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Invertir los 1.500 euros por ir a Wembley serían 5.800 en dos décadas

    El Real Madrid celebrando la Champions de 2018. Dreamstime.

    Joaquín Gómez

    Si el Real Madrid gana la Champions al Borussia en Wembley habrá logrado su decimoquinto título y un millón de euros por cada minuto de partido. Sus aficionados, por el contrario, se habrán gastado unos 1.500 euros por verlo en directo. La gente ganamos el dinero para poderlo gastar como queramos. Por eso no critico a nadie que haya ido a Wembley y haya pagado casi 17 euros por minuto por presenciar en directo como el Real Madrid levanta su decimoquinta copa de Europa. Como decía el anuncio de Mastercard, hay cosas que el dinero no puede comprar; hacer una promesa y cumplirla: no tiene precio.

    Lo que sí que me gustaría es que la sociedad valorase la planificación financiera y el efecto multiplicador que tiene el interés compuesto sobre el dinero. Hay que convencer a mucha gente que se conforma con ser ahorradora para que dé un sencillo paso adelante y se transforme en inversora, aunque sea con poco dinero. Precisamente porque con poco dinero es todavía más importante hacerlo. Pongo sobre el tapete un sencillo ejemplo: los 1.500 euros que cuesta el viaje y la entrada a Wembley, en diez años se habrán convertido 3000 y en veinte, en 5.800 euros. ¿Cómo se llega a esta cifra? Con la consecución de un simple 7% anualizado que permita duplicar cada euro ahorrado cada década.

    Lo digo en casi todos los sitios que puedo. En la vida, en las finanzas y en el periodismo, la única verdad son los hechos. Mi filosofía es que si se tiene un dinero que no se necesita y una década por delante, el objetivo grabado a fuego tiene que ser que por cada euro que se invierta periódicamente, este euro debe duplicarse cuando pasen diez años. Si se invierten 1.000 euros, 2.000; si se dispone de medio millón, un millón; si son cinco, diez. Esta es la filosofía que conduce al fondo que asesora elEconomista.es, Tressis Cartera Eco30, que en casi seis años de vida genera una rentabilidad anualizada del 8,76%.

    La Cartera Eco30 se sustenta en una selección equilibrada sectorial, en la que ninguno de ellos pueda contar con más de cuatro representantes, que ofrezca en conjunto unos ratios de crecimiento atractivos, comprados a multiplicadores de beneficios y valoración muy inferiores a los de la media del mercado. En ningún caso se trata de comprar títulos que estén simplemente baratos: el objetivo es tratar de incorporar historias atractivas, con catalizadores, a precios razonables, y con unos niveles de deuda razonables. El análisis, la selección, la paciencia y, sobre todo, el interés compuesto debe permitir duplicar el patrimonio cada década si se alcanza el 7% anualizado.

    En este objetivo es irrelevante el momento de entrar porque, salvo para puntuales posiciones tácticas, lo único que tenemos que definir es nuestra posición estratégica: que relación queremos entre activos de mayor y menor riego y cuánto en liquidez.