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CFA Institute plantea nuevas etiquetas para los fondos de inversión ESG

  • Los sistemas de clasificación vigentes no son lo suficientemente rigurosos, lamenta
La clasificación vigente en la UE distingue entre fondos sostenibles 'verde claro' y 'verde oscuro'. Imagen: Istock.

María Domínguez

La clasificación de los fondos de inversión sostenible o ESG (acrónimo que alude a los criterios ambientales, sociales y de gobernanza) necesita ser más rigurosa. Esto opinan, al menos, los expertos de CFA Institute, la asociación global de profesionales de la inversión (las siglas CFA responden a Chartered Financial Analyst, o Analista Financiero Certificado). Visite el portal especializado elEconomista ESG.

Un informe elaborado por el Research and Policy Center de CFA Institute analiza las clasificaciones para estos fondos en Estados Unidos, la UE y Reino Unido. La conclusión es que todos estos marcos presentan problemas a la hora de implementarlos, por "su falta de enfoque en características observables, definiciones imprecisas o una estructura lógica incompleta para asignar los fondos a grupos mutuamente excluyentes".

Este estudio de CFA se hace público en un momento en el que los fondos de inversión sostenible están en el foco. En la UE, la abrumadora oleada de nuevas normativas para estos productos de inversión en los últimos años ha generado un cierto rechazo, o cansancio, de las gestoras de activos en torno a la sostenibilidad. La Comisión Europea trabaja actualmente en la revisión de su clasificación de fondos sostenibles, su Reglamento de Divulgación o Sustainable Finance Disclosure Regulation (SFDR), que ha generado controversia en la industria; ésta critica su complejidad y su falta de precisión en algunos aspectos. Este Reglamento, que no nació con la finalidad de generar etiquetas para los fondos (sino de establecer qué información deben divulgar las gestoras), sí lo ha hecho en la práctica: estableció la diferencia entre fondos artículo 8 (también conocidos como verde claro) y artículo 9 (verde oscuro, más exigentes en sostenibilidad). A la hora de la verdad, estas denominaciones han hecho las veces de etiquetas.

En EEUU, la situación es más radical: allí se ha despertado un auténtico movimiento anti ESG, que hace que las gestoras prefieran, incluso, silenciar sus iniciativas sostenibles.

El documento de CFA Institute, titulado Cómo construir un mejor sistema de clasificación ESG (How to Build a Better ESG Classification System), define tres características observables que permitirían clasificar los fondos en 3 bloques distintos:

  1. La existencia de uno o más procesos que consideren información ESG con el objetivo de mejorar los rendimientos ajustados al riesgo;
  2. La existencia de una o más políticas que controlen la exposición de los inversores del fondo y su contribución a problemas ESG sistémicos específicos;
  3. La existencia de una declaración explícita de intención, junto con un plan de acción, para contribuir a un estado futuro deseado en condiciones ambientales o sociales, y un proceso para medir el progreso.

"El informe será de particular utilidad para los reguladores que están estableciendo y adaptando la normativa para los fondos ESG, así como para los participantes de la industria que busquen tanto comercializar como seleccionar fondos", señalaron desde CFA Institute en un comunicado.

En palabras de José Luis de Mora, presidente de CFA Society Spain, la pata española de esta asociación, "el SFDR mostró que las divulgaciones condicionales -por ejemplo, una divulgación que solo se realiza cuando un fondo tiene la inversión sostenible como su objetivo- dan lugar a un sistema de clasificación de facto en el mercado. Esto no es ideal, ya que los sistemas de clasificación deben diseñarse intencionalmente para satisfacer un conjunto definido de necesidades. Para los fondos sin una etiqueta de sostenibilidad o transición, el mercado aún necesita una manera confiable de distinguir entre fondos que usan información ESG para tomar decisiones de riesgo-retorno y fondos que adoptan una postura política sobre cuestiones ESG específicas".

Por su parte, Chris Fidler, responsable de Normas Globales de la Industria en CFA Institute, señaló que, cuando se utilizan términos ambiguos en la regulación para crear normas especiales para ciertos tipos de fondos, eso "puede generar una gran incertidumbre en el mercado. Nuestro informe muestra cómo construir definiciones sólidas para categorías de fondos, y esperamos que conduzca a una regulación más clara, lo que beneficiaría tanto a los inversores como a los gestores de fondos. El verdadero test de un sistema de clasificación es que diferentes evaluadores clasifiquen el mismo conjunto de fondos de la misma manera. Si lo hacen de forma coherente, existe un buen sistema. Si diferentes evaluadores asignan el mismo fondo a grupos diferentes, se requieren revisiones", añadió Fidler.