Bolsa, mercados y cotizaciones

El inversor extranjero confía en China: la compra de acciones duplica su anterior récord

  • Han adquirido títulos por valor de 19.500 millones de euros en 2023
  • Los analistas y gestores esperan que la racha alcista continúe
La ciudad de Shanghái, en China. Foto: Dreamstime

Marta González

China cerró el 2022 con un objetivo: que el 2023 sea el año de la recuperación económica. Para ello, puso fin en diciembre a las estrictas medidas impuestas en 2020 para contener el COVID-19 y abrió de nuevo el país al resto del mundo. Una decisión cuyos efectos ya se están dejando sentir en su economía, así como en la confianza de los inversores internacionales en las acciones de las compañías chinas, hasta tal punto que los volúmenes de compras han alcanzado niveles récord en lo que va de año.

Desde principios de 2023, el índice de referencia CSI 300 ha subido casi un 6,70%, hasta rondar los 4.130 puntos, mientras que el Hang Seng ha escalado un 9,32%, alcanzando los 21.624 puntos. Esto viene marcado, entre otras cuestiones, por la adquisición por parte de inversores internacionales de 141.000 millones de yuanes (más de 19.500 millones de euros) en acciones de empresas chinas. En el mismo periodo de 2021, cuando también se registraron niveles récord, estos no superaron los 70.000 millones de yuanes (unos 9.600 millones de euros). Las compras se han hecho a través del programa Stock Connect de Hong Kong, el cual les da acceso a las bolsas del continente.

Entre las razones que han llevado a los inversores internacionales a incluir de nuevo renta variable china en sus carteras, abrdn destaca cuatro. En primer lugar, "China se encuentra en el lado opuesto del ciclo económico de muchos mercados desarrollados, con una inflación benigna que permite a los responsables políticos chinos mantener una orientación monetaria y fiscal acomodaticia", señala Nicholas Yeo, responsable de renta variable en el país asiático. Además, cuenta con una valoración atractiva, una baja correlación con la bolsa mundial y la apuesta del Gobierno de Pekín por la innovación como palanca de crecimiento económico, detalla.

A principios de febrero, la bolsa asiática perdió un 2,85%, aunque luego volvió a remontar impulsada por la publicación de los últimos datos positivos del sector manufacturero -el índice PMI servicios subió 4,9 puntos en enero, hasta los 52,9- y la mejora en las previsiones de Fitch para la economía china en 2023. En concreto, la agencia de calificación estima que el Producto Interior Bruto (PIB) del gigante asiático crecerá un 5,0% en 2023.

¿Se mantendrá esta tendencia?

Por el momento, el próximo ciclo alcista podría llegar en marzo, ya que es cuando el Gobierno de Pekín presentará sus objetivos de PIB y gasto fiscal, y los gestores de activos responderán a los mismos con una nueva tanda de compra de acciones chinas, apunta Iris Pang, economista jefe para la Gran China de ING y recoge el Financial Times.

De cara al futuro, los inversores mantienen su optimismo respecto a las acciones de empresas de China. Así, cerca del 84% de los encuestados por Bank of America tiene posiciones largas en estos valores, mientras que el 78% prevé que los mercados chinos suban entre un 10% y un 20% a lo largo de 2023, publica Nasdaq.

En cuanto a los beneficios de las medianas y grandes compañías chinas, se espera que crezcan al ritmo más rápido desde 2017, aumentando un 16,2% este año gracias a la reapertura económica tras la pandemia y la política monetaria acomodaticia, según datos de Refinitiv.