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Ojo al coste de los fondos monetarios: hay diferencias de casi un punto porcentual según el banco que se lo venda

  • CaixaBank Monetario Rendimiento, el fondo más vendido en España este año, cobra un 0,99%
  • Los expertos recuerdan que se debe vigilar el precio de estos vehículos para no sobrepagar

Ángel Alonso
Madrid,

Los fondos monetarios se han convertido en los grandes protagonistas de la industria de inversión desde el año pasado, en que doblaron su volumen patrimonial hasta superar los 10.000 millones de euros. En el primer cuatrimestre de 2024 siguen atrayendo una parte considerable de flujos netos, y con un crecimiento del 52% de sus activos bajo gestión, se han convertido en la categoría que más dinero capta, hasta alcanzar los 16.000 millones de euros, según datos de Inverco.

La normalización de los tipos de interés por parte de los bancos centrales permitió que los productos más ultraconservadores, como los depósitos o los fondos monetarios, pudieran recuperar una remuneración más que aceptable. De hecho, el año pasado cerraron con un rendimiento medio del 3,10%, según datos de Morningstar, después de varios ejercicios en que terminaban con ligeras pérdidas. Eran los años en que hasta por invertir en deuda pública el inversor tenía que pagar.

Este impulso imparable de los fondos monetarios también se ha producido a nivel europeo, donde esta clase de vehículos acumulan cerca de 50.000 millones de euros en flujos netos, según datos de LSEG Lipper, cifra que los convierte en la segunda categoría que más capta en el año. Solo en abril lograron atraer 21.200 millones.

Pero detrás de este éxito de captaciones y de rentabilidad de los fondos monetarios, que están ganando un 1,38% de media en el año, pocos inversores se fijan en las grandes diferencias de coste que existen entre estos productos. Una diferencia que, atendiendo solo a los vehículos españoles, es de 85 puntos básicos (casi un punto porcentual) entre el fondo más caro, el Caixabank Monetario Rendimiento Estándar, y el más barato, el Merchbanc Fondtesoro Corto Plazo. Si el primero tiene un coste total del 0,99%, en el segundo se reduce al 0,14%.

Hay que tener en cuenta que Morningstar categoriza como monetarios a algunos fondos de renta fija a corto plazo que, precisamente por la duración de los activos de deuda que tienen en cartera serían asimilables como tales. Es el caso de casi todos los vehículos analizados.

¿Por qué las firmas no los clasifican, entonces, como monetarios? Porque al ser considerados como fondos de renta fija, aunque a corto plazo (con duraciones y vencimientos iguales o inferiores a los seis y doce meses), pueden ampliar el tipo de activos de deuda en los que invertir, incorporando algo de crédito, aunque de elevada calidad crediticia. De ahí que justifiquen ese mayor coste por la supuesta gestión activa que realizan. Es el caso del Bankinter Capital 1.

Pero, si se comparan los rendimientos obtenidos, el mayor coste tampoco estaría respaldado. Mientras que el fondo de Bankinter mencionado terminó el año pasado con una rentabilidad del 2,34%, el Merchbanc Fondtesoro Corto Plazo logró un 2,82%, muy por encima también del Caixabank Monetario Rendimiento Estándar, que está siendo el superventas en 2024 en España, con algo más de 4.600 millones de euros de captaciones netas, casi la mitad de todo el dinero que está entrando en fondos de inversión españoles en el año, con datos de Vdos a 10 de mayo, teniendo en cuenta que la clase estándar, que se dirige a inversores a partir de seis euros, es la más cara (decrece en función de los importes invertidos).

Un coste elevado el que aplica el fondo de CaixaBank, si se considera que junto al de Merchbanc son de los pocos monetarios considerados como tales. Pero entre el fondo más caro y el más barato hay una amplia horquilla de precios. ¿Cuál sería el coste más justificado para este tipo de vehículos?

Coste del 0,10%

Para Ion Zulueta, director de análisis de la firma de asesoramiento independiente iCapital, los fondos que cobran en la parte alta del rango son "excesivamente caros" y pertenecen a bancos que "gozan de un cliente cautivo". Zulueta explica que la era de tipos de interés bajos e incluso negativos hizo que las gestoras bajaran las comisiones ya de por sí bajas de los fondos monetarios. Y recuerda que los costes totales habituales en fondos de gestoras internacionales rondan los 10 puntos básicos".

Muchos inversores no perciben este sobrecoste debido a la rentabilidad que logran con este tipo de productos, por lo que no reparan en su coste. Pero Miguel Ángel García, director de inversiones de Diaphanum, insiste en que a la hora de seleccionar un fondo monetario una de las variables primordiales es el coste, ya que "la diferencia entre rentabilidades puede venir muy marcada por las comisiones de gestión de los fondos en que se invierta. En estos productos, especialmente, marca la diferencia, por lo que es importante que sea barato, ya que no hay mucha diferencia en el rendimiento de los activos en que invierten".

García recuerda que los monetarios este año deberían dar una rentabilidad en torno al 3% -la ganancia media con que cerraron el año pasado, según Morningstar-, teniendo en cuenta que la volatilidad es muy baja debido precisamente a la baja sensibilidad de estos activos (letras del tesoro, pagarés, bonos a muy corto plazo) a los movimientos de los tipos de interés.

Para Félix López, socio director de atl Capital Gestión, la comisión de los fondos monetarios o de los fondos de deuda a muy corto plazo, asimilados a los primeros por Morningstar, es importante, pero "tampoco elegiría el más barato, porque si el equipo gestor aporta valor añadido, puede estar justificado pagar algo más", que sitúa en torno a diez puntos básicos más de diferencia sobre la horquilla habitual de coste entre el 0,10% y el 0,20%.

Este éxito de los fondos monetarios se debe, aparte del rendimiento que obtienen los inversores más conservadores, en el incremento de liquidez de aquellos que están esperando una corrección de los mercados para entrar, un factor que López considera perjudicial para una estrategia a largo plazo, puesto que "es impredecible saber cuándo se va a producir una caída", y lo considera una excusa para no realizar una planificación patrimonial organizada.