en Port Arthur 2.
Mientras el petróleo puede ir cayendo en cuanto a su demanda, el informe anual de Saudi Aramco para 2023 "mostró de forma destacada su inversión en MidOcean y comentó que Aramco espera un fuerte crecimiento de la demanda de GNL", comentan desde S&P Global. "La empresa afirmó que planea desarrollar un negocio global integrado de GNL y está buscando oportunidades de inversión directa y de empresas conjuntas correspondientes".
Arabia Saudí ha dicho repetidamente que no creen que la demanda de petróleo vaya a caer hasta dentro de mucho tiempo, pero sí que han expresado que necesitan diversificar sus ingresos para poder ganar estabilidad. Esto va en línea con la idea del país, según ha explicado Arabia Saudi en su 'Visión 2030' que es aumentar la producción de gas un 60% para que esta expansión suponga cerca de 20.000 millones de dólares de PIB. Esta industria tiene un rol capital en su giro estratégico.
"El GNL ganará peso gracias a la transición energética, ahora ocupa un rol destacado en los planes de estos países"
Esto, entre otras apuestas de gasto masivo, sirve para estar protegidos ante los vaivenes del crudo, tal y como se ha visto con la reciente caída de los precios hasta los 70 dólares. Además, desde los países de la región creen que el GNL será la clave para ir navegando hacia un mundo menos contaminante. "Creemos que el GNL puede ser un importante combustible de transición que permitiría a los sistemas energéticos e industriales mundiales equilibrar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y la seguridad energética", explicó el Presidente de Upstream de Aramco, Nasir K. Al-Naimi. "El GNL muestra potencial como combustible adecuado para la transición energética, especialmente en las economías asiáticas que dependen en gran medida del carbón. La sustitución del carbón por el GNL podría suponer una reducción significativa de las emisiones de CO2", sentenciaba el alto cargo.
"Aramco y ADNOC seguirán siendo productores de petróleo con ventaja gracias a sus grandes recursos y bajos costos de producción, pero al igual que otras compañías petroleras nacionales, se están adaptando a la transición energética y el gas natural ahora ocupa un lugar destacado en sus planes a largo plazo" comentan desde el Instituto de los Estados Árabes del Golfo (AGISW, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, el país no solo se ha puesto como objetivo producir más, sino ser uno de los grandes exportadores de gas del mundo para dentro de seis años. El problema es que en 2022 apenas exportó 5.800 millones de dólares. Apenas es el 41º país que más exporta del mundo, según datos de la Agencia Internacional de la Energía. Con las quintas mayores reservas probadas del mundo, por detrás de EEUU, Rusia, Irán y Qatar, por mucho que amplíe su producción, es difícil que a través de la producción colme sus ambiciones.
El resto de países del golfo, como Emiratos Árabes, también ven un potencial para estabilizar sus cuentas y encontrar otra fuente de riqueza en el gas, un terreno que Qatar lleva años explotando convirtiéndose en el hub de la región y en el tercer mayor exportador del mundo (126 millones de metros cúbicos) solo por detrás de EEUU y Rusia, pero por encima de gigantes como Noruega.
En ese sentido, más allá de expandir su propia capacidad, estos países han encontrado una solución. Tomar posiciones en la mayor industria del planeta, la de EEUU, para conseguir ser gigantes del sector siendo dueños de una parte de ella. Sin embargo, el factor fundamental es que "a pesar de que la creación de una cartera de inversiones de capital en el extranjero no es necesaria para crear un negocio de comercialización de gas, dichas inversiones proporcionan nuevas asociaciones y ayudan a las empresas a aprender el negocio" comentan desde AGSIW.
Los expertos del instituto señalan que EEUU es "el punto de partida lógico" para desarrollar estas grandes carteras que sostengan su renovado imperio gasista. Estados Unidos ya es el mayor productor de GNL del mundo, y se prevé que su capacidad casi se duplique para 2030. La mayor parte del crecimiento de la oferta de GNL en las próximas dos décadas provendrá de Estados Unidos y Qatar. "Dado que este último país está fuera del alcance de la inversión de sus vecinos, Estados Unidos ocupa un lugar preponderante, y hay muchos proyectos que compiten por hacerse un hueco en el mercado".
El pujante sector petrolero de EEUU en la Cuenca Pérmica ha creado enormes proyectos de gas que, al ser un producto secundario de estas exploraciones, han permitido a EEUU dominar con puño de hierro el mercado. Se espero que esto siga creciendo y los planes de la Casa Banca pasan por ir levantando infraestructura que le permitan generar una imponente industria a base de ser el dominador absoluto del mercado con Europa y un actor importante en Asia. Según el Instituto de Economía y Análisis Financiero de la Energía solo con los proyectos actualmente en construcción de EEUU respecto a terminales GNL y explotación de gas, en 2030 tendrá la capacidad de 173 millones de toneladas al año, es decir, un 176% de la demanda que necesitará Europa.
Espaldarazo árabe en un momento crítico
Esto es un camino de dos direcciones. Por un lado, este giro de los acontecimientos ofrece a estos países la posibilidad de ganar dinero con las empresas gasistas norteamericanas, diversificando sus ingresos energéticos. Al mismo tiempo comienzan a entrar en una industria que las firmas de EEUU dominan con puño de hierro, aprendiendo en el proceso y permitiendo crear una red global a través de su cartera de inversión.
Sin embargo, para estas firmas de EEUU la entrada de los países del golfo supone una gran oportunidad. "Aramco y ADNOC son una fuente emergente de capital para el gas global. Para los promotores de proyectos, las compañías petroleras nacionales del Golfo ofrecen capital de inversión y seriedad. Sus inversiones de capital impulsan la viabilidad de los proyectos y sus acuerdos de compra ayudan a los proyectos a desbloquear la financiación y avanzar hacia las decisiones finales de inversión", comentan desde AGSIW.
Una oleada de inversión supone también un espaldarazo a una industria que está sufriendo la caída de precios y así tiene incentivos a incrementar más su oferta incluso con las condiciones actuales. A comienzos de este año muchas de estas firmas estaban recortando producción y proyectos porque los bajos precios hacían que la rentabilidad cayese con fuerza. Este fue el caso de Chesapeake Energy, Comstock, BKV o Antero. Estas firmas redujeron su inversión y proyectos pero la producción siguió subiendo igualmente, gracias a que las petroleras "están inundando de gas el sector dado que para ellas el gas es solo una recompensa adicional a su principal negocio", explicaba Nicholar O'Grady, CEO de Northern Oil.
"La expansión del GNL en Oriente Medio está impulsada principalmente por Qatar y los Emiratos Árabes Unidos y, dentro de esos países, por una visión estratégica"
En este contexto tan complicado, el sector necesita dinero que fluya para seguir manteniendo su crecimiento. Según las estimaciones del Foro Internacional de la Energía, los gastos de capital anuales por parte de inversores deberán aumentar un 22% para 2030 para seguir garantizando los suministros que sostengan su dominio en el nuevo mundo del GNL. En ese sentido, paradójicamente, la dinero del petróleo de Oriente Medio podría ser uno de los pilares que sostenga una nueva fase del mercado energético dominado por EEUU.
Por su parte, también supone cierta zancadilla al vecino 'aventajado'. Hasta ahora Qatar era el gran ganador de la región (con Omán en menor medida), con un crecimiento de los proyectos en todo el mundo el dominio del emirato quedará algo más diluido mientras estos países pueden seguir creciendo en este nuevo frente. Según Qamar Energy "la expansión del GNL en Oriente Medio está impulsada principalmente por Qatar y los Emiratos Árabes Unidos y, dentro de esos países, más por una visión estratégica sobre la importancia del GNL y el crecimiento del mercado, en lugar de por más descubrimientos nacionales". En cualquier caso, lo que parece claro es que las tornas han cambiado y EEUU cumple el papel que en los años cuarenta y cincuenta tenían estos países que acaban de alcanzar su independencia, mientras que sorprendentemente, la estrategia de estos puede convertirlos en los grandes mecenas que una vez las empresas estadounidenses fueron para ellas.